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Andrés Allamand, senador RN:

"Los hechos admitidos por el general Fuente-Alba son de extraordinaria gravedad"

domingo, 24 de febrero de 2019

W. Díaz
Reportajes
El Mercurio

El parlamentario, que fue ministro de Defensa durante parte de la gestión del ex comandante en Jefe del Ejército, dice que "a partir de los hechos conocidos y con la perspectiva que da el tiempo, es evidente que se deberían haber adoptado mucho antes modificaciones legales y mecanismos externos eficaces de control". En su tránsito por la arena política defiende el gabinete, anuncia que no repostulará al Senado y dice que "Lavín es Lavín, el mismo de siempre".



El 17 de enero de 2011, el hoy senador por Santiago Poniente Andrés Allamand -entonces parlamentario por Valdivia- entró al gabinete del primer gobierno de Sebastián Piñera. Habían pasado cuatro días desde la renuncia del ministro de Defensa, Jaime Ravinet y asumió en su reemplazo. A la cabeza del Ejército estaba el general Juan Miguel Fuente-Alba, nombrado por la administración de Michelle Bachelet.

Allamand fue ministro hasta 2013. Fuente-Alba pasó a retiro en 2014.

Ocho años después, el ex comandante en jefe está procesado por la ministra Romy Rutherford por malversación de caudales públicos por cerca de $3.500 millones y el mal uso de los gastos reservados del Ejército se instala en la agenda. El caso ha ido tomando fuerza y se suma, además, al procesamiento a otro ex comandante en jefe, Juan Emilio Cheyre, por causas de derechos humanos

-¿Qué representa para usted en lo político y lo personal el caso de Fuente-Alba?

-Los hechos admitidos por el general Fuente-Alba son de extraordinaria gravedad y frente a ello corresponden tres cosas: que la investigación judicial avance hasta un completo esclarecimiento de lo ocurrido; que se apruebe cuanto antes en el Congreso la modificación legal al actual sistema de rendición de los gastos reservados; y que se establezcan más efectivos controles externos a las instituciones armadas.

-Fuente-Alba fue procesado por malversación de fondos públicos por cerca de $3.500 millones. Se indagan el pago de pasajes para su esposa y escoltas, millonarias sumas para mantención de la casa institucional, sobresueldos y uso de gastos reservados para pagar viajes, entre otras cosas. ¿Cómo y por qué, a su juicio, fallaron los sistemas de control?

-La investigación judicial de la ministra Rutherford ha demostrado que el sistema de rendición de gastos reservados, mediante "certificados de buena inversión" rendidos a la Contraloría General de la República, era muy fácil de vulnerar. Ese es el hecho evidente y por lo mismo está bien establecer cuanto antes un sistema que permita el control efectivo de los mismos, como ha propuesto el gobierno.

-¿Pudo el Ministerio de Defensa, y en su propio caso, haber fiscalizado más y mejor? El año pasado, tras la caída del general John Griffiths, se denunció que el mal manejo en los viajes al extranjero y el uso de viáticos, entre otras cosas, eran prácticas extendidas y antiguas entre algunas autoridades de la institución. ¿Hay alguna autocrítica?

-El general Fuente-Alba fue designado por la Presidenta Bachelet el año 2009, hace diez años atrás. El ministro de Defensa de la época, Francisco Vidal, ha señalado que entonces la revisión de los antecedentes de los altos mandos estaba focalizada en temas de derechos humanos y no patrimoniales. Fue un enfoque parcial y equivocado. A partir de los hechos conocidos y con la perspectiva que da el tiempo, es evidente que se deberían haber adoptado mucho antes modificaciones legales y mecanismos externos eficaces de control.

-A propósito de la investigación sobre los viajes de uniformados, el Presidente Sebastián Piñera señaló que, de alguna manera, el fraude en el Ejército se relacionaba con una herencia del régimen militar, que la institución asumió una autonomía excesiva del poder civil. ¿Lo comparte?

-Es efectivamente un factor que incide. También una muy equivocada cultura orientada a "hacer las cosas como siempre se han hecho". Es objetivo que en las Fuerzas Armadas y de Orden no se adoptaron los mecanismos de control, transparencia y probidad que sí han tenido lugar en otras instituciones públicas.

-¿Tuvo alguna una señal o advertencia sobre posibles irregularidades que ocurrían en el Ejército, como los presuntos fraudes y malversaciones de caudales públicos?

-No, ninguna. Nos ocupamos de intentar derogar la Ley Reservada del Cobre y generar un nuevo sistema de financiamiento para las FF.AA. Cuando tuvimos alguna información sobre presuntas irregularidades, siempre ordenamos instruir los respectivos sumarios administrativos y efectuamos las denuncias a la justicia.

-¿Tuvo alguna sospecha de que el estándar de vida del general Fuente-Alba no era concordante con la investidura de un comandante en jefe?

-El trato que me correspondió cuando fui ministro de Defensa con el general Fuente-Alba fue estrictamente profesional. No tuve indicios de las situaciones que hoy han aparecido ante la opinión pública y que el mismo general Fuente-Alba ha admitido.

-¿Cree que, tal como dice Fuente-Alba en su declaración, estas prácticas eran aceptadas y validadas por los distintos comandantes en jefe?

-Esta es una de las afirmaciones que es más importante que se esclarezcan en el curso de la investigación. Durante la misma, el general Fuente-Alba deberá dar razón de sus dichos y, al mismo tiempo, podrán las personas involucradas por él hacer los descargos que estimen correspondientes.

-Actualmente, el general (r) Humberto Oviedo declaró en calidad de inculpado en la causa que indaga la jueza Rutherford y Fuente-Alba fue procesado por malversación de caudales públicos. ¿Cuánto daña esta situación a las Fuerzas Armadas, que en las encuestas de inicio del año comenzaban a recuperar sus niveles de respaldo de cara a la opinión pública?

-El daño del conjunto de las situaciones aludidas es objetivo y nadie pudiera desconocerlo. Lo importante es, asumido lo anterior, ver de qué manera se hace un esfuerzo político e institucional para recuperar el prestigio de las instituciones armadas, y particularmente el del Ejército. El país requiere de un Ejército prestigiado, con apoyo ciudadano. Para ello, el primer paso es esclarecer lo ocurrido.

"No voy a repostular al Senado"

Allamand, reconocido animal político, transita del caso Fuente-Alba al segundo año del gobierno, el gabinete, la oposición y la carrera presidencial.

-¿Cree que el caso Catrillanca y la crisis en Carabineros han traído un desgaste en el gabinete?

-No veo desgaste en el gabinete. Para estar arriba del 40% en aprobación, cualquier gobierno necesita tener un gabinete funcionando bien.

-¿Estaría dispuesto a entrar al gabinete si el Presidente se lo pidiera? ¿Su situación personal -de tener a su esposa ministra- lo haría más difícil?

-Nunca hay que postular a cargos que nadie ha ofrecido. Con la Marcela siempre hemos tenido vidas políticas independientes y ello no ha sido nunca un problema, sino todo lo contrario.

-¿Volvería a competir en la presidencial o usted ya enterró el sueño de llegar a La Moneda? ¿Es efectivo que no repostulará al Senado?

-No voy a repostular al Senado. Tres períodos parlamentarios son más que suficientes. En Chile Vamos hemos resuelto abordar el tema presidencial el 2021, para no distraer ningún esfuerzo en la tarea prioritaria de apoyar al gobierno. En todo caso, tenemos muchos precandidatos y con la experiencia que uno ya tiene, sabe que una candidatura presidencial no es una decisión enteramente personal.

-¿Cuánto le preocupa el fenómeno de José Antonio Kast?

-José Antonio Kast en la última elección presidencial se marginó de Chile Vamos y obtuvo un buen resultado vía camino propio. Es evidente que si cambia de opinión y quiere ingresar a Chile Vamos habrá que considerarlo.

-¿Representa Joaquín Lavín a la nueva derecha?

-Lavín es Lavín. El mismo de siempre.

"No tuve indicios de las situaciones que hoy han aparecido ante la opinión pública y que el mismo general Fuente-Alba ha admitido".

"Es importante ver de qué manera se hace un esfuerzo político e institucional para recuperar el prestigio de las instituciones armadas y, particularmente, el del Ejército".

"No veo desgaste en el gabinete. Para estar arriba del 40% en aprobación, cualquier gobierno necesita tener un gabinete funcionando bien".

"Con la experiencia que uno ya tiene, sabe que una candidatura presidencial no es una decisión enteramente personal".

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