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La extensa ayuda social de las fundaciones del clan

jueves, 28 de marzo de 2013


Economía y Negocios

Las entidades abarcan tareas de alto impacto, como la salud, el emprendimiento, la educación y el tratamiento de violaciones.

La fundación que lleva el nombre de Andrónico Luksic Abaroa es, probablemente, la más visible del grupo y está destinada a educar y capacitar a jóvenes de escasos recursos. No es la más antigua, y tiene su precursora en los 40, cuando se crea el Instituto Pascual Baburizza, que entrega becas año a año a 400 jóvenes de diferentes regiones del país para carreras vinculadas al área agrícola, y que, además, funciona como internado.

Ambas iniciativas son dirigidas hoy por Paola Luksic, quien hace unos años recordó: "Fue siempre un motivo de preocupación de mi padre y siempre decía que era la única manera de salir del subdesarrollo".

Guillermo Luksic, siguiendo los pasos de su papá, también dio un fuerte apoyo a iniciativas sociales. En 1998 creo la Fundación Amparo y Justicia, destinada a dar asistencia a las familias cuyos hijos han sido violados y asesinados. Esta idea surgió en 1996 cuando una niña de 5 años fue violada y asesinada en Concepción, y su familia quedó en completa indefensión ante la justicia, por no tener recursos económicos para contratar a un abogado. A la fecha han asistido a más de 34 familias, a través de un equipo jurídico, psicológico y social.

Una de las entidades sociales que más quiso Guillermo Luksic fue la Fundación Ena Craig, en honor a su madre, que falleció muy joven, cuando él tenía tres años y su hermano Andrónico, apenas cuatro. Luego, tras el nuevo matrimonio de su padre con Iris Fontbona, nacieron Jean Paul, Paola y Gabriela.

Hoy la Fundación Ena Craig la dirige su hija Antonia Luksic Puga. A través de ella, el empresario y el grupo colaboran en la restauración de iglesias y en el área de salud infantil, y enfermos de escasos recursos.

Una parte importante de estos aportes los canaliza a través de Amicam, la Asociación de Amigos del Hospital Luis Calvo Mackenna. Según Adolfo Latorre, presidente de esta corporación, el empresario ayudó con una unidad crucial: "Nos colaboró con el único lugar donde se hacen trasplantes de médula ósea para niños en Chile. Fue un aporte muy grande, de millones de dólares, pero nunca quiso aparecer. Le estoy muy agradecido", aseguró.

La Fundación Educacional Oportunidad es otra de las instituciones sociales del grupo. A través de ella desarrollan programas para mejorar el lenguaje, la salud, el desarrollo socioemocional y el involucramiento de los padres como primeros educadores.

En 2007, en conjunto con la Universidad de Harvard, entregó beneficios a cerca de 50 escuelas municipales. En 2010, esta fundación y el Ministerio de Educación implementaron un proyecto para mejorar la calidad de la educación parvularia que comenzó en la VI Región.

Además, en el Valle del Elqui se desarrolla un programa de inglés para niños de prekínder a octavo básico.

Por el lado del área minera, el grupo cuenta con la Fundación Los Pelambres, que busca generar capacidades para el desarrollo de la educación, el emprendimiento y la optimización del recurso hídrico, en la Provincia de Choapa y, eventualmente, en la Región de Coquimbo.

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