Los titulares de la prensa nacional y económica del primer semestre del año pasado fueron elocuentes: “2008 comienza con 40% menos de energía contenida en mayores embalses de Chile” (El Mercurio, 12 de enero); “Gobierno admite escenario ‘extremadamente delicado’ y no descarta racionamiento” (El Mercurio, 2 de febrero); “Argentina sube más de 100% impuesto a exportaciones de gas natural a Chile” (La Segunda, 14 de julio).
Indiscutiblemente, la generación eléctrica fue uno de los temas más sensibles para el país en 2008. La restricción casi permanente del suministro de gas natural desde Argentina, el alto precio de los hidrocarburos durante los tres primeros trimestres del año, la exigua -hasta el invierno- participación de los embalses y centrales de pasada en la generación total de la zona central, el fenómeno de La Niña instalado en el país y la salida del sistema –por reparaciones- de la central Nehuenco por varios meses mantuvieron en ascuas al Gobierno y a los consumidores de energía eléctrica durante la primera mitad del año.
En una entrevista publicada por el diario "El Mercurio" el lunes 10 de noviembre, el ministro de Energía, Marcelo Tokman, reconoció que “en ningún momento estuvimos a horas de un racionamiento, pero si le preguntabas a varios analistas a fines de febrero, varios pensaban que en una o dos semanas era inevitable aplicarlo. Las proyecciones del CDEC eran que iba a haber cortes en marzo”.
El secretario de Estado explicó que si no se hubiera producido una reducción del consumo en marzo, que alcanzó un 3,2%, no habría existido forma de evitarlo. Otra medida que se tomó fue permitir la utilización de más agua del Maule y el Laja.
Para tomarle el pulso a la situación, la Comisión Nacional de Energía (CNE) manejaba un informe que mostraba cuánta era la generación en reserva. “Pasamos mucho tiempo donde eso indicaba cero. No había nada disponible que no estuviese siendo utilizado. Hoy esa reserva está en torno a los 1.500 MW”, sostuvo Tokman en la mencionada entrevista.
Para hacer frente a la eventual crisis, la autoridad hizo un monitoreo muy cercano de las plantas en mantenimiento y de los proyectos listos para entrar en operación. Hubo conversaciones con las generadoras, las que identificaron a los clientes que tenían sistemas de respaldo y se buscaron maneras de echarlos a andar.
