Los
planes Sobre
la base de estos cinco productos, el sistema financiero -
si bien no necesariamente cada banco- ofrece tres planes,
pensados en tres tipos de clientes.
Cuando
estás en el colegio: te entrega una cuenta
a la vista y una tarjeta de cajero automático que depende
de ella. Está ideado para quienes están en el
colegio o los primeros años de la universidad, que
no tienen ningún ingreso propio y se manejan sólo
con la plata de la mesada. Para acceder, tus papás
tienen que tener su cuenta corriente en el banco, o tienes
que estar estudiando en un colegio o universidad en convenio,
aunque no en una carrera particular.
Terminando
la universidad: te da cuenta corriente, tarjeta de
cajero, línea y tarjeta de crédito, a un precio
más bajo y pidiéndote menos requisitos que a
un cliente común, pero poniéndote restricciones
en el uso de los productos. Está pensado para los que
están en cuarto o quinto año de la carrera,
a punto de salir, y que ya tienen sus primeros ingresos con
prácticas, trabajos part time o ayudantías.
Hay que tener claro que no están disponibles para todo
el mundo, sino que en general para los que estudian una carrera
"en convenio". ¿Cuáles son esas? Las
que cada banco asume que tienen posibilidades de un buen ingreso
a futuro. Si bien no estás obligado a tomar todos los
productos, sólo así puedes acceder a la tarifa
juvenil.
Empezando
a trabajar: es similar al plan anterior, porque también
te da los cuatro productos a un precio más bajo. La
diferencia es que desaparecen las restricciones, pero se exige
en algunos casos un mínimo de uso. Está dirigido
a quienes ya terminaron la carrera y están recién
empezando a trabajar. En el acceso se abre la opción,
además de ciertas universidades y carreras, a quienes
pueden demostrar cierto nivel de ingresos. La gracia es que
el salario exigido es menor al que se le pide a alguien mayor
de 30 años.
|