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Dueños de Clínica Alemana reordenan holding de salud y evalúan nuevos negocios

domingo, 24 de marzo de 2013

Valeria Ibarra
Economía y Negocios

Centro alerta que integración con isapres genera barreras de entrada para prestadores independientes. Por lo mismo, no descartan entrar al mercado asegurador de salud, señala gerenta general Paula Ithurbisquy.

La salud privada ha tenido un gran desarrollo en Chile en las últimas décadas y se prevé que siga creciendo en los próximos años. Con esa realidad en perspectiva, la Corporación Chileno Alemana de Beneficencia (CChAB), dueña de las clínicas alemanas de Santiago, Temuco y Valdivia, creó en agosto de 2012 el holding Clínica Alemana Spa (CA Spa) para aglutinar sus negocios del área salud y separarlos de otras actividades de beneficencia: mantención de hogares de ancianos o educación.

En esa reestructuración llegó a la gerencia general de Clínica Alemana de Santiago Paula Ithurbisquy, antes gerenta comercial de la misma entidad. Comanda una empresa que, señala esta ejecutiva, es el segundo prestador privado más importante medido en número de camas, con 430 -respecto a las 550 de Clínica Dávila, del grupo Banmédica-, y que tiene varias particularidades: no tiene dueños, no pertenece a ningún grupo empresarial ni tampoco está integrada verticalmente con isapres o compañías de seguros.

"Si hay algo que distingue a esta clínica es su modelo de no tener dueño, porque los dueños de la corporación son socios, como lo serían de un estadio", aclara. "Es un modelo distinto, el único que existe en Chile, un modelo que ya tiene 100 años y está para estar otros 100", señala la profesional.

Clínica Alemana nació al alero de la Corporación Chileno Alemana de Beneficencia en 1905 y originalmente estaba en la calle Dávila. Ese primer hospital se vendió y con el dinero recaudado y la ayuda del Evangelische Zentralstelle für Entwicklungshilfe (Central Evangélica de Ayuda para el Desarrollo) se construyó la actual clínica ubicada en Vitacura, que abrió en marzo de 1973. La corporación, detalla Paula Ithurbisquy, tiene 3.200 socios y poco más de 8 mil beneficiarios, que, insiste, "no son los dueños".

Eso explica otra de las características de Clínica Alemana: "Aquí todo lo que se genera se reinvierte o se destina a acción social", señala la gerenta. Reacia a decir cuánto ganan, comenta que no tiene "rentabilidades exageradas" sino que van normalmente entre 8% y 10% de retorno sobre patrimonio, "mucho menos que las isapres".

Parte de lo que Clínica Alemana gana va a CA Spa, que a su vez lo remite como si fuera un dividendo accionario a la corporación, que no tiene fines de lucro, aclara Ithurbisquy. Esta lo invierte en hogares para la tercera edad y educación. El año pasado desembolsó en ello US$3,8 millones. Las ganancias también se reinvierten en la clínica. El centro de salud ha destinado en 2011 y 2012 unos US$100 millones cada año, cantidad que se repetiría en este ejercicio.

La perspectiva es crecer. En La Dehesa tienen un centro ambulatorio, con laboratorio, imágenes, servicio de urgencia escolar y cirugía de urgencia. En Chicureo, la Alemana adquirió en 2012 un paño que se sumó a otro que ya tenían y cuentan en total con 25 hectáreas. Y tienen un terreno de 5,5 hectáreas en El Algarrobal, también en la zona norte de Santiago. En Chicureo posiblemente se desarrollarán, pero allí "no hay un proyecto de clínica, pero sí de instalarse de manera similar a La Dehesa, con urgencia, diagnóstico y consulta".

Isapres y seguros
Clínica Alemana inscribió hace una década una isapre, pero no la activó. Hoy evalúan si hacerlo o no. "Existe un mercado de salud privado mayoritariamente integrado verticalmente. Hay pocas instituciones que no están integradas", dice la gerenta. Dependiendo de cómo evolucione la regulación que aún se discute en el país, podrían reactivar este proyecto. Hasta ahora, sin isapre propia han podido crecer porque "la gente nos busca y por eso las isapres nos han elegido para ofertar planes a sus afiliados".

¿Qué efectos produce esta integración? La ejecutiva no cree que implique precios más altos, sino que el mayor peligro son las barreras de entrada, "el convertir el sistema en un grupo de empresas que manejan todo". Explica: "Cuando tienes actores integrados, para una clínica o isapre sola que quiera entrar es difícil".

También está en su radar el negocio de los seguros. Clínica Alemana fue criticada en su momento por las compañías aseguradoras porque usa la palabra "seguro" ("Nacer Seguro", "Crecer Seguro" y "Vivir Seguro"), y a juicio de estas es una competencia desleal. Paula Ithurbisquy dice que lo que hay es "un convenio, no es un seguro", y que el primero que implementaron "fue un convenio escolar que data de 1974 y el otro, que es de 1995, se creó porque no existía protección catastrófica contra el cáncer, enfermedades y accidentes".

Ella estima que puede haber espacio para entrar en ese mercado. "Hoy, como no se sabe las aristas que va a tomar la modificación de la ley, las compañías de seguros empiezan también a ser interesantes", dice. Explica que si prospera el plan garantizado de salud, lo que esto no cubra puede ser un nicho interesante para los seguros complementarios. "No descartamos nada, siempre estamos analizando proyectos".

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