Cuando el Gobierno ingresó la iniciativa a trámite parlamentario,
en diciembre de 2006, planteó un costo de US$ 944 millones para
sus primeros tres años.
Hoy el proyecto tiene un costo fiscal de US$1.543 millones, por los mayores
beneficios que se negociaron en estos trece meses.
En diciembre de 2006, cuando el Gobierno envió al Congreso su proyecto de ley estrella, la reforma a las pensiones, hizo un cálculo detallado del costo fiscal derivado de la iniciativa: entre 2008 y 2010 costaría $472 mil millones al erario. Según un tipo de cambio de $500, la cifra es de US$944 millones.
Puede que el proyecto dé hoy su último paso parlamentario si la Cámara de Diputados lo aprueba sin el ingreso de los bancos al negocio previsional (en caso contrario, el trámite se alargaría a comisión mixta). Pero el costo ya es un 63% más alto: $773.626, equivalentes a US$1.543 millones.
Es decir, luego de 13 meses de negociaciones con los parlamentarios, la iniciativa tiene un costo US$600 millones superior.
Si se revisan los sucesivos informes financieros preparados por la Dirección de Presupuestos, que debían cambiar por cada indicación sustitutiva con efecto fiscal que se introdujo al prospecto legal, tanto en la Cámara como en el Senado, se observa que el mayor gasto fiscal no estuvo tanto en haber acelerado la gradualidad de entrega de las pensiones ni en sus montos más altos, sino en otros beneficios.
El incremento más sustantivo estuvo en la propuesta oficialista de incentivar el Ahorro Previsional Voluntario (APV) de la clase media —y en el APV Colectivo, aunque éste, en menor medida—. Según como está el proyecto, una persona con renta de hasta $1,5 millón podrá elevar en hasta 15% sus ahorros si se acoge a este mecanismo. Si en el proyecto original su costo en el trienio 2008-2010 sería de US$900 mil, subió a US$119 millones ahora.
Otros puntos de mayor gasto estatal fueron la remozada institucionalidad que se creará -incluyendo una Superintendencia de Pensiones-, y los beneficios para los empleadores que contraten a trabajadores jóvenes (detalles en infografía).
Pese a estos aumentos, el director de Presupuestos, Alberto Arenas, planteó que el plan está totalmente financiado.
A cargo del publicista Ángel Carcavilla, de Carcavilla & Asociados, estará la no menor tarea de promocionar la reforma previsional cuando ésta sea aprobada por el Congreso. Lo cual podría suceder hoy, si la Cámara de Diputados decide finalmente aprobar el proyecto tal como salió del Senado.
La labor de Carcavilla no será fácil: tendrá que
crear una campaña para dar a conocer a las personas una de las
reformas más profundas de las últimas décadas, la
cual no está exenta de complejidades, porque hay diversos tecnicismos
en la nueva ley y nuevos beneficios para las personas.
