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Técnicos debaten sobre el impacto económico de los transgénicos en el mercado agrícola

miércoles, 22 de enero de 2014

María Paz Infante y Fernando Aspillaga
Economía y Negocios

En 2012 los cultivos de transgénicos generaron US$ 10.100 millones en países en vías de desarrollo. Partidarios y detractores se enfrentarán hoy en el seminario “Cultivos transgénicos: realidad y controversia”, organizado por el Ministerio de Agricultura.

Según datos del Ministerio de Agricultura, en 2012 los cultivos de transgénicos generaron US$ 10.100 millones en países en vías de desarrollo, superando los US$ 9.600 millones en países desarrollados.

En Chile, no existen cifras sobre el impacto económico de este tipo de cultivos. La normativa permite producir semillas transgénicas, pero solo para su exportación. Un agricultor nacional no puede sembrarlas para producir y vender en el mercado interno.

El tema genera controversia. Quienes los defienden señalan que son inocuos y necesarios para alimentar a una población creciente. Los detractores aducen que perjudican la salud de las personas y tienen efectos negativos en la economía.

Estas posiciones se enfrentarán hoy en el seminario “Cultivos transgénicos: realidad y controversia”, organizado por el Ministerio de Agricultura, que se realiza en CasaPiedra.

Mark Lynas: “Estamos perdiendo valor económico sin fomentar la agricultura barata”


Hace un año, Mark Lynas, quien fue uno de los impulsores de campañas antitransgénicos a nivel mundial, cambió de opinión respecto de los alimentos modificados genéticamente. “Me disculpo por haber pasado varios años destrozando cultivos transgénicos”, dijo en el marco de la Conferencia Agrícola de Oxford el periodista británico, experto en este tema.

Pese a que ahora es reconocido internacionalmente como uno de los defensores de este tipo de cultivos, no descarta la idea de que en Chile pueda coexistir el cultivo de transgénicos y el de no transgénicos simultáneamente.

—Fue opositor a los transgénicos. ¿Qué lo hizo cambiar de postura?


“Lo que hizo que cambiara de idea fue haber aprendido más sobre este tema, lo que sucedió por accidente mientras estaba estudiando el cambio climático. Me di cuenta de que era inconsistente oponerse a algo que la ciencia respaldaba y quería ser fiel a la ciencia, eso me forzó a cambiar de opinión porque hay un consenso científico mundial respecto de lo seguro que es el uso de transgénicos en la realidad del cambio climático”.

—¿Cuál es el impacto económico que tienen los cultivos transgénicos?


“Se ha estimado que Europa pierde entre uno a dos billones de euros por año por no querer trabajar con transgénicos, lo que hace que sus agricultores tengan menos productividad. Importamos (en Europa) toneladas de producción mucho más barata, pero prohibimos su uso en la región. Estamos perdiendo valor económico sin fomentar la agricultura barata”.

—¿Qué tipo de transgénicos estamos consumiendo?


“Probablemente más de un 90% del maíz mundial es transgénico, y una cantidad similar de algodón lo es, lo que significa que también nos vestimos con transgénicos. Es irracional pensar que se debe excluir totalmente esta tecnología. Para 2015, tenemos una proyección de nueve mil millones de personas en el mundo y necesitamos producir 100% más de comida, y eso lo podemos hacer aumentando la producción de la tierra que tenemos actualmente”.

Iván Santandreu: “Los beneficios de los transgénicos son inexistentes”


Iván Santandreu, biólogo y vocero de Chile sin Transgénicos, es uno de los opositores al cultivo de transgénicos en el país. Además de asegurar que los alimentos alterados genéticamente son perjudiciales para la salud, señala que en lo económico, Chile no puede competir, por tamaño, con otros productores de transgénicos. “Es cosa de ver que Chile es delgadito y países como Brasil o Estados Unidos, son gordos. Porque los transgénicos son productos commodities, o sea, se llenan como estos barcos petroleros y son un producto barato para hacer proteína animal. Entonces, Chile no puede competir con esas extensiones de terreno”.

—¿Cuáles son sus razones para estar en contra de los transgénicos?


“Razones ambientales, económicas, científicas, de toxicología y razones sociales”.

—¿Cuáles son las razones económicas?


“Los beneficios de los transgénicos son inexistentes. Está demostrado que no producen más, que en el mejor de los caso tienen el mismo rendimiento económico que los cultivos tradicionales. Segundo, hay muchos países que son renuentes a esta tecnología, por lo tanto, no quieren que los productos vengan con trazas o con un porcentaje de eso. Por ejemplo, a Chile le han rechazado la miel y granos de maíz en Alemania, soya en Italia. Entonces son productos que valen menos, que ofrecen solamente limitantes económicas”.

“Por un lado, tienen un costo social, porque desplazan a los agricultores. Esto es un desierto verde mecanizado, es un agricultor cada mil hectáreas, entonces en el fondo se privilegia un solo tipo de cultivo”.

—¿Por qué si son perjudiciales no se ha legislado para prohibirlos y, por el contrario, cada vez más países los han adoptado?


“Porque las empresas son poderosas, hay muchos intereses económicos. Hay también posiciones ideológicas y comerciales, y también hay firmas que quieren el poder monopólico de las semillas y todos los gobiernos están alineados con estas empresas”.

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