Los discursos que marcaron la ceremonia
Cristián Zegers, director de "El Mercurio", comentó anoche en su discurso en CasaPiedra que "en gran medida, premiar es distinguir el comportamiento o los logros de algunos para destacarlos como modelo digno de emularse por el resto".
También agregó que quienes fueron galardonados han tenido el desafío de levantar destacadas empresas.
Asimismo, destacó su liderazgo para encabezar procesos de cambio dentro de sus organizaciones, creando negocios de enorme potencial y valor agregado.
"Hicieron realidad iniciativas y proyectos que sólo ellos avizoraron en el horizonte".
"Y lo han hecho sin descuidar la dimensión humana ni dejar de lado la preocupación por sus colaboradores y trabajadores", señaló.
En la ocasión, Cristián Zegers destacó, además, que "la estabilidad de las condiciones macroeconómicas, de las políticas públicas, del orden social, son indispensables para que quienes tienen proyectos innovadores o nuevos emprendimientos puedan sentirse impulsados a implementarlos".
"Cabe reflexionar hasta qué punto se da actualmente en Chile esa certeza imprescindible para el desarrollo del país", dijo el director de "El Mercurio".
En representación de Ernst & Young habló Cristián Lefevre, socio principal de la firma en Chile, quien con su discurso abrió la gala. "Era un gran anhelo para nosotros poder concretar este galardón en Chile, como un reconocimiento a los bríos que tienen quienes se aventuran a crear empresa", indicó el ejecutivo.
Asimismo, Lefevre señaló que la idea de entregar estos premios nació a fines del año pasado, cuando en conjunto con "El Mercurio", organizaron un evento en el que se premiara a los más destacados actores del mundo de los negocios.
"No sólo se trata de personas que han conseguido realizar buenos negocios y altas rentabilidades; se trata de quienes han realizado un aporte para hacer de éste un país mejor, más próspero y más justo", agregó el ejecutivo de Ernst & Young.
Además, Lefevre aprovechó la oportunidad para destacar la calidad del jurado convocado para escoger a los ganadores.
"Para que los premios fueran lo más serios posible, nos pusimos la misión de encontrar a un jurado de lujo, y la cumplimos: académicos, empresarios, directores corporativos, representantes de los más altos estamentos gremiales del mercado", dijo el ejecutivo.
"Al recibir este premio Empresario del Año 2007, que me otorga El Mercurio y Ernst & Young, pienso que es un reconocimiento al largo camino trazado por quienes me antecedieron en esta trayectoria como empresario. Me refiero a mi tío Anacleto y a mi padre Gino", dijo anoche el presidente de Empresas Copec en su discurso de agradecimiento.
Y continuó: "Fueron ellos, junto a queridos colaboradores, quienes hace más de 50 años decidieron emprender nuevos proyectos, crear empresas e innovar en este país de grandes oportunidades que nos acogió".
También destacó que con el premio se está reconociendo "la huella profunda e indeleble" de valores, principios y forma de gestionar negocios que sus antepasados trazaron y delegaron. "Se está haciendo un reconocimiento a una sólida visión empresarial, que no sólo ha puesto énfasis en los resultados de las empresas, sino que también en el desarrollo económico y social del país", dijo. Además Angelini apostó a seguir contribuyendo con el desarrollo económico y social de Chile y agradeció a todos los colaboradores de sus empresas: "desde los más altos ejecutivos a los más sencillos trabajadores, que, a lo largo de Chile, desempeñan con esfuerzo y dedicación distintas tareas", dijo.
"Los buenos ejecutivos no existen si no hay buenos empresarios que den vida a buenas empresas, y que estén dispuestos a entregar lo que es muy suyo a la gestión de un tercero, al que le brindan su confianza y apoyo". Con estas palabras, Patricio Jottar, gerente general de CCU, agradeció su premio como ejecutivo del año.
Jottar agregó que "si un ejecutivo olvida que es sólo un delegado, cuyo ejercicio profesional depende y está al servicio de los dueños de su empresa, ese día ya no es un buen ejecutivo".
Asimismo, agradeció a la familia Luksic, y, en particular, a Guillermo -presidente del directorio de CCU- y a todo el directorio de la compañía.
"Nunca he conocido un buen ejecutivo, sin un buen equipo, y el de CCU es magnífico. Un grupo de personas muy inteligentes, trabajadoras, con mucho oficio y, sobre todo, muy leales a la empresa y los dueños. Un equipo que, en lo grueso, se formó a partir de 1986, cuando Quiñenco tomó el control de CCU y que me acogió muy bien cuando llegué a la empresa", señaló el ejecutivo.
Patricio Jottar indicó además que iniciativas como estos premios son un estímulo para seguir esmerándose cada día para hacer un mejor trabajo al interior de su compañía.
Karina von Baer -socia de las empresas agrícolas Saprosem, Granotop, Oleotop y Treetop- destacó en su discurso que su premio como emprendedora del año tiene un significado y una responsabilidad especial, ya que en Chile hay muchos que podrían ser destacados por lo mismo.
Esta ingeniera agrónoma de la Universidad Católica aprovechó de recalcar la importancia que tiene el emprendimiento para el país, especialmente en las zonas más rezagadas. Así por lo menos es su caso, ya que ha transformado al sur de Chile en su centro de operaciones: "Me alegra que un proyecto regional haya sido elegido, porque muchas veces se resalta más Santiago. Además, la IX Región es muy pobre, y podríamos decir que se encuentra olvidada. Por eso creo que aquí se ha valorado como hemos logrado generar nuevos mercados", dijo. También agradeció el apoyo de su familia y sus socios: Cristoph Schiess, Fundación Chile y Nutreco.
"Uno desde muy chico se da cuenta de qué es lo que le gusta, y yo tengo varias anécdotas de miniemprendimientos en mi infancia. A los 8 ó 9 años encontraba que era muy fome que los chicles sólo fuesen blancos o rosados, entonces le mandé una carta al gerente de Dos en Uno planteándole mi idea", recordó.
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