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Desde $10 mil mensuales por metro cuadrado sale arrendar una minibodega en Santiago

sábado, 18 de enero de 2014

María de los Ángeles Pattillo
Economía y Negocios

Son espacios pequeños, pero su arriendo puede superar, incluso, el valor del metro cuadrado de un departamento de un dormitorio en Vitacura. A pesar de estas altas tarifas, los niveles de ocupación rondan el 80%.

El arriendo de un departamento de un dormitorio en Vitacura tiene un costo promedio de $8.734 el metro cuadrado (m2), según la oferta que maneja el sitio Portalinmobiliario.com. ¿Costoso? Puede ser, aunque comparado con el arriendo de una minibodega en Santiago, no lo es. Por ejemplo, el arriendo de un metro cuadrado de una minibodega en Huechuraba supera los $10 mil. “Es carísimo, pero también es sumamente útil, y por eso la gente está dispuesta a pagar”, señala Pablo Rivas, ingeniero civil que ocupa este servicio desde hace seis años y ha probado con cuatro empresas distintas.

En Mi Bodega los precios comienzan en $35 mil por un contenedor de tres m2 (unos $11.600 por m2). La firma tiene sucursales dentro de la Región Metropolitana en las comunas de Las Condes, Santiago, Cerrillos, Quilicura y Ñuñoa. Su gerente general, Cristóbal Swett, reconoce que las tarifas del sector oriente son 20% más altas que las de las zonas periféricas, pero lo que más incide en el precio por metro cuadrado es el tamaño: “Mientras más chica la bodega, más cara, porque las de menor superficie tienen mucho mayor demanda”.

En MiniStorage, donde las bodegas de 2,25 m2 tienen un valor de $23 mil —es decir, $10.200 por cada metro cuadrado—, reconocen que a veces no dan abasto. “En los últimos tres años nos hemos mantenido con el 100% de ocupación, y debemos trabajar con reservas anticipadas”, destaca Marco Libuy, gerente de Administración y Finanzas de la firma. A su juicio, el antes y el después de la industria vino con el terremoto de 2010: “El negocio se hizo más conocido, porque mucha gente debió guardar sus cosas mientras le reparaban la casa, y la demanda se disparó”.

Para Alan Stehberg, gerente comercial de AKI KB Minibodegas, el aumento en el nivel de arriendos tiene que ver con las características de los nuevos proyectos inmobiliarios: “Cada vez hay menos espacio en las viviendas. En los departamentos, por ejemplo, las bodegas son cada vez más pequeñas”. En su caso, la oferta va de contenedores de tres m2 a 60 m2.

Ante esta mayor demanda, las empresas están apostando a la expansión. Mi Bodega actualmente dispone de 16.500 m2 con 1.700 unidades, mientras que AKI KB cuenta con 25 mil m2 y 1.500 bodegas. Ambas proyectan duplicar su oferta el próximo año. “Muchos actores estamos creciendo. Si en la actualidad hay cerca de 70 mil m2 de bodegas en Santiago, el próximo año deberían aumentar a 110 mil m2, o más”, agrega Stehberg.

El buen uso de las instalaciones


Algunas empresas entregan la opción de arrendar por semana, pero en promedio una bodega se utiliza 6,8 meses, coinciden distintos actores de la industria.

Durante el período en que se utilizan las instalaciones, las cosas guardadas están cubiertas por un seguro que cubre de 50 a 100 UF como base. En algunas firmas el cargo está incluido en la tarifa, mientras que otras lo cobran adicionalmente.

La política de uso de las bodegas también varía según la compañía. Mientras en Mi Bodega tienen habilitadas dos unidades como sala de ensayo para una banda de rock, en MiniStorage abogan por un uso pasivo de sus instalaciones. “Si bien la persona puede entrar todos los días del año a ver sus cosas, no puede trabajar ni instalar un taller dentro de la bodega”, destaca Marco Libuy.

Durante la estadía, los usuarios se comprometen a no guardar ciertos elementos prohibidos, como productos químicos, inflamables, alimentos perecibles, cosméticos y explosivos. Cristóbal Swett, de Mi Bodega, advierte que el incumplimiento más común es el almacenaje de balones de gas.

En general, no hay una fiscalización presencial al momento en que el cliente guarda sus cosas en estas bodegas.

Eso sí, todas las empresas del rubro cuentan con sistemas de seguridad que incluyen un circuito cerrado de televisión y un contingente de guardias, por lo que hay un constante monitoreo de los movimientos dentro de los locales.

Para el término del contrato de arriendo se debe avisar entre siete y diez días de anticipación, además de especificar el día en que se realizará la mudanza y tener la mensualidad pagada.

Entre las distintas firmas hay coincidencia con que el nivel de morosidad ronda el 2%, y en esos casos la empresa agrega un candado que impide el libre acceso a las instalaciones.

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