Cómo
usar bien la...
Cuenta
corriente: Como todo lo relacionado con ella (giros
por caja o con la tarjeta de cajero, cheque o transferencia
entre tus productos o hacia otras cuentas) está sometido
al cobro de un impuesto (actualmente $138), es útil
programarse y realizar la menor cantidad de movimientos.
Eso
es súper importante en el caso de los cheques. Sea
que te cobre el impuesto cuando te dan el talonario o cada
vez que te cobren uno, de todas formas es aconsejable no
usar los cheques como principal medio de pago. Lo más
eficiente es aprovecharlos para programar compras en cuotas.
Con ellos no pagas intereses y las cuotas se cobran solas,
sin hacer colas en ninguna parte. Para las compras habituales
del mes, es preferible la tarjeta de crédito, que
no paga impuestos.
En
cuanto a los servicios que te da la cuenta corriente, hay
dos que te facilitan la vida y que suelen ser gratis: el
pago automático de las cuentas de servicios y el
depósito directo de tu mesada o tu sueldo. Lo importante
es chequear su gratuidad, y que el pago de las cuentas sea
susceptible de ser suspendido lo más fácil
posible. Puede ser necesario si la empresa de servicios
comete un error y quieres aclararlo primero antes de pagar.
Tarjeta
de cajero automático: Hay que tener claro
que nunca es gratis. Los planes que la incluyen y se promocionan
como gratuitos te van a cargar mensual o semestralmente
por ella. Y los planes que no te la cobran directamente,
van a tener un costo fijo por todos los productos de un
monto similar a la comisión.
Tal
como los cheques, cada vez que saques plata o pagues con
ella te van a cobrar el impuesto de $138. Por eso, lo ideal
es programarse y realizar un solo gran giro a la semana
y no varios pequeños. La gracia adicional es que
teniendo el efectivo en las manos, te vas a dar cuenta de
cuánto estás gastando.
Línea de crédito: Es un préstamo
de emergencia, no es que milagrosamente tengas más
plata. Por eso, lo ideal es no usarla.
En
casos de urgencia, como cuando no tienes dinero aun para
poder pagar el celular y te lo van a cortar, o para ahorrarte
el cobro de multas por atrasarte en el pago de la matrícula
de la universidad, puede ser útil. Lo importante
es usarla "por mientras" que llega la plata, no
"en vez" de una plata que no va a llegar. Apenas
recibas dinero, lo primero que hay que pagar es la línea,
y no seguir gastando. Si no, te puede pasar como con los
platos sucios cuando no los lavas a la primera: volver a
cero cuando ya son un cerro de deudas puede hacerse insufrible.
Tarjeta
de crédito: Está pensada para las
compras del mes, por eso hay que usarla así: pagar
todo lo del mes con ella, y cancelarla cuando venza ese
mes, y hacer coincidir ese día con la fecha en que
recibes el sueldo o la mesada. Así te ahorras impuestos
y además acumulas puntos. Las tarjetas de crédito
son el área donde los bancos más compiten,
y por eso, ofrecen descuentos en restoranes, conciertos,
o estaciones de servicio al pagar con ella, y puedes llegar
a canjear pasajes aéreos o planes turísticos
si la prefieres en vez del cheque.
Lo
que hay que evitar es no pagar el total facturado del mes
y usarla como crédito. Si haces eso o programas cuotas,
vas a pagar intereses. La única opción de
crédito sin intereses son las "tres cuotas con
precio contado", pero es una promoción que debes
chequear que esté en vigencia antes de pagar.
Otras
promociones vigentes son el pago automático de cuentas
y el pago en estaciones de servicio, ambas sin cobro de
comisión. Sin embargo, como promociones, hay que
verificar que el local esté adherido y que la oferta
esté operando.
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