Atención,
papás
Evite
fiscalizar sistemáticamente el destino de los recursos:
La mesada debe implicar un acto de confianza real, porque
organizar una Gestapo artesanal sólo causará
fricciones innecesarias en las relaciones. De todas formas,
se debe considerar que si el estudiante es sorprendido dilapidando
la mesada, ésta puede ser revocada por distribuciones
puntuales de dinero hasta que la confianza se recupere.
No
es un sueldo: Muchas veces la mesada es confundida
como un sueldo, que puede ser usado para castigar o premiar
conductas y resultados. Esta visión es errónea,
porque el fin es que el estudiante satisfaga necesidades básicas
en circunstancias que aún es dependiente. Por lo tanto,
si el estudiante mejora sus notas, la recompensa no debe ser
económica (no le pagan para que estudie). Asimismo,
si el estudiante tiene bajo rendimiento, la coerción
no debe hacerse a través de una restricción
del presupuesto.
Los
excesos y las carencias en los montos sólo conllevan,
más temprano que tarde, a una visión irreal
de lo que significa realmente el dinero.
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