Inicios


Angelini llegó a Chile a fines de la década de los cuarenta con el objetivo de formar una fábrica de pintura. Aunque algunos piensan que Angelini eligió ese país por azar, su arribo respondió “a que amigos y parientes de inmigrantes siempre me hablaron de las bondades de esta tierra y del carácter amable de sus habitantes”, dijo en alguna oportunidad.

 

A Chile llegó con unos US$100 mil en maquinaria y equipos, que fueron la base para la fábrica de pinturas Tajamar. De la mano de su amigo italiano Antonio Franchini, incursionó en la construcción tras vender su participación en la fábrica de pinturas.

Si bien llegó solo a Chile, cuando ya estaba instalado mandó a buscar a su hermano Gino. Por varias décadas, él fue su gran compañero en los emprendimientos empresariales.

 

 

 

Sector pesquero

 

Mientras Angelini dividía su tiempo entre las pinturas Tajamar y la construcción de unos edificios en el centro de Santiago, en 1957 se le presentó una nueva oportunidad que  marcaría el origen de su fortuna. Ese año ingresó al sector pesquero

 

Un empresario nicaragüense, Ricardo de Varenne, que había llegado desde España en el winnipeg –junto a muchos hombres hábiles en el arte de la pesca- le ofreció su negocio. Varenne había creado Eperva (Empresa pesquera Ricardo de Varenne) pero estaba necesitado de mayor capital para darle un impulso a su industria.

 

El empresario viajó a Arica y apenas vio lo que le esperaba supo que sería una prueba al tesón y al esfuerzo.  La industria de pesca no era más que un montón de máquinas a la orilla del mar, en dudoso estado. Se trataba de cinco goletas pesqueras de origen noruego. Las redes estaban quemadas y era inútil pensar en arreglarlas.

 

Pero Angelini no se amilanó. Viajó a Perú para saber cómo se producía la harina de pescado.  No sólo copio lo que vio, sino que le inyectó capital y modernizó la industria nacional a tal dimensión que, cuatro décadas más tarde, para 1994, se había convertido en el mayor exportador del país, además de representante de dos tercios de la industria pesquera del norte.

 

Cuando inició su producción de harina y aceite de pescado en gran escala Angelini adquirió un importante volumen de acciones de Pesquera Indo. En esta área fundó, además, la Empresa Pesquera Chilemar, Pesquera Iquique y Corpesca. Esta última estaba formada por los principales productores de harina y aceite de pescado del norte del país y tenía como fin vender la producción chilena por una sola mano, para así lograr mejores precios en el mercado internacional y abaratar los fletes del transporte marítimo.

 

Angelini le incorporó tecnología a la industria. Por ejemplo, los barcos de madera fueron reemplazados por cascos metálicos, se comenzaron a utilizar redes industriales y las grúas empezaron a ser motorizadas.  Además, se incorporaron aviones para detectar la ubicación de los cardúmenes y para dirigir desde el aire las operaciones de pesca.

 

Hacia 1958 y tras diez años de trabajo, el empresario logró aumentar la extracción de pescado de 65 mil toneladas a 226.

 

 

Con el tiempo sus empresas llegarían a tener una importancia enorme en el rubro. Así, en agosto de 1999, a raíz de los graves problemas en el sector pesquero desatados por el descenso en las capturas y la baja en el precio de la harina de pescado, que estaba impactando desde hace meses los resultados y rentabilidad del sector, el grupo Angelini concretó la constitución del Consorcio Pesquero del Norte S.A., Copenor, el cual reunía a Empresa Pesquera Eperva S.A. y Pesquera Iquique Guanaye S.A (Igemar), con la Sociedad Pesquera Coloso S.A., de la familia Menéndez Lecaros.

 

En septiembre de 2000 fusionó Pesquera Iquique Guanaye (Igemar) y Pacific Protein, dentro de la estrategia del grupo Angelini para hacer frente a la crisis que afectaba al sector desde hacía un par de años. Con esto se creaba la mayor empresa pesquera en la zona sur. La nueva entidad, que se pasó a llamar SouthPacific Korp, administraría los activos pesqueros de ambas y estaría a cargo de la operación, producción y ventas. Su cuota mercado sería de 12,5 %, una flota de 17 barcos aproximadamente y activos valorados en US$ 130 millones.

 

 

 

Sector forestal


La incursión de “Don Cleto” en el sector forestal se da en 1958, cuando invierte en plantaciones forestales en Mulchén. Posteriormente, en 1966, compra la sociedad Maderas Prensadas Cholguán. Aquí pone en marcha inversiones para desarrollar plantaciones, construir aserraderos y fábricas de paneles.

 

Pero sin duda la movida que lo catapultó a las grandes ligas fue la compra de Copec en 1986, a los 72 años de edad. Ese año, Angelini adquirió el 41% de la empresa que había pertenecido al imperio del grupo Cruzat.

 

Con medio país quebrado, consiguió lo que muchos hubiesen soñado: ser dueño de un paquete importante del mayor holding del país.

 

La adquisición no fue tanto por un interés en la potencialidad del negocio de los combustibles, el premio era Celulosa Arauco, una de las filiales de la compañía.

Sin embargo, los Matte, familia controladora de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC), también vio ahí una oportunidad atractiva. Y es así como Minera Valparaíso, la sociedad de inversiones de los Matte, captó aproximadamente el 10% de los títulos, y Angelini el 41%. Como el precio de compra fue relativamente bajo Angelini se dio el lujo de capitalizar la empresa en US$164 millones asociándose para ello con el consorcio neozelandés Carter Holt Harvey.

 

Pero la relación se fue complicando a medida que la empresa neozelandesa pasaba a manos de Internacional Paper, la mayor compañía forestal del mundo. Para 1996 la tensión había aumentado a tal punto que tras varios años de juicios y arbitrajes, Angelini terminó por adquirir el 60% de la propiedad -a través de su holding de inversiones AntarChile- después de pagarle US$ 1.233 millones a Carter Holt.

 

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