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Chile sin cobre: PIB sería 45% inferior, no tendríamos ahorro fiscal y compraríamos menos

domingo, 02 de junio de 2013

Valeria Ibarra
Economía y Negocios

El mineral ha activado la economía del país en su conjunto y con ello el apetito por celulares, computadores, ropa y comida.

Que en Chile existan más celulares que personas, que cadenas como H&M estén llenas a todas horas y hasta que las demandas ciudadanas calen más hondo tienen, según los expertos, un remoto origen común: el cobre.

"El Chile que hoy tenemos a la vista no habría sido posible sin él", señala el investigador de Cieplan, Patricio Meller, quien calculó que si el boom de producción y precios del metal rojo no se hubiera producido y la economía chilena hubiera seguido tal como era antes de 1990, "el PIB chileno sería un 45% menor".

Chile está entre los países con mayor crecimiento del PIB per cápita en el mundo en 1990-2012, tras alcanzar el año pasado un monto de US$ 18.419 ajustado por paridad de compra, con un incremento de 268,7% en el período según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Este "país esquina con vista al mar" pasó de ser pobre a uno de ingresos medios: en 1990, el PIB per cápita de nuestro país era un 20% del que tenía Estados Unidos y hoy en día es de un 40%.

Si la economía chilena hubiese prescindido del metal rojo, con la misma estructura productiva que tenía en 1990, el PIB por habitante sería de US$ 10.130 al año pasado, cercano a los niveles de Gabón, Costa Rica, Líbano o Panamá.

Los efectos más visibles de la riqueza que ha dado el cobre fue un aumento del consumo. El analista de investigación de Euromonitor Internacional An Hodgson, dice: "Junto con este aumento de los ingresos y de un gasto total, se produjo un alejamiento de las compras para satisfacer las necesidades básicas, como alimentos y bebidas no alcohólicas, y un mayor gasto discrecional. Es decir, los chilenos empezaron a comprar cosas que antes eran "lujos", que en pocos años dejaron de serlo. ¿Como qué? Tecnología: celulares, notebooks, televisores plasma y LED. Los consumidores chilenos suelen comprar los últimos teléfonos móviles y los modelos más costosos como un símbolo de estatus y prestigio", señala.

También otros bienes como autos, vistos hace décadas como un bien de la clase alta, son ahora más masivos. Uno de cada cinco chilenos tiene un automóvil según cifras a 2012 y la tasa sigue creciendo. El parque automotor prácticamente se duplicó en una década y el año pasado el país llegó a tener en total 3,9 millones de vehículos, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas.

Los chilenos estas décadas también cambiaron su forma de alimentarse. Comen más carne, consumen más productos lácteos -el yogurt de "pajaritos" fue reemplazado por el yogurt batido en todos los hogares- y se atiborran de snacks. Los datos de Euromonitor disponibles desde 1998 indican que sólo en estos últimos 15 años, los chilenos compran 166% más de productos de belleza y cuidado personal, así como un 77% más de carne, el doble de bocadillos salados y dulces y un 160% más de lácteos.

Como dice Meller, "el cobre ha aumentado el nivel de bienestar de la sociedad chilena".

Efectos fiscales

Gustavo Lagos, del Centro de Minería de la UC, explica en el estudio "El superciclo del cobre y sus efectos en Chile" que el aumento del valor del metal a partir de 2003 "fue como sacarse la lotería". Con este boom, el país logró inéditos ahorros fiscales. El Fondo de Estabilización de Precios del Cobre acumula, dice Lagos, unos US$ 15 mil millones a abril de 2013.

Según un reporte del Consejo Minero, sólo considerando el aporte de un año, 2011, los mayores aportes de la minería al fisco equivalen al incremento que tuvo el gasto del Estado en educación y en salud en ese lapso. En cifras: las mineras aportaron en impuestos US$ 12 mil millones en 2011 y en ese mismo período el gasto en salud creció en US$ 6 mil millones y en educación, en casi US$ 8 mil millones.

¿Cómo saber qué sería Chile sin cobre? Una forma de verlo es por los salarios. Un trabajador minero gana en promedio al mes US$ 2.133, el doble del sueldo de un santiaguino promedio, que gana US$ 1.048 al mes, según datos de la Universidad de Chile y el INE citados por el Consejo Minero.

Las regiones no mineras, en general, tienen trabajadores con salarios más bajos, hay menos conexiones al TV cable y menos autos por persona. También las zonas no mineras tienen menos gasto en supermercado por habitante.

Gustavo Lagos dice que "los chilenos se sintieron ricos con el "superciclo" y comenzaron a pensar, posiblemente, que esto era permanente, que podrían contar para siempre con estos mayores recursos". El mayor ingreso per cápita, dice este experto, " se tradujo en una demanda por mayor igualdad y más exigencias de calidad de vida por parte de los chilenos". Y las enumera: educación gratis, más fiscalización ambiental, no al desarrollo industrial que afecte a comunidades locales, mayores derechos de los consumidores frente a las grandes industrias.

¿Apocalipsis ahora?

¿Qué pasa si ahora nos quedamos sin cobre? La baja del precio del metal rojo, que en este año acumula un descenso de 10,4% en el año, ha encendido las alarmas.

Gustavo Lagos señala que si bien en 2013 y 2014 hay un equilibrio en el balance mundial de la oferta y la demanda de cobre, no ocurre lo mismo para 2015, 2016 y 2017 años en los que habría más oferta y China pudiese no necesitar tanto cobre como ahora, por lo cual "debiera resultar en precios bien inferiores a US$ 3 por libra.

Sin embargo, Patricio Meller desdramatiza el colapso del cobre. "No es el salitre", advierte. Para empezar, el cobre es multiuso y multifuncional, está en piezas de refrigeradores, alambres, aviones y hasta en calcetines.

Y lo otro, es que quien más compra este metal son los asiáticos, que lo seguirán necesitando por varias décadas más.

Pero Meller dice que es el momento de buscar otra forma de desarrollo más allá del metal rojo. Y concluye: "El cobre ha hecho re harto hasta ahora por la economía chilena y nos ha llevado a las puertas del desarrollo. No podemos seguir pidiéndole al cobre todo lo que nos ha dado hasta ahora. Le toca al país dar el salto siguiente".

En todo caso, ni el investigador de Cieplan ni Gustavo Lagos consideran que esta riqueza mineral es una maldición. Porque hay países mineros, como Canadá y Australia, que sí han dado el salto al desarrollo. La pregunta que Patricio Meller plantea es "¿cómo aprovechar las riquezas y el valor que el cobre ha dado a Chile para desarrollarnos?".


CHILE PASÓ DE SER POBRE A UNO DE INGRESOS MEDIOS:

en 1990, el PIB per cápita de nuestro país era un 20% del que tenía Estados Unidos y hoy en día es de un 40%.



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