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Fútbol suma 509 sanciones de la SVS por no cumplir normas del mercado de valores

domingo, 07 de julio de 2013

Pablo Obregón Castro
Economía y Negocios

En la mayoría de los casos, los clubes sancionados no entregaron a tiempo los certificados que acreditan el pago de remuneraciones y de previsión —curiosamente, la ley de SADP entregó la facultad de fiscalizar materias laborales y previsionales a la SVS—, no hicieron llegar memorias o no informaron sobre su presupuesto.

La Ley de Sociedades Anónimas Deportivas (SADP) fue promulgada con una promesa bien clara: las corporaciones semi amateurs que habían administrado el fútbol chileno desde principios del siglo veinte y que habían provocado la quiebra de varios de los clubes más populares del país —como Colo Colo y Universidad de Chile— darían paso a una industria moderna y eficiente, sin sueldos impagos ni documentos protestados ni amenazas permanentes de huelgas de jugadores.

Y si bien hay casos que dan cuenta de que el objetivo en algunos casos se ha cumplido con creces, los vicios del antiguo sistema se resisten a desaparecer del todo. “El Mercurio” revisó las sanciones aplicadas por la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) a los 32 clubes que están bajo su supervisión y constató que al menos 20 de estas instituciones no han cumplido con algunas de las reglas más básicas que rigen esta actividad, como es entregar sus memorias anuales o acreditar el pago de remuneraciones y cotizaciones previsionales al día.

En la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) reconocen que, desde 2009 a la fecha, los clubes totalizan 509 sanciones cursadas por la SVS, pero agregan que, pese a la elocuencia de esa cifra, el incumplimiento de las normas del mercado de capitales no es un tema generalizado: “Existen bastantes sanciones de orden administrativo en clubes que se repiten y que son los que están transitando desde una corporación tradicional a un actor de una industria profesionalizada, pero no todos están en esa situación”, dice el abogado y secretario ejecutivo de la ANFP, Óscar Fuentes.

Veinte instituciones sancionadas


Entre 2011 y lo que va de 2013, la SVS sancionó a Palestino, Deportes Concepción, Ñublense, Unión Española, Universidad de Concepción, San Luis de Quillota, Deportes Copiapó, Coquimbo Unido, Deportes Puerto Montt, Rangers de Talca, Curicó Unido, Melipilla, Unión Temuco, San Marcos de Arica, Magallanes, Antofagasta, Santiago Morning, Wanderers, Deportes La Serena y Audax Italiano.
¿Los motivos? En la mayoría de los casos, los clubes sancionados no entregaron a tiempo los certificados que acreditan el pago de remuneraciones y de previsión —curiosamente, la Ley de SADP entregó la facultad de fiscalizar materias laborales y previsionales a la SVS—, no hicieron llegar memorias o no informaron sobre su presupuesto.

La entrega de memorias y estados financieros no es un mero trámite. A través de estos documentos, los actores del mercado acceden a los antecedentes relativos a la propiedad y control de los clubes, administración, inversiones, transferencias de activos (jugadores), pérdidas, utilidades y remuneraciones de la administración, entre otros.

“Si los clubes no entregan oportunamente esa información, claramente podría afectar a los inversionistas y alejar auspiciadores”, señala Sebastián Pieper, analista financiero de la ANFP.

¿Dirigentes sin experiencia?


En la ANFP atribuyen estas sanciones a la falta de experiencia de los dirigentes. Sin embargo, entre los clubes sancionados figuran algunos controlados por importantes empresarios, como es el caso de Wanderers (Alberto Eguiguren, Jorge Lafrenz y Wolf von Appen), Unión Española (Jorge Segovia) o Palestino (Fernando Aguad y Salvador Said). En la vereda opuesta, entidades como Blanco y Negro (Colo Colo), Azul Azul (Universidad de Chile) y Cruzados (Universidad Católica) no registran sanciones de la SVS.

El tema es monitoreado con preocupación por la dirigencia del fútbol profesional desde que, en 2012, un estudio encargado a Econsult advirtió sobre las dificultades de los clubes para responder ante los organismos fiscalizadores. Se creó una unidad especial de control financiero —integrada por dos economistas— y se establecieron nuevas obligaciones administrativas: “Esa unidad está en un trabajo de capacitación con los clubes, porque muchas veces las faltas tenían que ver con falta de conocimiento.

Algunos dirigentes pensaban que si enviaban los documentos a la ANFP estaban cumpliendo, y no lo hacían ante la SVS. También se hizo una modificación estatutaria que permite incluso la pérdida de categoría”, señala.

A nivel político el tema también genera inquietud: en 2011, de hecho, el superintendente de Valores y Seguros, Fernando Coloma, debió presentar un informe solicitado por la Cámara de Diputados sobre el estado de los clubes de fútbol.

70% de los ingresos en plantel y cuerpo técnico


Los antecedentes comerciales de un número importante de clubes tampoco son los mejores.

El fútbol chileno tiene una deuda histórica —de arrastre— con el Servicio de Impuestos Internos que a fines de 2012 superaba los US$ 24 millones.

Esta deuda se originó antes de la creación de las SADP. Pero en paralelo, hay una deuda más reciente y que sí es atribuible a los nuevos administradores de los clubes. Según antecedentes correspondientes al 2 de julio, 12 clubes registran documentos impagos publicados en Dicom, por un total de $349 millones.

Las situaciones más complicadas son las de Deportes Copiapó, que registra 14 impagos, por $114 millones, y Deportes La Serena, con 68 impagos por un total de $87 millones.

Para enfrentar esta situación, el Consejo de Presidentes de clubes tomó la decisión de prohibir que los equipos gasten más del 70% de sus ingresos en jugadores y cuerpo técnico.

¿Qué pueden hacer los organismos fiscalizadores? La SVS tiene atribuciones para cursar multas a los clubes de fútbol que van desde 10 hasta 100 UTM; es decir, entre 400 mil y 4 millones de pesos. La ley estableció un rango de multas especial para los clubes, el que se sitúa muy por debajo de las infracciones que se pueden cursar a otros actores del mercado, las que, en algunos casos, han superado los $562 millones. Más allá de esto, la SVS no puede desafiliar a los clubes que no cumplen.

El artículo 38 de la Ley que regula las Sociedades Anónimas Deportivas señala que el Instituto Nacional del Deporte (IND) tiene la responsabilidad de fiscalizar a los clubes respecto de su incorporación, permanencia y eliminación del registro de Organizaciones Deportivas (ODP). Consultado sobre el tema, el Jefe del Departamento de Organizaciones Deportivas del IND, Guillermo Schultz, señaló que el organismo deriva constantemente los oficios de la SVS a los clubes afectados y a la ANFP para que regularicen su situación, pero deslinda responsabilidades sobre su desafiliación de las competencias oficiales: “el control del cumplimiento de los requisitos de índole financiera y otros, como los de carácter laboral y previsional, corresponde a la ANFP y a la SVS, a quienes los clubes tienen la obligación de reportar periódicamente la situación de acatamiento a las normas laborales y financieras. De ello se deriva que la desafiliación corresponde a la ANFP”, señala.

En la misma línea, el secretario ejecutivo de la ANFP, Óscar Fuentes, señala: “ellos (los entes fiscalizadores) pueden aplicar las sanciones y tomar las medidas que la ley les reconoce, pero como la ANFP es una corporación privada, nosotros somos los que decidimos a quiénes mantenemos o no adentro de esta industria”, señala.

Para el accionista de Everton de Viña del Mar, Antonio Bloise, el hecho de que los clubes no sean sancionados con más rigor constituye una competencia desleal: “Yo me he quejado mucho sobre este tema. Nosotros cumplimos con todo, pero eso tiene un costo. Destinamos 55% de nuestro presupuesto al plantel y 45% a gastos de administración, pero hay otros clubes que no tienen ni para un gerente, porque gastan todo en jugadores. Si no se aplican las sanciones, hay una competencia desleal”.

Una mirada distinta tiene el presidente de Lota Schwager, Jaime Valdés: “el fútbol no es rentable. Los clubes grandes siguen siendo grandes y los chicos siguen siendo chicos. Para nosotros, destinar un millón de pesos para publicar una memoria o para contratar un auditor externo no es poca plata. Antes de las sociedades anónimas deportivas existían los mecenas; los dirigentes pagaban de su bolsillo. Ahora no se puede; la única opción es hacer aumentos de capital”, señala.

En su minuto, el superintendente de Valores y Seguros, Fernando Coloma, advirtió sobre las dificultades que tendría este ente supervisor para fiscalizar a los clubes. El 13 de marzo de 2011, Coloma señaló en una entrevista concedida a “El Mercurio” que las capacidades de los clubes para cumplir a la altura de cualquier otra industria regulada eran muy limitadas: “Los balances no contienen toda la información relevante, entre otras cosas. También la calidad de las auditorías deja que desear, no son capaces de responder en tiempo y oportunidad. Las fallas más reiteradas tienen que ver con los activos intangibles, las deudas tributarias, el pase de los futbolistas. La verdad es que tienen bien poco de comparación con los emisores tradicionales que regulamos”, señaló en esa ocasión.

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