Un profundo análisis sobre los distintos escenarios que enfrenta el país en materia de generación eléctrica en el Sistema Interconectado Central (SIC) realizó el grupo transversal de expertos —compuesto por Sebastián Bernstein, Gabriel Bitrán, Alejandro Jadresic y Marcelo Tokman— en el estudio encargado por la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y que el 5 de julio fue entregado por el líder de la cúpula gremial, Andrés Santa Cruz, y el gerente general de la entidad, Fernando Alvear, al ministro de Energía, Jorge Bunster.
El informe considera específicamente el período 2013-2020, y propone medidas que aseguren un abastecimiento económico de la demanda en esos ocho años. Además, destaca que con las centrales actualmente en servicio y en etapa de construcción avanzada se puede abastecer la demanda y su crecimiento sólo hasta 2016.
Para el abastecimiento del período posterior, los expertos advierten que la situación es incierta y que los precios pueden subir, aún considerando el pronto inicio de algunos proyectos de generación que se consideran probables de materializar.
Puntualmente, lo que propone este estudio de la CPC es que a raíz de la licitación de bloques de energía por parte de las empresas distribuidoras que se efectuará a fines de este año, se establezcan condiciones para que puedan participar en dicho proceso centrales existentes que hoy operan con petróleo diésel. Estas centrales podrían contratar Gas Natural Licuado (GNL) a largo plazo en la medida en que se adjudiquen contratos de suministro con clientes como las distribuidoras, lo que permitiría agregar al SIC unos 700 a 1.000 MW en centrales de base.
El análisis considera como escenario base para nuestro país —y, por ende, el más probable de concretarse— que las centrales Nueva Renca, Nuehuenco 1 y Nehuenco 2 no dispongan de GNL, que las centrales hidroeléctricas Alto Maipo, Los Cóndores y Ñuble entren en operación en 2018, 2019 y 2020, respectivamente, y que la central a carbón Santa María II y la interconexión SIC-SING entren en servicio 2019.
Dadas esas condiciones, los costos marginales esperados de energía del sistema (promedio de todas las hidrologías) crecerán a partir de 2016 hasta alcanzar 130 US$/MWh en 2018, cifra que se compara con el costo actual de 90 US$/MWh si 2013 fuese un año hidrológico normal. Esto implica un salto de 44% en cinco años.
Sin embargo, dado el escenario actual de sequía, el costo marginal se encuentra levemente sobre los 200 US$/MWh.
En el escenario en que todos los proyectos se atrasaran un año, los costos marginales promedio de energía podrían alcanzar 156 US$/MWh en 2018, monto que subiría a 250 US$/MWh frente a un año seco.
Las proyecciones de precios mejoran considerablemente si se considera que, por ejemplo, las centrales Nueva Renca y Nehuenco 2 disponen de GNL a partir de 2015, situación en la cual —a pesar de que todas las centrales y la línea de interconexión se atrasaran en un año— el costo marginal promedio (todas las hidrologías) no excedería nunca de 118 US$/MWh. De acuerdo al estudio, lo anterior muestra la importancia de aumentar la generación de base a partir de GNL, lo que solo será posible si se logran simultáneamente contratos de venta de energía eléctrica pareados con contratos de compra de GNL.
Para la CPC, la oportunidad para lograr este resultado se da con la licitación en curso para el abastecimiento de bloques de energía de las distribuidoras, pues se requiere de a lo menos dos años para establecer contratos convenientes de suministro de GNL.
Dificultades
El estudio también aborda las dificultades concretas para materializar los proyectos y el reducido número de nuevas centrales de base que están iniciando su construcción en el SIC, lo que llevaría a este sistema a enfrentar periodos de “estrechez”.
Al respecto, detalla las 14 iniciativas que no han logrado concretarse, pese a que, en el caso de Los Robles, ERA, Barrancones, y Farellones, la presentación del proyecto en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) fue en 2007 (ver infografía).
La principal piedra de tope ha sido la oposición de distintos grupos, y el estudio confirma que este rechazo se ha plasmado tanto en recursos administrativos como judiciales (ver infografía).
HidroAysén, Castilla y Los Robles son las inversiones que más rechazo enfrentaron, con 23 y 19 recursos, respectivamente, para frenar su construcción.
Dado este escenario, el presidente de la CPC, Andrés Santa Cruz, afirma que Chile enfrenta un situación de estrechez energética no por falta de interés por invertir: “Concretar los proyectos es cada vez más difícil y costoso, por la creciente oposición ambiental y ciudadana que enfrentan”, sostiene.
Es por eso que el dirigente reitera la necesidad de alcanzar un amplio acuerdo social y político para impulsar una agenda destinada a concretar en breve plazo proyectos de centrales generadoras de base eficientes. “Sólo de esta forma posibilitaremos un desarrollo sostenido de la economía, resguardando el medio ambiente y asegurando una distribución equitativa de costo y beneficios en la sociedad”, dice.