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Genaro Arriagada y la situación de la Democracia Cristiana:

"La gente no quiere una DC que sea carro de arrastre del PC y del Frente Amplio, que a la primera pataleta baja sus banderas y pide perdón"

domingo, 14 de abril de 2019

Soledad Vial
Reportajes
El Mercurio

El exministro dice que la DC es de los "pocos partidos de oposición que están haciendo política", y desdramatiza el diálogo que hubo con el Gobierno por la reforma tributaria.



Desde hace mucho que son amigos con Fuad Chahin. "Es un auténtico presidente de partido, con orientación clara, coraje, toma riesgos, escucha y, muy importante, tiene los votos", dice Genaro Arriagada del presidente de la DC, que esta semana ganó la partida al conseguir que sus diputados dieran luz verde al trámite de la reforma tributaria del Gobierno.

Más que "brazo derecho" o asesor, que lo es aunque no le guste el rótulo, el exministro y dirigente DC por décadas se siente amigo de Chahin y lo ha acompañado en esta batalla política junto a un "grupo notable" de cuadros técnicos y académicos DC, dice Arriagada, sentado en su luminoso departamento de Las Condes. Se refiere a "los Cieplan", como se les dice en la falange a los fundadores de ese think tank , los exministros Alejandro Foxley, José Pablo Arellano y René Cortázar, entre otros, además del exsubdirector de Presupuestos Jorge Rodríguez Cabello, y varios otros que aportaron al documento de 140 páginas con que la DC respondió a la propuesta del Gobierno. En lo político, "la dedicación de parlamentarios como el expresidente de la comisión de Hacienda Pablo Lorenzini y el nuevo jefe de bancada, Gabriel Ascencio", también fueron claves.

El exministro de Frei Ruiz-Tagle sostiene que la DC es de los "pocos partidos de oposición que está haciendo política, está en los temas, ha movilizado sus cuadros técnicos y ha conseguido un grado considerable de acuerdo en sus bancadas". Eso culminó el miércoles pasado en la comisión de Hacienda, pero no hay que confundirse -advierte-, "más allá del debate tributario, lo que la DC consiguió fue un cambio político".

-¿Por qué si solo se aprobó la idea de legislar y queda mucho por delante?

-Esto va bastante más allá de la reforma tributaria; aquí hay una Democracia Cristiana (DC) que quiere perfilarse y ser una oposición distinta. No hay una oposición, hay dos oposiciones, y si la hubiéramos seguido, a estas alturas habrían caído el ministro de Salud, el del Interior, tres miembros de la Corte Suprema, incluso el fiscal nacional y se habría negado la posibilidad de legislar en esta materia como seguramente vendrán otras.

-¿Es una oposición obstruccionista, que niega la sal y el agua, como dice el Gobierno?

-El Gobierno tiene una dosis de dureza. A algunos en el Ejecutivo y en la oposición les gustaría la polarización, otros queremos acuerdos. Con minoría en ambas cámaras, el Gobierno enfrenta una disyuntiva: polarizar el país o buscar acuerdos. La DC enfrenta el mismo dilema; no tendrá un rol relevante si se polariza el país o buscar acuerdos razonables, constructivos para la ciudadanía.

-¿Por eso usted se implicó a fondo en este acuerdo? Dicen que como asesor de Chahin estuvo en línea con el ministro Chadwick, incluso con el Presidente Piñera.

-Más que asesoría, tengo una relación de amistad con Fuad Chahin y solo estuve en una reunión con los jefes de bancada y el diputado Lorenzini. Hace más de un mes el Presidente Piñera me invitó a tomar un café y hay dos reglas si a uno lo invita el Presidente: la primera es ir y, la segunda, que la conversación es privada. No he hablado nunca de reforma tributaria con el Presidente, tampoco con el ministro Chadwick.

-Pero se jugó por aprobar la idea de legislar, ¿qué se jugaba la DC si los mismos diputados dijeron que la propuesta del Gobierno era insuficiente?

-Un sistema político sin un centro político fuerte es un camino al desastre. Y lo es mucho más cuando todos los estudios de opinión muestran que la mayoría de los chilenos se declara de centro y un 56%, de clase media. Esas personas quieren un partido de centro que los proteja y los interprete, y ese partido es la DC, no la alianza de la DC con el Partido Comunista (PC) y el Frente Amplio (FA), que aluden a electorados más radicalizados.

-¿No es viable, entonces, construir una gran coalición desde la DC al FA como propuso la oposición?

-La unidad es un medio y no un fin; es buena si traduce en acuerdo sobre principios compartidos, pero es irrelevante si no se funda en ideas y llevada al extremo puede ser tóxica. Todos debemos entender que los votos no son paquetes de personas cautivas que hoy ponemos en la alianza A y mañana en la alianza B, simplemente dejan los partidos cuando ellos no los interpretan. Si la DC no es un partido fuerte pero claro en derechos humanos, en Nicaragua, en Venezuela, en ser oposición civilizada, en proteger ciertos sectores como las pymes, va a continuar su derrumbe político y electoral.

-¿Le parece que el Frente Amplio y el Partido Comunista no han hecho una oposición "civilizada"?

-No comparto la oposición que han hecho el PC y el Frente Amplio, si los hubiéramos seguido, insisto, en este momento iríamos como en la sexta acusación constitucional.

-Pero hace menos de dos años integraban la misma coalición de gobierno con Michelle Bachelet.

-Claro, y eso tuvo un costo muy fuerte para la DC, hemos vivido una declinación muy fuerte en los últimos 10 años por la pérdida de perfil. La inmensa mayoría de los DC no queremos formar parte de un centro que depende de lo que diga la izquierda, como fue con la Nueva Mayoría, ni tampoco que tenga demasiados vínculos con la derecha.

-¿Esa declinación no es resultado del "camino propio" que tomaron en las elecciones presidenciales y parlamentarias? ¿No los aisló como les critican sus exsocios?

-Eso no tiene asidero en las cifras. En coalición, el PPD perdió un 55% de los votos, y la suma PPD-Partido Socialista perdió 30%, nosotros un 36%. La fuerza de los partidos está en tener mensaje claro y coherente y que atiendan un sector social que crea en ellos. El FA interpreta a los "indignados" como se conoce en el mundo, José Antonio Kast a un mundo de ultraderecha, nacionalista, populista. La DC tiene que interpretar un centro que es antipopulista de izquierda y de derecha, que tiene un compromiso sin doble estándar con los derechos humanos y que es capaz de un manejo económico de mucha calidad, como lo demostró con Aylwin, Frei y Lagos, los gobiernos propiamente de la Concertación más que duplicaron la tasa de crecimiento del régimen militar. Hay una centroizquierda que es capaz de manejar la economía y una que no; Kirchner, Lula, Chávez, Maduro, Ortega y para qué decir los 60 años de Cuba, son ejemplos claros.

"Para tener una coalición no basta la indignación"

-¿Cuál es la apuesta política de fondo?, ¿convertirse en un partido chico pero influyente, sin vocación de mayoría?

-No, en el juego de la unidad de todos, vamos a ser siempre minoría y la derecha nos va a ganar como en el 2017. Es posible crear caminos que hagan una política más abierta, que rechace camisas de fuerza que la petrifican. Veo eso cuando Manuel Antonio Garretón y Carlos Ominami plantean que en vez de unidad forzada, deben formarse dos coaliciones, una más al centro y otra más a la izquierda, que luego puedan entenderse sin complejos. Apuntan en el mismo sentido que Andrés Allamand cuando habla de una política "con cuatro esquinas".

-¿Dos "esquinas" de centroizquierda y dos de centroderecha?

-La derecha también se va a dividir en dos, muy luego va a entender que no es posible convivir desde Kast-Bolsonaro hasta la derecha liberal. No subestimemos a Kast, representa un movimiento universal, la ultraderecha tiene más del 10% en a lo menos 20 países de Europa y en cuatro es gobierno.

En su momento, el Frente Amplio representó una fuerza muy significativa que también es un fenómeno global, el mundo está mostrando que eso se va agotando. En España crece y crece el PSOE que representa mucho el espíritu de la Concertación, y Podemos bajó al cuarto partido.

-El Frente Amplio recién vivió su primera elección, ¿cree que ya topó techo?

-Creo que sí, para tener una coalición no basta la indignación; es necesario tener propuestas claras en todos los temas. Es sano para el país que haya una derecha dura donde esté la UDI, los empresarios que aplauden de pie a Bolsonaro y una derecha liberal, me siento grato con Lucía Santa Cruz, con Evópoli. Y me gustaría que hubiera una izquierda y un centro claros, pero no esta mermelada donde la DC no puede ser propiamente DC y termina siendo algo ambiguo.

-¿El acercamiento de esta semana podría ser más amplio con esa derecha liberal, con el Gobierno?

-Por qué no. La enorme mayoría de los DC sienten una profunda distancia con una derecha autoritaria, antidemocrática, pero hay una derecha liberal y sensata con la que quizás no estaremos nunca en el mismo partido, pero podemos tener relaciones de colaboración y de respeto. Lo mismo pasa con el mundo de izquierda, para generar la Concertación tuvimos diálogo permanente con un socialismo moderado, sensato, con Núñez, con Gazmuri, con tanta gente. Entonces el Partido Comunista estaba metido en el Frente Manuel Rodríguez y creía en el establecimiento de una democracia como Cuba o Nicaragua. Estuvimos de acuerdo en la defensa de los derechos humanos, en la derogación del artículo 8°, pero en otras no vamos a estar nunca de acuerdo con el PC.

La situación de Castillo

-¿La colaboración puede ir más allá? El diputado frenteamplista Giorgio Jackson especuló con que la DC consiguió la "cabeza" del subsecretario Luis Castillo en el acuerdo para destrabar la reforma tributaria.

-No estuve en estas conversaciones, pero no creo que eso haya estado nunca sobre la mesa, el problema de Castillo es del Gobierno. Los extremos de derecha y de izquierda practican una muy mala costumbre, siempre buscan la trampita detrás de todo, como en los 60, cuando se decía hay que "desenmascarar al Kerensky", al agente del capitalismo. Siempre he considerado muy despreciable ese lenguaje.

-La noche del martes otra palabra se convirtió en trending topic en redes sociales: "traidores", ¿no será alta la factura que pague la DC?

-La gente no quiere una DC que sea carro de arrastre del PC y del Frente Amplio, que a la primera pataleta baja sus banderas y pide perdón. Hay un avance notable entre el proyecto original de reforma tributaria y el de la idea de legislar que se aprobó esta semana. Al principio, el Gobierno argumentaba que todo sería compensado con la boleta electrónica, el ministro de Hacienda ha hecho un esfuerzo por unos US$ 400 millones para compensar, eso es importante para las pymes, para las regiones, para los adultos mayores que verán disminuidas sus contribuciones y también sectores de la clase media, aunque a algunos no les guste.

-A varios DC tampoco les gusta. Senadores dijeron que no apoyarían la decisión de los diputados y algunos diputados amenazan con renunciar.

-El sistema de partidos está en crisis en Chile, están cada día más desestructurados, más débiles las disciplinas internas. La UDI tiene tremendas disensiones internas, también RN y la DC las tiene. He escuchado a mucha gente en el PPD y el PS a la que le habría gustado estar con nosotros en esto, pero no tuvieron la fuerza y los entiendo. Vamos a tener que caminar un tiempo en este cuadro de partidos débiles, desordenados, con problemas de disciplina como en todas partes del mundo.

-Incluso, los diputados dicen que no aprobarán la reintegración del sistema tributario que es fundamental para el Gobierno, ¿no se seguirá enredando el trámite legislativo?

-Hay una célebre frase de François Mitterrand. El tenía el 60% de los votos y le preguntaron si aprobaría el 100% de su programa, Mitterrand dijo: "No, lo más probable que el 60%". El Gobierno y el ministro Larraín tienen que entender que no van a aprobar el 100% de su propuesta y los DC no podemos pretender que el gobierno de Piñera hará nuestra política, eso se llama negociación y es la esencia de la política.

Sin margen para elección de gobernadores

-¿Rompió la DC el acuerdo que tenía la oposición, como reclaman los socialistas?

-Eso es una exageración, simplemente tenemos discrepancias.

-Reclaman que había compromisos firmados por los diputados para actuar en conjunto como oposición.

-No necesitamos de un documento para expresar que tenemos principios comunes con el Partido Socialista, tenemos una relación que comenzó en el primer plebiscito del año 80, hasta hoy. Son principios generales, nadie pretende que ese documento supone una bancada única.

-¿Y tampoco se alinearon con el Gobierno, como critica el FA, si el Presidente los felicitó por Twitter pocos segundos después de conocerse la votación?

-Uno podrá agradecer la felicitación, pero a veces complica en vez de ayudar.

-¿Quedó dañada de muerte una futura alianza opositora para las elecciones que vienen?

-Hoy no es el momento de hablar de acuerdos presidenciales, hay que pensar en las elecciones del 2020 que elegirán tres tipos de autoridades con tres tipos de sistemas distintos. Habrá unidad en gobierno y oposición para los gobernadores, porque toda división es entregarle el cargo al adversario, habrá varias listas de alcaldes como en la elección pasada y al menos tres listas en concejales, una del PC-PRO-Regionalista Verde, una más de centro. Lo que está claro es que todos los partidos no cabemos en una misma lista, los radicales quieren 1.000 cargos, nosotros queremos 1.200, el PS quiere 1.300.

-¿Y cree que el PC y el FA perdonen a la DC para ir juntos en la elección de gobernadores?

-No es problema de perdonar o no, si no hay acuerdo, la oposición no saca un solo gobernador en todo Chile y los 16 gobernadores van a ser de derecha. Lo dijo Sergio Bitar hace muchos años, el día que la DC no esté en la Nueva Mayoría, somos la "nueva minoría". La DC no está por benevolencia de otros, está porque es imprescindible.

-Veo que lo ha estudiado en detalle, ¿cuál es su pronóstico para la DC?

-Muy bueno en los concejales si va en lista con algún otro partido importante y sin el Frente Amplio y el PC. Para el FA también es una ruina ir en lista con la DC, aunque le cueste.

-¿Son solo bravatas las amenazas de los últimos días?

-Yo, al menos, creo que la DC no debe contestar el teléfono.

"La unidad es un medio y no un fin; es buena si traduce en acuerdos sobre principios compartidos, pero es irrelevante si no se funda en ideas y llevada al extremo puede ser tóxica".

"La derecha también se va a dividir en dos, muy luego va a entender que no es posible convivir desde Kast-Bolsonaro hasta la derecha liberal".

"Para tener una coalición no basta la indignación, hay que tener propuestas claras".

"El sistema de partidos está en crisis en Chile, están cada día más desestructurados, más débiles las disciplinas internas". "La DC no está por benevolencia de otros, está porque es imprescindible".

"Hay una derecha liberal y sensata con la que quizás no estaremos nunca en el mismo partido, pero podemos tener relaciones de colaboración y de respeto".

"A algunos en el Gobierno y en la oposición les gustaría la polarización, otros queremos acuerdos".

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