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Inusual ataque en un colegio de Suzano reactiva debate sobre la tenencia de armas:

Una de las peores matanzas escolares de Brasil deja al menos diez muertos en São Paulo

jueves, 14 de marzo de 2019

Jean Palou Egoaguirre
Internacional
El Mercurio

Dos exalumnos abrieron fuego y mataron a ocho personas -cinco de ellas menores de edad- antes de suicidarse.



Vestidos de negro y con sus rostros cubiertos con máscaras de calaveras, dos exalumnos de un colegio de la localidad de Suzano, en la región metropolitana de São Paulo, abrieron fuego en el establecimiento escolar y mataron a ocho personas -cinco de ellas estudiantes de entre 15 y 17 años- e hirieron a otras once -dos de ellas en estado de gravedad- antes de suicidarse, en una de las peores masacres escolares ocurridas en Brasil.

Los dos individuos, identificados como Guilherme Taucci Monteiro, de 17 años, y Luiz Henrique de Castro, de 25, irrumpieron a las 09:30 horas locales (misma hora en Chile) en la escuela Raúl Brasil, que acoge a unos 1.050 alumnos de entre 11 y 17 años. Según las autoridades, previamente los atacantes dispararon y mataron al propietario de una empresa de lavado de autos cercana, identificado como Jorge Antonio Moraes y que sería tío de unos de los asesinos, e inmediatamente después se dirigieron al establecimiento educativo, justo a la hora del recreo de los alumnos de ciclo medio.

El comandante de la Policía Militarizada, coronel Marcelo Salles, informó que la pareja de atacantes iba armada con al menos un revólver de calibre 38, bombas molotov, un machete y un "arma medieval semejante a un arco con flechas". "En mis 34 años como policía, es la primera vez que veo que alguien utiliza un arco de esa forma. Fue un crimen indescriptiblemente brutal", señaló el coronel, que aseguró que la intención de los agresores habría sido "hacer el mayor daño posible".

Al entrar al colegio, Monteiro y De Castro dispararon primero en contra de una coordinadora pedagógica y otro empleado de la institución, para luego dirigirse al patio, donde dispararon de forma aleatoria contra los estudiantes al menos una veintena de veces. Según afirmó Salles, quien precisó que todos los muertos confirmados fallecieron por heridas de bala, los atacantes se dirigieron luego hacia la sala de Lenguas, donde se refugiaron varios menores que lograron trabar la puerta, pero aparentemente al notar la llegada inminente de los agentes policiales -unos 15 minutos después de iniciado el tiroteo-, se suicidaron en uno de los pasillos.

"Nos encerramos en un aula. Muchos alumnos se sentían mal. Tratábamos de ayudarnos hasta que la puerta se abrió y pensamos que eran los bandidos, que venían por nosotros; pero no, eran los policías y salimos corriendo", relató a los medios locales Milene Querren Cardoso, una de las estudiantes sobrevivientes. "Yo perdí amigos, tengo un amigo que fue tiroteado en el rostro y otro que recibió varios tiros en el cuerpo y tuvo que ser evacuado en helicóptero", explicó la adolescente, quien se escondió en una cocina.

En Suzano, una relativamente pacífica localidad de 270.000 habitantes, reinaba el desconcierto por la tragedia. "Mi amigo ha muerto", repetía Diogo da Silva, de 17 años, quien escapó del tiroteo gracias a que logró saltar los muros del colegio. "Este es nuestro año de graduación, que se supone jamás olvidaríamos, y ahora él ha muerto", se lamentaba en la acera de la escuela.

"Es la escena más triste que he visto en mi vida", declaró por su parte el gobernador de São Paulo, Joao Doria, que visitó el lugar poco después de la matanza.

Hasta ahora las autoridades no tienen claridad acerca de las motivaciones de los atacantes. Según explicó el secretario de seguridad pública de São Paulo, José Camilo Pires de Campo, las investigaciones preliminares apuntaron que los dos atacantes eran exalumnos de la escuela y que el más nuevo de ellos tenía "un historial de problemas" en el centro educativo.

Pese a que Brasil es una de las naciones más violentas del mundo, y el año pasado registró una cifra récord de homicidios, este tipo de ataques en escuelas es muy excepcional en el país. En 2017 dos escolares murieron y otros cuatro resultaron heridos en un tiroteo en un colegio de Goiania, capital del estado de Goiás, en un crimen cometido por un compañero de las víctimas que al parecer sufría acoso escolar. Y en la que hasta ahora es la peor masacre escolar en Brasil, en 2011 un exalumno mató a 12 estudiantes e hirió a otros 20 antes de suicidarse en la localidad de Realengo, en Río de Janeiro.

La matanza de Suzano se produce dos meses después de que el Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, firmara un decreto que flexibiliza la compra y tenencia de armas de fuego, lo que desató una intensa polémica en el país y duras críticas por parte de algunos sectores de la sociedad. Ayer, el mandatario demoró cinco horas en reaccionar a través de Twitter para ofrecer sus condolencias a las familias de las víctimas por el "inhumano atentado" ocurrido: "Una monstruosidad y cobardía sin tamaño. Que Dios conforte el corazón de todos!", expresó Bolsonaro, quien -según informó la Presidencia- no tiene previsto viajar a Suzano.

El vicepresidente Hamilton Mourao comentó: "Esas cosas no sucedían en Brasil, sucedían en otros países", pero descartó que los debates sobre las armas hubiesen podido influir en los autores del ataque. "No veo que se trate de eso. ¿Van a decir que el arma de esos tipos era legal? Eso no tiene nada que ver. Sé que el asunto será planteado y discutido, pero es mi opinión", agregó.

Según el sociólogo y analista político brasileño Simon Schwartzman, la tragedia alimentará el debate sobre el acceso a las armas en el país. "Aunque no exista una relación directa, me parece claro que la naturalización del acceso a armas, como existe en EE.UU. y como defiende el Presidente Bolsonaro, hace aumentar la probabilidad de que comportamientos extremistas como este ocurran", comentó a "El Mercurio". "Ya hay políticos proponiendo, igual que en EE.UU., que las escuelas tengan guardias armados, lo que, pienso, solamente empeoraría la situación. Afortunadamente, estos atentados en Brasil no son epidémicos como en EE.UU., y, aunque no sea posible evitarlos totalmente, creo que una política de reducción del acceso a las armas tendría un efecto positivo".

La presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann, afirmó que "tragedias como estas resultan del incentivo a la violencia y a la liberación del uso de armas".

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