Las más exclusivas cuentan con habitaciones amobladas, salas de estudio, computadores conectados a Internet, salones de estar, servicio de comidas, lavandería y piscina. También hay algunas con pequeños departamentos con dormitorio, living, cocina y baño privado y otras que son sólo las habitaciones a las que se añade una sala de estar y una cocina compartida.

Las residencias son administradas por particulares, movimientos religiosos y también por las mismas universidades.

Algunas de estas últimas son un beneficio gratuito para aquellos alumnos con dificultades económicas y que vienen de regiones o localidades alejadas. Se postula a este beneficio presentando el formulario único de acreditación socioeconómica, el mismo para postular al crédito universitario.

Las casas de estudios superiores también tienen hogares pagados. Año a año las plazas están copadas porque son las más económicas y quedan dentro o en las cercanías de las universidades. Generalmente hay que entrar a una lista de espera.

Las vinculadas a movimientos religiosos son especialmente rigurosas en cuanto al cumplimiento de las normas, como horarios, silencio, e incluso el uso del televisor.