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El impacto de las IFRS en el sector bancario
Columna de Fernando Orihuela, socio IFRS PricewaterhouseCoopers Chile

En noviembre de 2007 la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) emitió un compendio con las nuevas normas a ser aplicadas en los estados financieros de 2009, el que requiere la aplicación de las IFRS con algunas excepciones, siendo la más notable la referida a la provisión de riesgo de crédito, la que será determinada de acuerdo a las instrucciones de la SBIF.

Los nuevos criterios de la SBIF requieren la generación de provisiones sobre riesgos contingentes tales como líneas de sobregiro de libre disponibilidad, cupos no utilizados de tarjetas de crédito, cartas de crédito no negociadas, etc. Bajo IFRS, tales provisiones no son admitidas.

Estas nuevas normas que como consecuencia de lo anterior no son full IFRS, serán de aplicación obligatoria en los estados financieros al 31 de diciembre de 2009 y sobre las cifras comparativas al 2008. La información financiera interina de 2009 también estará alcanzada por las nuevas normas, sin embargo, se espera que los criterios de revelación (notas a los estados financieros) bajo IFRS no sean de aplicación obligatoria.

Por otro lado, hay varios requerimientos que presentan un grado de dificultad técnica y de implementación importante. A continuación mencionamos dos de las más significativas.  

Las comisiones y fees cobrados en relación con el origen de una colocación deberán ser diferidos y reconocidos en resultados como un ajuste a la tasa efectiva de interés de esa colocación. Los costos de transacción incluyen comisiones y fees pagados a agentes, incluyendo personal de marketing del banco, dealers, etc., que son incrementales y directamente asignables a la colocación.

Al mismo tiempo, deberá mantenerse la información sobre los saldos de capital e intereses contractuales de las colocaciones, determinados bajo la “antigua” tasa de interés de la colocación, a los efectos de poder informar a los deudores el monto de sus saldos insolutos y los saldos contractuales. Éstos continuarán siendo la base para la determinación de los impuestos a pagar, por lo tanto tendrán que instrumentarse los cambios en los sistemas de colocaciones para que sean capaces de informar ambos números.

En períodos de movimientos en las tasas de interés de mercado, los Bancos deberán reestimar los flujos de caja esperados de sus colocaciones y pasivos a tasa variable, para así reflejar  periódicamente el impacto de los movimientos del mercado sobre la tasa de interés efectiva del instrumento. Independientemente de las dificultades técnicas introducidas anteriormente, hay algunos aspectos que hemos identificado en otros proyectos de conversión como factores claves de éxito, tales como:

Hay bancos que han hecho de éste un proyecto estratégico y han utilizado la oportunidad para mejorar sistemas y obtener más y mejor información de gestión. Otros bancos se han enfocado en el cumplimiento de los nuevos requerimientos, priorizando la celeridad del cambio y minimizando los impactos en todas las áreas. Ambas alternativas son aceptables, y bajo cualquiera de ellas, existirán efectos sistémicos derivados de la implementación de estos cambios.

Una adecuada administración del proyecto resulta absolutamente clave. Lo que conocemos como el “PMO del proyecto”, dada la cantidad de participantes externos e internos, resulta ser muchas veces la diferencia entre un proyecto ordenado y el caos.

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