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En 2009 se retiró por infidelidades, alcoholismo y lesiones:

Un viaje del infierno al cielo

lunes, 15 de abril de 2019


Deportes
El Mercurio

Woods pasó de héroe a villano y cayó al pozo profundo por un escándalo sexual, quiebre familiar, un accidente automovilístico y dolencias físicas. "Tuve que pelear mucho para volver al triunfo", dijo.



El golf le entregó millones de dólares a un chico nacido en Cypress, California, un 30 de diciembre de 1975 y hoy, "Tiger" Woods quiere seguir reconciliándose.

En 2007, luego de recibir los mayores elogios y ganarlo todo, a nivel juvenil y adulto, empezó a sufrir problemas con el sexo, infidelidades a su exesposa, la noruega Elin Nordegren, y abuso de medicamentos.

El 2009, el californiano tuvo un aparentemente intrascendente accidente en auto, pero se destapó un escándalo sexual y un retiro forzado para someterse a un tratamiento por su adicción al sexo. Woods se autocongeló, sus marcas deportivas lo abandonaron, luego de una década gloriosa que comenzó en 1996, cuando ingresó al profesionalismo.

Woods cayó al infierno y perdió entre 10 y 15 millones de dólares por año. Reapareció en 2010 y cerró el 2013 con una victoria en Memphis, la última hasta su definitivo regreso, en 2018.

Sumado al escándalo, apareció una invalidante lesión en la espalda y tuvo que operarse cuatro veces. Surgió entonces la dependencia a los fármacos para tratar el dolor. Tocó fondo una noche de mayo de 2017, cuando fue detenido en Florida por conducir borracho.

Tomó tantos antidepresivos y calmantes que casi no se tenía en pie. Después, vino una cirugía en la rodilla. En septiembre de 2018 ganó un título y ayer, volvió a atacar en los torneos majors .

Fue la redención del nuevo Tiger Woods, a los 43 años.

"No sé lo que hice cuando terminé, pero sé que grité y me puse a buscar a mi caddie, el abrazo con él y después tener a mis hijos allí... Mi padre estuvo acá en 1997 la primera vez -falleció en 2016- y ahora tener a mis hijos acá esperando es increíble", comentó Woods.

Volvió a jugar el Masters en 2018 luego de dos años de ausencia, y pocos creían que podía conseguir una victoria. "El año pasado sentía la suerte de poder estar jugando al golf otra vez, un par de años no pude venir. Es una experiencia que no se puede describir, no tengo palabras para describir todas las sensaciones", dijo. Las claves del trunfo fueron que "en el hoyo 12 iba abajo, Francesco (Molinari) se equivocó y muchas cosas empezaron a cambiar a partir del 13. Sentí una gran adrenalina, que era lo que necesitaba hacer y me gustó, es una sensación única".

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