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No lo tomes a mal

martes, 07 de mayo de 2019

Por Neva Milicic
Escuela para padres
El Mercurio




L a expresión "No lo tomes a mal", con frecuencia acompaña a un comentario o a una pregunta impertinente, en personas que se sienten con derecho a inmiscuirse en la vida de otras. Quien la dice muestra una falta de empatía y sensibilidad por las emociones de los demás.

En la excelente autobiografía "Mi historia" de Michelle Obama, ella cuenta que durante la campaña presidencial de su marido era interpelada por diferentes personas de una manera que ella percibía como hostil. "En el proceso, varios periodistas e incluso conocidos empezaron a hacerme la misma pregunta con ligeras variaciones: ¿Qué se sentía al ser una mujer negra de un metro ochenta que se había formado en la Ivy League y hablaba en presencia de ciudadanos de Iowa mayoritariamente blancos? ¿No me parecía extraño? Nunca me gustó esa pregunta. Siempre parecía ir acompañada de una tímida sonrisa y esa coletilla de 'no te lo tomes a mal' que la gente suele utilizar cuando aborda el tema de la raza. En mi opinión era una idea que nos subestimaba a todos, ya que daba por sentado que lo único que veíamos eran las diferencias".

En las relaciones interpersonales es necesario tener la delicadeza de que las opiniones o preguntas que se hagan no produzcan sufrimiento o sensación de malestar en las otras personas. Si usted se plantea que puede molestar con su intervención imprudente, hará mejor ahorrándosela, porque es obvio que al otro lo va a dañar. Es tanto más inteligente emocionalmente guardarse un comentario o una pregunta inoportuna.

Una mujer cuenta cómo se alejó de una amiga que la importunaba con frecuencia con comentarios acerca de su sobrepeso, preguntándole ¿qué has hecho para bajar de peso?, sugiriéndole ropas para que se viera más delgada, dándole datos de gimnasios y nutricionista. Estos comentarios, que siempre hacía en público, los acompañaba con la muletilla "no te lo tomes a mal, te lo digo por tu bien". En dos ocasiones le dijo que efectivamente sus comentarios le caían pésimo y que le agradecería que se los ahorrara. No hubo caso, ella es del estilo "¿por qué no lo voy a decir? ¡Si es verdad! Por lo tanto, hice lo único sano: me alejé de ella lo que más pude".

Enseñar a los niños a preguntarse cómo con nuestros comentarios o preguntas podemos herir a los demás y dañar un vínculo, es importante para cuidar de los otros y también por ellos mismos.

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