Alrededor del 20% de la electricidad usada en el mundo procede de la energía hidroeléctrica. En Chile, es el recurso renovable más utilizado debido a las condiciones geográficas y climáticas de la región. Actualmente, representa poco más del 50% de la matriz eléctrica del país.
La clave está en aprovechar la energía cinética proveniente del caudal de los ríos. Para capturar esta energía, primero se debe transformar esta corriente en mecánica para, posteriormente, convertirla en energía de alta tensión. Esto se hace mediante la instalación de centrales hidroeléctricas en lugares estratégicos donde el flujo del agua sea lo suficientemente elevado y constante.
Las turbinas son los equipos encargados de transformar la energía cinética en mecánica. El eje de las turbinas transmite la energía hacia el alternador –máquina eléctrica-, la cual produce una nueva corriente. Luego, dicha corriente pasa a un transformador donde se convierte en energía eléctrica apta para ser utilizada por la población.
Es posible distinguir entre dos tipos distintos de centrales: las de embalse y las de pasada. En Chile, casi dos tercios de la hidroelectricidad que se genera corresponde a centrales de embalse.
De pasada: El agua es desviada por un caudal hacia una pequeña cámara donde es impulsada a través de una tubería forzada aumentando su velocidad, por lo tanto, su energía cinética. Esto, para luego ser conducida a una turbina donde se generará energía. Una vez que el agua es utilizada, es devuelta al cauce del río normal.
De embalse: Mediante la construcción de una represa se crea un embalse artificial el cual almacena el caudal de los ríos afluentes. La cantidad de agua utilizada varía de acuerdo a la demanda; y es derivada por canales hacia la turbina.
- Disponibilidad, ya que el recurso es relativamente inagotable mientras continúe el ciclo del agua.
- Se produce a temperatura ambiente, por lo que no necesita ningún tipo de combustible para funcionar.
- A diferencia de las combustiones a gas, petróleo o carbón, no emite gases que contaminen la atmósfera. Por lo mismo, no es necesario implementar programas para controlar dichas emisiones.
- Es rentable, porque si bien la inversión inicial puede ser elevada, sus gastos de mantenimiento son bajos en relación a otras alternativas de generación.
- Pérdida de bosques nativos y hábitats naturales debido a la inundación de los embalses. Asimismo, animales en peligro de extinción pueden verse amenazados por la ubicación de estas centrales.
- Destrucción de la biodiversidad acuática.
- Modificación de microclimas, ya que altera los ciclos naturales.
- Alteración de la producción agropecuaria y de parques nacionales por la instalación de líneas de alta tensión.
- Gran impacto visual y deterioro del paisaje lo que repercute en el sector turismo.
- Impacto sociocultural, ya que se produce un aumento en la población en épocas de construcción.
- Impacto social por la expropiación de los pobladores del sector.
- Disponibilidad de agua está afecta a las condiciones climáticas.
- La posibilidad de establecer centrales está condicionada a las características del terreno mismo.