domingo, 30 de septiembre de 2012
Valeria Ibarra
Economía y Negocios
El acuerdo entre CAP y Mitsubishi; la compra de CTI por Electrolux, y el pacto de financiamiento entre Codelco y la japonesa Mitsui son algunos de los casos que estos hermanos han asesorado.
En el piso 43 de Isidora Goyenechea 2800 hay una mesa grande. Allí se selló a las 6 de la mañana del 23 de agosto pasado la paz entre Codelco y Anglo American, poniendo fin a la disputa más cuantiosa de la historia corporativa chilena. Sobre la madera lustrosa de ese mueble se han suscrito algunas de las más grandes transacciones del último tiempo: el acuerdo entre CAP y Mitsubishi; la compra de CTI, de Sigdo Koppers, por Electrolux; el pacto de financiamiento entre Codelco y la japonesa Mitsui; la adquisición de Indura por parte de Air Products, y el pacto entre los 33 mineros de la mina San José para hacer una película en Hollywood sobre su odisea. Allí han estado Jorge y Jaime Carey Tagle, ambos abogados de la Universidad Católica y socios del bufete más grande de Chile, Carey, elegido por Chambers como el mejor estudio de abogados de América Latina de 2012. "Nos sorprendimos que Chambers eligiera a una firma chilena, porque las brasileñas o las mexicanas son más grandes... a lo mejor estamos haciendo algo bien", dice Jorge Carey.
Tercera generación de abogados y bisnietos de un marino irlandés que prestó servicios al naciente Gobierno de Chile, los hermanos Carey han sido testigos privilegiados de los entresijos del poder en Chile. Ambos son de Renovación Nacional, conservador Jaime, liberal Jorge; uno geek (Jaime) fascinado con el iPad y la BlackBerry, y el otro un ratón de biblioteca (Jorge), que toca piano y le gusta la historia.
Los dos, eso sí, son optimistas respecto del país. "Nunca hubiera imaginado lo que este país ha logrado en estos años; Chile es un lujo", dice Jorge Carey. En la premiación de Chambers se codearon con la crème de la crème del mundo legal de la región. "No puedo decir nada de nuestra clase política... uno puede discrepar de Camilo Escalona, pero es un senador de lujo, un republicano... en el "Chile Day" estuve con Patricio Walker, estupendo, o con José García Ruminot, que es de mi partido: modesto, preparado, con altura de miras, un gran aporte al país", dice el socio principal de Carey. Lo único donde, a su juicio, el mundo político está en déficit es respecto del tema energético y de la educación.
El Presidente. "Lo ha hecho muy bien, pero se vende mal", dice Jaime. "Aprender a gobernar es muy difícil, pero confío en que en lo que queda se muestre lo bien que lo ha hecho y que la Alianza siga en el gobierno".
Los mejores ministros. Jorge Carey opina que son el ministro de Defensa, Andrés Allamand; el canciller, Alfredo Moreno, y el ministro de Hacienda, Felipe Larraín. Jaime comparte la lista, pero añade otro nombre: Rodrigo Pérez, el titular de Vivienda. "Lo ha hecho fantástico", dice.
La carrera presidencial. Para estos hermanos, Andrés Allamand es la mejor carta. "Tiene una real vocación de servicio público, valentía... imagínese que siendo un niño dejó el Saint George para inscribirse en un liceo público y ser parte de los dirigentes secundarios", resalta Jorge Carey. "Es inteligente, preparado, con una gran trayectoria política, es un demócrata probado", complementa Jaime.
Bachelet. "Tiene que definirse en términos programáticos. Por ejemplo, si opta por hacer una reforma tributaria, eso puede poner en peligro el crecimiento del país. También tiene que enfrentar el desorden de la misma Concertación, que de Concertación sólo le va quedando el nombre", dice Jorge. "Yo creo que será tentada como secretaria general de las Naciones Unidas. Sería fantástico para Chile y fantástico para ella", dice Jaime.
Energía. "Hay que hacer cambios en la legislación ambiental, porque no se está pudiendo hacer nada en materia eléctrica, somos los más ecologistas del mundo. La oposición en esto ha tenido poca visión de Estado, porque se nos va a cortar la luz y nuestros nietos nos van a reclamar por qué no hicimos nada", dice Jorge Carey.
La quinta generación a bordo
En Carey trabajan 170 profesionales. De ellos, más de 165 son abogados, pero hay también ingenieros y auditores. Hace 30 años, el bufete adoptó el modelo anglosajón: cuando un abogado se hace socio, no aporta nada más que su talento, pero cuando se jubila, a los 70 años, se va sin participación alguna en el estudio. Según Jaime Carey, bajo esta modalidad los ingresos entre los distintos socios son más parejos y "no ocurre esto de que tres socios se quedan con el 90% de los ingresos del estudio, como sucede en otros".
"Cada mes me llegan entre 30 y 40 currículos", dice Jaime, pese a que hace algunos años "teníamos fama de que trabajábamos harto". Jorge destaca: "Este es un estudio meritocrático, nos gusta la diversidad y la fomentamos".
Para ponerse al día con lo que ocurre en el mundo, tienen abogados formándose en Estados Unidos, Australia y China. La quinta generación ya está a bordo: entre hijos de Jorge y Jaime y sus sobrinos, hay cinco Carey nuevos trabajando en el estudio.
