SANTIAGO.- Sin duda que la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez abre una serie de interrogantes en distintos ámbitos sobre el futuro del país latinoamericano, tanto en el área política como en la económica.
Una de ellas es cómo se vislumbra el futuro para los hombres más ricos de Venezuela, que de una u otra forma vieron afectadas a sus empresas durante el gobierno del "Comandante".
El hombre más rico del país es Gustavo Cisneros, dueño de la cadena televisiva Venevision, quien cuenta con un patrimonio de US$4.400 millones de acuerdo a la revista estadounidense Forbes.
Durante el mandato de Chávez, por el intento de control a los medios su canal apostó por dedicarse más al entretenimiento que a los contenidos politicos, por lo que a partir de ahora podría volcarse más hacia ese tipo de temas, ya que concentra el 67% de la audiencia venezolana.
De acuerdo a un artículo de la revista Forbes, Cisneros —quien posee el concurso Miss Venezuela y estaría interesado en comprar la cadena colombiana Caracol TV y DirecTV— es cercano al ex presidente estadounidense George Bush, por lo que “estaría abriendo botellas de champaña” para celebrar lo ocurrido.
El segundo hombre más rico de Venezuela es Lorenzo Mendoza, con una fortuna de unos US$4 mil millones, quien fue atacado en varias ocasiones por Chávez en los medios de comunicación, a lo que el empresario respondía con severas críticas por el estricto control de precios en el país petrolero.
Mendoza es dueño de Empresas Polar, una de las compañías más grandes del país, que produce cerveza y otros productos alimenticios básicos, como harina, condimentos, atún y vino. Se prevé que él sea una de las personas que hoy esté “celebrando” la muerte del presidente.
Por el contrario, el empresario Juan Carlos Escotet, quien ingresó este año al ránking de millonarios de Forbes, con un patrimonio de unos US$1.400 millones, podría ser uno de los pocos empresarios venezolanos que no esté contento con el fallecimiento de Chávez.
Escotet, dueño de Banesco Banco Universal, se benefició del aumento del gasto público en los programas sociales, que destruyeron las arcas fiscales, por lo que el gobierno tuvo que recurrir a capitales de bancos privados para financiar su deuda pública.
Además, su entidad financiera se vio favorecida por el control del cambio promovido por Chávez, que permitió mantener en un nivel cercano a cero a las tasas de interés de los depósitos en los bancos.