Nadie tiene la bola de cristal. Es la frase que
circula de forma frecuente entre analistas respecto
a los pronósticos sobre el precio del cobre.
En 2005, muchos se equivocaron y las estimaciones
de precios cambiaron más de una vez hasta
en los organismos más técnicos.
Y, para 2006, la incertidumbre es similar.
Mucha demanda por parte del principal consumidor
mundial de cobre, China, que está creciendo
a tasas superiores al 9%. Una producción
que si bien se va a incrementar —se espera
un superávit de cobre de entre 150 y 300
mil toneladas— no alcanza para estabilizar
el precio dado que son tan pocos los inventarios
(en las bolsas de metales no hay más reservas
que para casi tres días de consumo) y una
mayor demanda de países como India y Estados
Unidos tendrán nuevamente al metal bailando
al ritmo de los especuladores.
Las proyecciones para este año son amplias.
Si bien los más conservadores apuestan
por un cobre a un precio de entre US$ 1,50 y US$
1,60 la libra, los más optimistas –entre
ellos la corredora Santander Investment y la Sonami–
aseguran que el metal oscilará entre los
US$ 1,65 a US$ 1,74 la libra.
Estas cifras adquieren relevancia en la medida
que cada centavo promedio anual que sube el precio
del cobre, representa nada menos que alrededor
de US$ 121 millones adicionales de ingresos por
concepto de ventas para Chile. Ingresos que, a
su vez, se traducen casi por completo a utilidades
para las empresas ya que no implican una mayor
producción, sino que están motivados
sólo por el factor precio.
Y si los niveles de precios del cobre igualan
al cierre de 2005, este año podría
ser más auspicioso aún para Chile.
Ello dado que, según estudios de la Sonami,
la producción chilena se incrementará
en cerca de 300 mil toneladas, llegando a explotar
cerca de 5,6 millones de toneladas de cobre.
Del total producido, se espera que Codelco alcance
a producir 1 millón 730 mil toneladas y,
el resto, se reparte entre las principales empresas
privadas que operan en el país.
Durante 2005 las exportaciones del metal rojo
superaron los US$ 17.500 millones. En 2006, esta
cifra podrá incrementarse dada la mayor
producción, aunque dependerá mayormente
del factor precio.
En tanto, el oro incrementará también
su producción en 2 mil kilos, alcanzando
los 42 mil kilos aproximadamente, ello impulsado
por la reapertura de pequeñas mineras como
Refugio —propiedad de Bema Gold y Kinross—
y también incrementos en la producción
de los yacimientos que producen el metal precioso
como subproducto del cobre.
En el caso del molibdeno, este subproducto —que
ha multiplicado casi por 10 su valor promedio
de los últimos 20 años y es actualmente
el segundo producto más exportado de Chile—
disminuirá su precio, según analistas,
a valores que superan levemente los US$ 20 la
libra, contra los US$ 32 que hoy alcanza la libra.
Ello hará que las exportaciones de este
metal bajen de los actuales US$ 3.300 millones
a un valor que oscila entre los US$ 2 mil y US$
2.300 millones.
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