Celestino Aós: conciliador y con experiencia en casos de abusos
domingo, 24 de marzo de 2019
ALEJANDRO NÚÑEZ y HERNÁN CISTERNAS
Nacional
El Mercurio
El obispo que sucede a monseñor Ezzati es reconocido por su rol de mediador en conflictos, y tiene bagaje como investigador eclesiástico.
"Yo no sé lo que me va tocar, porque nadie sabe el futuro, pero esa es mi misión, mi tarea y trataré de hacerla lo mejor que pueda", dijo en Copiapó el obispo Celestino Aós Braco, en una conferencia de prensa a la que convocó luego de que se conociera que asumirá hoy como administrador apostólico de la arquidiócesis de Santiago tras la renuncia de monseñor Ricardo Ezzati. Respecto a las acusaciones que afectan al prelado saliente, fue breve y señaló: "yo no juzgo a nadie, pero es el Señor quien conoce las intenciones y las sanciones". Aós pertenece a la orden capuchina. Nació en España en 1945, estudió Psicología, Teología y Filosofía. Fue ordenado obispo en 2014, precisamente para asumir la conducción de esa diócesis. Hasta entonces se desempeñó como párroco en la iglesia San Francisco de Asís en Los Ángeles, Biobío. En Atacama lo valoran especialmente por su rol conciliador y como mediador en el conflicto que protagonizaban contratistas de Codelco en la mina División Salvador en 2015. El 24 de julio de ese año, manifestantes arremetieron en repetidas oportunidades con maquinaria contra la policía, según informó después el entonces prefecto de Carabineros, Jorge Garrido. Los uniformados dispararon y en el tiroteo murió el obrero Nelson Quichillao. El alcalde de Diego de Almagro, Isaías Zavala, también mediador del conflicto, comenta que el religioso tuvo un rol fundamental para evitar que se perdieran más vidas. "En ese momento los ánimos están muy enardecidos. Imagínese haber perdido a un compañero y el obispo fue clave. Contribuyó a que la situación se calmara". Investigaciones Aós se refirió ayer a las investigaciones por abusos que enfrenta la Iglesia. "Tengo un manual muy preciso que es el Evangelio, que nos habla que tenemos que amarnos y si hay comportamientos en contra de ese amor y respeto debemos censurarlos y rechazarlos", dijo. Como sacerdote condujo investigaciones por denuncias de abusos sexuales, en Los Ángeles y Valparaíso. Una de ellas, contra el párroco angelino Ricardo Montenegro, terminó en una condena eclesial. Otra, que involucró a cinco sacerdotes de la Región de Valparaíso, no, y eso generó críticas. En octubre de 2018, cinco denunciantes de abusos enviaron una carta de queja al obispo Pedro Ossandón (administrador apostólico de Valparaíso desde julio del año pasado) calificando la investigación como incompleta.
