Precios e impuestos

 

a) Qué factores inciden en el precio

Primero hay que tener claro que el precio de venta lo fija con absoluta libertad cada estación de servicio. No existe ninguna regulación que obligue a las distintas compañías a vender a un precio específico.


Segundo, las compañías para calcular el precio final del combustible hacen caso a dos indicadores: el precio de la competencia y el valor al que ellos compran el combustible.

En el mercado nacional, los principales operadores son Copec, Shell, Esso y Terpel , los cuales poseen el 93% de la cadena de distribución del país.

Como las grandes distribuidoras no tienen refinerías que les permitan elaborar sus propios combustibles, compran gran parte a ENAP, que abastece el 85% de las necesidades del mercado nacional. El resto lo importan.

Así, los precios de las bencinas cambian todos los lunes porque ENAP fija un nuevo precio de venta para los distribuidores mayoristas, los cuales traspasan sus cambios de costos a las estaciones de servicio y, estas últimas, al público final.

Aquí es importante entender que ENAP determina sus precios de venta de acuerdo al valor que tienen los combustibles en la Costa del Golfo de México, lo que se llama "paridad de importación".

Para ello, la petrolera toma en cuenta los precios de paridad de importación que cada semana define la Comisión Nacional de Energía (CNE) y que sirven para determinar si debe operar o no el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles Derivados del Petróleo (FEPCO). 

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b) Estructuración del precio

Al menos en Chile, gran parte del precio final que deben pagar semana a semana los usuarios corresponde al impuesto específico. Así se puede ver en la información que entrega la Empresa Nacional del Petróleo.


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c) Impuesto específico

El Impuesto Especifico para los combustibles se publicó en el Diario Oficial el 3 de abril de 1986 y tenía como principal objetivo ayudar a financiar la modernización de las obras viales del país, tras el terremoto de 1985.

Actualmente los gravámenes a las gasolinas (en todos sus octanajes) llegan a 3,5 UTM por metro cúbico (m3), luego que en agosto pasado el Gobierno anunciara su reducción transitoria desde un nivel de 4,5 UTM. Este combustible afecta a todos los consumidores de gasolinas, sean industriales o minoristas.

En tanto, el diésel posee un impuesto de 1,5 UTM por m3 ($52 por litro). Aunque este impuesto no ha sufrido modificaciones ni bajas temporales, algunos sectores pueden recuperar los dineros que pagan por este tributo. Los usos industriales que se hacen con el diésel pueden ser recuperados por las empresas descontándolos del IVA. En tanto, este año la Comisión Nacional de Energía (CNE) gestionó un cambio que permitió a las eléctricas recuperar mensualmente el pago por este gravamen.

También en categoría de excepción se debe considerar a los camioneros, quienes lograron que el fisco les devuelva el 80% de los dineros que pagan en impuesto específico. La parafina, en tanto, no paga tributos.

Por último se encuentra la situación del gas licuado (GLP) y del gas natural (GNC). Aunque su consumo para calefacción y otros no está gravado, su uso vehicular sí lo está. 1,93 UTM cada mil m3 en el caso del GNC (lo que se traduce en $67 por m3), mientras que para el GLP este cobro asciende a 1,4 UTM por m3 ($49 por litro).

Según datos entregados por la Dirección de Presupuestos (Dipres), lo recaudado por concepto de este tributo en 2007 representó el 5,2% del total de los ingresos tributarios del Fisco.

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d) Recaudación fiscal

El alza del precio de los combustibles tiene entre las cuerdas al país. Automovilistas, industriales y transportistas han debido elevar fuertemente su gasto en este ítem para poder mantener su nivel de consumo. Pero el fisco no ha tenido tanta complicación al respecto, ya que su recaudación por efectos de IVA ha subido considerablemente. ¿La razón? Mientras más cara cuesta la bencina, la parafina o el diésel, mayor es también el monto por litro que va a parar a las arcas fiscales por IVA, que equivale al 19%. A esto se suma que, en el último tiempo, las ventas físicas de combustibles se dispararon por el aumento del parque vehicular pero, sobre todo, por la crisis energética, que obligó a las generadoras a usar diésel en reemplazo del gas argentino.

Según una estimación de Economía y Negocios, elaborada a partir de datos oficiales de venta de combustibles y de ingresos fiscales, con los precios de junio de este año la recaudación mensual ya alcanza los US$ 280 millones. Por lo tanto, el IVA a este tipo de insumos aportaría al erario nacional aproximadamente US$ 3.300 millones en 2008.

Este nivel mensual, sin embargo, va variando a medida que lo hacen también los precios de las gasolinas, el kerosene y el petróleo. Además, afecta el cambio de la intensidad de uso de las generadoras termoeléctricas, que en los últimos meses han reducido su consumo de este insumo producto de la mayor disponibilidad de agua para generación hidroeléctrica.

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e) Demanda creciente

De acuerdo a datos de Electroconsultores, el despacho de termoelectricidad cayó desde 41% a 35% sólo entre abril y mayo de este año.

El combustible que más contribuye, y por lejos, es el diésel. De acuerdo a la estimación, este combustible aporta, mes a mes, US$ 196,9 millones al fisco, es decir, el 70,3% del total. Más atrás se ubican las bencinas, con US$ 39,4 millones mensuales (el 14,1%), y el gas licuado, que representa el 6,6% con US$ 18,5 millones cada treinta días.

Otra razón es el alza de los precios. El diésel, por ejemplo, costaba hace un año cerca de $500 por litro y en la primera semana de junio ya se empina en $600. Es decir, si antes por concepto de IVA se pagaban unos $55 por cada litro, hoy llega a $75. En el caso de la bencina, el aumento llega a $100 sólo en los últimos tres meses, mientras que la parafina ha subido $144 por litro.

Otro elemento que dispara la recaudación es el mayor uso de los combustibles, que a nivel agregado muestran un alza de 30,5% entre 2007 y 2006, de acuerdo a la Memoria Anual de la ENAP.

Esto es, mientras en 2006 se consumieron 14,6 millones de metros cúbicos de combustibles líquidos -considerando diésel, bencinas, gas licuado, fuel oil, parafina y productos industriales-, en 2007 la cifra se elevó a 19,1 millones.

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f) Consumo de crudo en Chile

Chile duplicó las compras de crudo en 2007 por la crisis del gas natural. Un total de 10 buques por mes llegaron a Chile durante 2007, más del doble que los 4 que arribaron al país cada mes en 2006, según un reporte de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP).


Sólo la petrolera estatal gastó US$ 6.000 millones en 2007 en compras de petróleo, cifra que es 50% mayor de lo que la compañía liderada por Enrique Dávila gastó el año anterior.

¿Razones? Dos. La crisis del gas, que multiplicó los requerimientos de combustible para generación eléctrica -todo el parque termoeléctrico que operaba con gas argentino pasó a generar con diésel- y el aumento del precio del barril de petróleo.

Según el reporte de la Enap, el precio promedio al que compró crudo durante 2006 fue de US$ 50 por barril, cifra que saltó a US$ 75 el año pasado.

Los países o zonas a los que Enap compró petróleo durante 2007 fueron oeste de África, Perú, Ecuador, Brasil, Colombia y Europa oriental. "Preferentemente de Ecuador y Brasil en el mercado regional por razones obvias, menores costos en transporte", explicó la compañía.

"A raíz de la demanda de diésel en el país, por consumo termoeléctrico, el consumo total del país ha subido de 17 mil metros cúbicos día a 30 mil metros cúbicos diarios, y cada buque transporta 45 mil metros cúbicos y por lo tanto dura alrededor de 5 días", explicó la compañía estatal.

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