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El silencioso boom del negocio de las trufas en el campo chileno

lunes, 05 de noviembre de 2012


Economía y Negocios

Cada vez son más los empresarios que están apostando por este nuevo mercado. Es una alternativa a largo plazo que puede dar buenos dividendos.

Fue en un supermercado en París donde el agrónomo Aníbal Vial se dio cuenta del enorme potencial que tenían las trufas. Cuenta que al notar que ese "poco agraciado" fruto podía alcanzar perfectamente los US$ 1.500 por kilo se interesó en comenzar a cultivarlo en Chile. Como él son varios los hombres de negocios chilenos que han visto en la trufa negra un verdadero "diamante negro". LarrainVial, por ejemplo, a través del fondo privado Agrodesarrollo, puso sus ojos en este negocio y se asoció con el grupo Subsole -ligado a las familias Prohens, Ariztía y Allamand- para crear Andean Truffles.

Vial comenzó hace dos años. Por un lado tiene sus propias plantaciones de trufas, pero también se ha dedicado al negocio de la inoculación, vale decir, el complejo proceso a través del cual una planta es infectada con el hongo que más tarde va a producir la trufa. "Empezamos a buscar un joint venture con un grupo español que se llama Micofora y que tiene 20 años de experiencia con las trufas. Nosotros les compramos su tecnología y la usamos para inocular las plantas", comenta el emprendedor acerca de su trabajo en Vivero Trufas, firma que formó junto a su socio, el ingeniero José Hernán Rodríguez y que ha asesorado a empresarios como Carlos Cerda o Antonio Bulnes.

Los pasos de la trufa
Con España, Italia y Francia como los principales productores de esta delicatesen culinaria, en el último tiempo, Australia se ha sumado al negocio y ya está produciendo cerca de 3.000 kilos. Ese es justamente el camino que podría seguir Chile. Aníbal Vial cuenta que el proceso para entrar al negocio es relativamente simple, pero que puede resultar arriesgado. Lo primero que se necesita es inocular la planta -generalmente encina, roble, abedul o avellano- y, luego de un año de tener el árbol en un invernadero, se trasplanta al terreno donde más tarde comenzarán a producir las trufas en sus raíces. "La producción por hectárea es en promedio de 30 kilos y al primer año puede ser de 8 kilos. Hay plantaciones que dan 100 kilos y otras que dan 2. De que es riesgoso, es riesgoso, y ahí está la rentabilidad", dice Aníbal Vial.

Para comenzar en este negocio se requiere un capital inicial cercano a los US$ 10 mil por hectárea -sin contar el terreno- y, en el caso de Chile, los terrenos aptos para el cultivo están desde el Aconcagua hasta las cercanías de Valdivia. "Generalmente las trufas se dan en los terrenos más malos. Puedes aprovechar los terrenos marginales, donde no se puede poner un manzano, por ejemplo. Las laderas de cerros son ideales porque el agua corre y nunca se va a posar", aconseja Vial.

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