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Técnica permite ingresar elementos prohibidos por sobre los muros de los penales:

Incorporan tecnología para frenar "envíos aéreos" a las cárceles del país

sábado, 20 de abril de 2019

Vanessa Vega S.
Nacional
El Mercurio

Ante la irrupción del uso de drones para lanzar drogas o pequeñas armas, Gendarmería incorporará cuatro aparatos neutralizadores de estos elementos y reforzará la vigilancia junto a los muros de los recintos.



Una esponja rellena con una piedra para darle el peso y tres municiones de pistola en su interior fue lo que descubrieron -el pasado miércoles 10 de abril- los gendarmes del centro de cumplimiento penitenciario de Chillán, en la capital de la Región de Ñuble, la que había sido lanzada desde el exterior del recinto al patio de los imputados. También han encontrado pelotas de tenis o pequeñas cajas.

Drogas, chips de celulares, pequeñas armas cortantes, entre otros, son parte de los elementos más comunes descubiertos en los "pelotazos" o "envíos aéreos", como se los llama en la jerga delictual. Estos procedimientos preocupan a las autoridades, ya que, según cifras de Gendarmería comparativamente con 2018, ya son cinco las regiones del país -Biobío, Los Ríos, Valparaíso, Atacama y Antofagasta- las que registran 40% de aumento de estos lanzamientos.

La evolución de esta técnica no deja de sorprender, ya que hasta drones se han utilizado para lanzar elementos prohibidos al interior de las cárceles.

Por ello, junto con reforzar la vigilancia en los puntos débiles de las cárceles, la dirección de Gendarmería efectuará una licitación para adquirir cuatro sistemas neutralizadores de drones, los que permitan inhibir la presencia de estos aparatos cerca de los recintos penales. Estos sistemas entrarían en operación el segundo semestre de este año.

El director nacional de Gendarmería, Christian Alveal, aseguró que "la idea es ir aumentando esta tecnología, porque es necesaria, a la par de lo que estamos viendo en los cambios de los modus operandi que utiliza la delincuencia para intentar ingresar drogas u otros elementos prohibidos a las cárceles".

Contención

Esta tecnología se une a medidas ya incorporadas en varios penales del país, como las barreras físicas que incluyen mallas de contención para evitar los "envíos aéreos" y los circuitos de cámaras de vigilancia, como en el caso del penal del Biobío. El director regional de Gendarmería, Diter Villarroel, explica que estar insertos en sectores urbanos de las ciudades es uno de los principales problemas a los que se enfrentan en estos establecimientos. La cercanía de poblaciones permite una mayor desenvoltura a los lanzadores de este tipo de proyectiles, y "esto facilita que la gente que intenta utilizar este método lo haga con más facilidad, lo que en un espacio abierto sería más fácil de identificar", explica Villarroel.

Problema que en la Región de Ñuble se acrecienta, ya que el recinto penal está en el centro de la ciudad. El presidente provincial de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios, Cristian Montecinos Fuentes, detalla que la cárcel colinda con un sitio eriazo que no tiene ningún cierre perimetral, por lo que "están lanzando la droga desde el otro lado del muro".

Y luego del hallazgo de las municiones en la esponja aumentó la preocupación de los gendarmes que conviven con la población penal. "Esto tiene dos aristas presuntivas: hay un armamento al interior o los internos quieren fabricar armas artesanales", detalla Montecinos, quien adelanta que en el recinto también se instalará una malla de contención para el patio.

Gran aumento
de la práctica de los llamados "pelotazos" se registra en las principales cárceles de regiones.

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