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Excavaciones en sitios rituales neolíticos:

Restos de banquetes develan quiénes peregrinaban a Stonehenge

jueves, 14 de marzo de 2019

Lorena Guzmán H.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Huesos de cerdo permitieron establecer que hace casi 5 mil años habitantes de todo Reino Unido viajaban hasta los sitios sagrados, al sur de lo que hoy es Inglaterra.



El banquete estaba casi listo con varios cerdos en su punto para ser servidos. Las familias se congregaban mientras degustaban el festín. La razón para ello era el sitio sagrado hasta donde habían peregrinado para cumplir con los rituales requeridos.

Alrededor del año 3000 a.C., esta escena figurada se habría repetido en el sur de lo que hoy es Inglaterra, en Stonehenge y otros sitios rituales. Ello dejó una huella arqueológica de restos de comida, específicamente de huesos de cerdo, lo que permitió a los científicos establecer, por primera vez, que dichos peregrinos venían de todas partes de Reino Unido.

Primera fiesta

En los alrededores de Stonehenge y Avebury, dos de los sitios arqueológicos neolíticos más importantes de Reino Unido, investigadores de varias universidades inglesas excavaron los restos que dejó el ser humano en la zona. Entre ellos encontraron muchos huesos de cerdo, uno de los manjares más preciados de la época.

Utilizando una técnica que mide isótopos de estroncio, los científicos fueron capaces de determinar de dónde procedían dichos cerdos. Y la respuesta fue de Escocia, del noreste de Inglaterra y Gales, entre muchos otros puntos de las islas británicas.

"Este estudio demuestra un movimiento (de gente) con una escala y complejidad social que no habíamos visto", asegura Richard Madgwick, profesor de la Universidad de Cardiff, Reino Unido, y líder del trabajo publicado en la última edición de Science Advances.

Estas reuniones se pueden ver como los primeros eventos culturales de Gran Bretaña, continúa el investigador. "Gente de todas las esquinas bajaba a los alrededores de Stonehenge para deleitarse con alimentos que habían sido especialmente criados y transportados desde sus hogares", dice.

Si bien se estimaba que estos sitios atraían una cantidad considerable de peregrinos, no estaba claro de dónde. "Una buena analogía es que una parte importante de los chilenos nos juntemos en torno a una parrilla para el 18", dice Mauricio Uribe, académico del Departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile.

Evidentemente la convocatoria era mucho menor en el neolítico, pero aún así asombra porque la componían grupos que no estaban gobernados por una autoridad común. Lo que llamaba eran los sitios. "Esto demuestra la conectividad que se articuló entre las distintas comunidades en todo el territorio", agrega.

Otra cosa que llama la atención es la procedencia de los cerdos. Estos animales no son fáciles de movilizar por largas distancias como lo es el ganado. Considerando que los peregrinos recorrían decenas o, incluso, cientos de kilómetros, esto habría requerido un esfuerzo monumental, asegura Richard Madgwick.

"Ello sugiere que se requerían contribuciones específicas y que las reglas dictaban que los cerdos ofrecidos debían ser criados por los participantes del banquete, y debían acompañarlos en su viaje en lugar de ser adquiridos localmente", agrega.

"No sabemos bien cuál era el valor simbólico de los cerdos, pero, además del esfuerzo del traslado, eran animales que se criaban cerca de la familia", agrega Mauricio Uribe. Esa podría ser la clave.

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