CRISTIÁN GARDEWEG
Economista Celfin Capital 
(18 de agosto de 2007)

¿Calma después de la tormenta?

La "crisis subprime" ha repercutido en los mercados financieros internacionales bastante más fuerte de lo que esperábamos. La pregunta ahora es si las repercusiones se limitarán a los mercados financieros o tendrán un efecto en la economía real, pues esto último determinará la velocidad de una eventual recuperación de los índices bursátiles.

Veamos qué ha cambiado en la situación internacional desde inicios de julio, cuando la mayor parte de las bolsas registraba nuevos niveles récord. El sector inmobiliario de Estados Unidos sigue relativamente igual, los índices de ventas y precios continúan débiles pero sin mayor cambio respecto de los meses previos. Los indicadores de morosidad, a su vez, se han deteriorado levemente.

La novedad, aunque bastante esperable, es que la mayor morosidad ha ampliado su número de víctimas y distintos fondos de inversión han reconocido que enfrentarán pérdidas por esta causa. Fuera de esta situación, los indicadores de actividad económica han mostrado sólo un leve deterioro en Estados Unidos (ventas de comercio, empleo), pero todavía muestran una expansión sólida, a la vez que el resto del mundo continúa con altas tasas de crecimiento, lo que se traduce en precios de commodities que continúan altos.

Ha habido una mayor preocupación por los indicadores de inflación tras la reciente alza de los precios de alimentos, pero en general los bancos centrales se muestran tranquilos. Los resultados de empresas incluso han registrado un avance mayor al esperado en Estados Unidos.

Ante este escenario, era esperable que el ajuste del sector inmobiliario y crediticio de EE.UU. siguiera su curso sin tener mayor impacto en sectores y mercados ajenos a ellos. No ha sido así. Las pérdidas asumidas por los distintos fondos y la incertidumbre sobre sus efectos totales han llevado a un temor de enfrentar una contracción crediticia de mayor alcance. Esto se amplificó por los bajos spreads que enfrentaban algunos instrumentos y la alta rentabilidad acumulada por las bolsas, llevando a jornadas de nerviosismo extremo como las que hemos vivido.

Ante esto la Fed salió al rescate, asumiendo su rol de prestamista de última instancia y con un claro sesgo de que podría efectuar recortes de su tasa de política monetaria.

¿Qué se puede esperar ahora? Mantenemos nuestra expectativa de que los efectos de la crisis subprime en la economía real mundial serían acotados. Los bancos centrales tienen las herramientas más que suficientes para enfrentar cualquier contracción crediticia que ésta cause, lo cual permitiría a la economía mundial mantener el ritmo de crecimiento de los últimos años.

La turbulencia de los mercados financieros puede cobrar su precio en la trayectoria del consumo privado, especialmente de Estados Unidos, pero la demanda del resto del mundo compensaría estos efectos. Las bolsas, por supuesto, pueden continuar mostrando una alta volatilidad e incluso un mayor deterioro, pero dado el retroceso reciente y los positivos fundamentales de las empresas y la economía, esperamos que retomen su tendencia al alza más temprano que tarde.

 

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