Competencia ciega

martes, 16 de abril de 2019
María Gabriela Huidobro
Opinión
El Mercurio

Señor Director:

La polémica por instalar un sistema plurigenérico en el Instituto Nacional constituye un nuevo caso en el que una oportunidad para debatir sobre el sentido de la educación se desvirtúa, quedando reducida a una pelea ideológica y llena de prejuicios, que termina por resolverse en un conteo de votos sin contexto argumentativo.

Como problemática pedagógica, el tema podría invitar a una reflexión profunda. En el contexto del sistema educativo actual, que define objetivos y planes curriculares comunes, sin distinción entre sexos, ¿tiene sentido educar a hombres y mujeres por separado?

Algunas teorías afirman que esta división permite potenciar modos de aprendizaje y metodologías de enseñanza distintos. ¿Es eso efectivo? ¿Existe evidencia al respecto? ¿En qué medida se enriquece o complejiza el aprendizaje en un espacio más heterogéneo y heterosexual? ¿Es posible educar ciudadanos respetuosos de la diversidad en contextos sin diversidad? ¿O es que la escuela debería enfocarse solo en la formación académica y dejar la formación ciudadana para otros espacios?

El tema en debate podría invitarnos a reflexionar sobre por qué y para qué queremos educar y qué camino tomar para lograrlo. Sin embargo, y lamentablemente, termina, como de costumbre, en una competencia ciega, que incluso excusa la duplicación de votos con tal de imponerse a la opción contraria.

María Gabriela Huidobro
Decana de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales, Universidad Andrés Bello