Lo
que debes chequear
Ubicación,
ojalá tu nuevo hogar esté cercano a la universidad,
puede ser más caro pero se ahorra el costo de traslado.
En ciudades más grandes ojalá que tenga locomoción
colectiva directa.
Tamaño
de la habitación.
Cuenta
o no con baño privado. El baño compartido
es uno de los focos de disputa más comunes. El aseo,
la pasta de dientes destapada o la llave mal cerrada, pueden
causar más que un dolor de cabeza.
Entrega
servicio de comidas. En caso contrario hay que preguntar
si se puede usar la cocina, refrigerador y despensa o si quienes
viven ahí se organizarán para cocinar y lavar.
Éste también es un punto conflictivo: todos
quieren comer pero pocos eligen cocinar y nadie quiere lavar
los platos.
Servicios
que presta el lugar, como mucamas, aseo, lavandería
y salas de uso común.
Normas
del lugar, costumbres y gustos de los arrendatarios
y demás inquilinos. Es importante ver si ellas se amoldan
a tu estilo de vida. Demasiada rigurosidad en horarios y visitas
o excesivo desorden, pueden tornarte la vida imposible.
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