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Jóvenes que "sepan aprender" serían más valorados que especialistas:

Expertos llaman a reducir normas que contribuyen a que las carreras sean más largas

sábado, 20 de abril de 2019

Valentina González
Nacional
El Mercurio

Puestos del sector público exigen cursar cierto número -variable según el cargo- de semestres.



En los años 90, el llamado "Plan Bolonia" estandarizó, en buena parte, el sistema de educación superior europeo. Entre otros aspectos, se definieron las duraciones de los programas y se determinó, por ejemplo, que el grado -que reemplazó a diplomas y licenciaturas- tendría una extensión de cuatro años.

En 2019, Chile aún exhibe plazos -nominales y efectivos- que poco tienen que ver con el promedio OCDE. En general, los jóvenes estudian 5,2 años, un año y medio más que sus pares.

Expertos reconocen condiciones estructurales que contribuyen a que las carreras sean extensas. Por ley, por ejemplo, los estudios que llevan a un título profesional deben durar al menos ocho semestres.

Además, hay puestos en el sector público que exigen haber cursado cierta cantidad de semestres. "Las instituciones tienen el incentivo para fijar una duración que no les quite campo laboral a sus egresados", dice Andrés Bernasconi, académico de la Facultad de Educación de la U. Católica y director del Centro de Justicia Educacional.

"Como esto no ha sido prioritario en la política pública, nadie ha intentado eliminar esa regulación", añade Loreto Cox, investigadora del Centro de Estudios Públicos (CEP).

Gonzalo Vargas, experto y exrector de Inacap, desliza otro elemento que sería relevante: el factor económico. "El pregrado lo financian el Crédito con Aval del Estado, la beca, la gratuidad (...) El incentivo está en mantener la carrera más larga, porque así accedo al financiamiento estudiantil", señala.

Algunas de las razones que se han esgrimido en el debate por la duración de las carreras chilenas apuntan a los vacíos con que los jóvenes llegarían a la educación superior. Harald Beyer, rector de la U. Adolfo Ibáñez, no ve en esto una justificación. "Las universidades marcan mucho el desarrollo del sistema escolar a través de los mecanismos de admisión. Si este ha sido controlado por ellas, ¿por qué no han pensado en uno que enriquezca al mundo escolar?", cuestiona.

"Además, muchas universidades están seleccionando a los mejores alumnos. Es extraño que con ellos no puedan lograr carreras más cortas", añade el académico que, mientras fue ministro de Educación, planteó el tema a las instituciones.

"Es una forma de echarle la culpa a otra pieza del sistema", sentencia, a su vez, Cox.

Especialistas en todo

La investigadora del CEP acusa que las mallas curriculares tienen muchas asignaturas que profundizan en aristas muy específicas. Lo dice por experiencia propia: "Estudié Economía y tuve muchísimos ramos de contabilidad (...) Podría haber tenido menos: es mejor que te enseñen a aprender y si después tengo que enfrentarme a la contabilidad, tengo las herramientas para aprender más".

Ese "saber aprender" es el espíritu que predomina en el extranjero. "En otros países, las universidades entregan habilidades, destrezas y competencias fundamentales, y la profesión se adquiere con la experiencia y una certificación", señala Beyer.

El esquema de las carreras extensas estaría arraigado también a nivel cultural. "En la tradición chilena, se asumía que esa iba a ser toda la formación que ese profesional tendría. Entonces, había que formarlo para, eventualmente, las necesidades de los siguientes 40 años", dice Vargas.

Bernasconi advierte que no es fácil cambiar la mentalidad chilena, que ve "el cartón" o título como la meta. "La gente quiere ir a la universidad o al instituto para tener el título; no por la formación académica", concluye.

5,2
años es la duración efectiva  de las carreras en la educación superior chilena, en promedio.

3,7
años era la extensión en la OCDE , a 2017. Es decir, un año y medio menos que en Chile.

"Muchas universidades están seleccionando a los mejores estudiantes. Es extraño que con ellos no puedan lograr carreras más cortas".
HARALD BEYER
RECTOR DE LA U. ADOLFO IBÁÑEZ

"En Chile la gente quiere ir a la universidad para tener el título, no por la formación académica (...) Cambiar el switch es muy difícil".
ANDRÉS BERNASCONI
ACADÉMICO UC Y DIRECTOR DEL CENTRO DE JUSTICIA EDUCACIONAL

"En países como México las carreras son mucho más cortas y tengo serias dudas de que esos estudiantes lleguen mucho mejor preparados".
LORETO COX
INVESTIGADORA CEP

"La tendencia mundial es que en pregrado se privilegia más la formación general (...) El énfasis se está poniendo cada vez más en saber aprender".
GONZALO VARGAS
EXPERTO Y EXRECTOR DE INACAP


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