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Las teteras de Sadler

sábado, 20 de abril de 2019

Por Beatriz Montero Ward. Fotografías, Sergio Alfonso López.
Anticuario
El Mercurio

Fue en 1939 que la firma británica James Sadler & Sons lanzó sus primeras teteras de colección, con forma de auto y de aeroplano. A ellas les siguieron, entre los años 50 y 90, varias líneas de ediciones limitadas, con diseños que iban desde personajes a casas de campo inglesas.



El nombre de James Sadler & Sons está íntimamente ligado al diseño de teteras y artículos para tomar y servir té. Fue en 1882 que esta compañía, en sus inicios Sadler & Co., se estableció en la calle Reginald, en Burslem, uno de los seis pueblos que forman la ciudad de Stroke-on-Trent en el condado de Staffordshire. Comenzó fabricando teteras con la arcilla roja local, tipo terracota, y usando el método de extrusión y moldeado industrial, para luego terminar las piezas con vidriado transparente. Más tarde, esa cerámica de color se reemplazó por una blanca y el glaseado incoloro por uno café.

Las teteras terminadas con ese esmalte oscuro se llamaron Brown Betty y muy pronto se volvieron populares en las mesas de té de los victorianos.

Hacia fines del siglo XIX el hijo de James, Edward, se incorporó a la firma, estableciendo contactos comerciales para las lozas de su padre, desde Sudáfrica hasta Estados Unidos. Fue en este último país donde tomó la idea de producir teteras de colección. Era la década de 1930 y James Sadler & Sons sacó primero los modelos Crinoline, con el diseño de una dama con falda amplia con miriñaque (armazón) y el de Viejo Pascuero. Pero fue el de Old Bill, una tetera con forma de auto de carrera, que lanzó en 1938, el que le dio mayor fama. Pintada en un solo color -verde, amarillo, negro, azul, gris, rosado, marrón o crema-, llevaba terminaciones en brillante glaseado platino y la marca "Made in England" impresa junto al número de registro 820236.

En los años 50 la firma lanzó piezas con diseños de casas de campo inglesas, animales y motivos costeros. A esos diseños llenos de humor e imaginación les siguieron diversas series de ediciones limitadas relativas a personajes históricos, pabellones de deportes, personajes de leyenda, tragedias de Shakespeare, castillos de Edimburgo, obras de Charles Dickens, entretenimientos eduardianos, villancicos de Navidad y vistas famosas de Londres, entre otros.

En 2000 la firma se vendió a Churchill China, con base en Stoke-on-Trent y con una larga tradición en la fabricación de porcelanas.

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