El petróleo es un elemento de origen orgánico ubicado en capas subterráneas de la tierra o en cuencas submarinas a miles de metros de profundidad.
Se trata de un hidrocarburo fósil, proveniente de la sedimentación de material orgánico que quedó depositado y que durante miles de años fue cubierto por diversas capas de material sedimentario e incluso formaciones rocosas. El peso de estas capas sobre el material orgánico a lo largo del tiempo es el responsable de la formación de petróleo, debido al calor y la presión ejercida sobre el material.
El petróleo ya era usado por la humanidad desde comienzos de la civilización con diversos usos: desde pegamento para forjar construcciones, asfaltar caminos y hasta usos medicinales.
Más adelante, hacia el siglo XVIII comenzó a mejorar el tratamiento y refinamiento de este material, siendo usado como grasa para las rústicas maquinarias.
Ya en el siglo XIX se perfeccionó su uso, hasta llegar a utilizarse como aceites combustibles para iluminar calles y lámparas.
Fue en el mismo siglo (1846) que se descubrió el Kerosene. Trece años más tarde se perforaría el primer pozo petrolero.
El primer paso en este proceso es la búsqueda de un yacimiento. Si bien en la actualidad se utilizan sofisticadas tecnología como mediciones sísmicas, de microorganismos, gravimetría, magnetometría e imágenes satelitales, la única forma de estar seguro de la existencia de un yacimiento es usando el método del sondeo de reconocimiento. Lo que impide que se realice siempre este último método, son los elevados costos de esa búsqueda.
Una vez encontrado el yacimiento, ya sea bajo la superficie terrestre o marina, es necesario hacer que petróleo fluya hacia la superficie. En el método de extracción se utilizan potentes taladros para perforar el domo e instalar una gran bomba de succión que extrae el combustible hasta el nivel de la tierra o del agua, según el caso.
Cuando ya se ha logrado sacar petróleo, el paso siguiente es su transporte hasta los centros de almacenamiento. Para esta tarea los medios por excelencia son dos: oleoductos y buques tanque (vía marítima).
Los oleoductos son en la actualidad un medio muy eficiente y económico de transporte, tanto así que ya hay miles de kilómetros de tuberías a lo largo del globo.
Por su parte los buques tanque son un medio más económico, aunque más lento y algunas veces, más inseguro.
Una vez que el petróleo se ha extraído, es necesario depositarlo en “tanques de almacenamiento”, donde permanece por varios días para sedimentar y drenar el agua que normalmente contiene. Una vez que el agua y el petróleo se encuentran separados, el combustible está listo para uno de sus últimos pasos.
Como el petróleo crudo es una mezcla de diversas sustancias, las cuales tienen diferentes puntos de ebullición, es necesario someterlo a un proceso de refinación para obtener sus diversos subproductos. Éste se conoce como "destilación fraccionada”, que se desarrolla en las refinerías.
Los combustibles más livianos o volátiles se separan a menor temperatura y salen por la parte superior de una estructura especialmente desarrollada para esta tarea llamada “topping”. Según el grado de ebullición el orden en que se procesan los derivados es el siguiente: gas licuado, gasolinas, kerosene, diésel.
