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Francisco Vidal, quien era ministro de Defensa durante el nombramiento de Fuente-Alba:

"Mi autocrítica es no haber tenido una mayor injerencia en la gestión administrativa de las FF.AA."

sábado, 23 de febrero de 2019

Rocío Latorre
Política
El Mercurio

Explica que dio a Bachelet referencias positivas del general (r), dada su "carrera militar intachable" y porque se chequeó que no tenía antecedentes en materia de DD.HH. "En ese tiempo no se revisaba el patrimonio, no estaba en la cabeza de nadie", argumenta.



"Te mentiría si dijera que yo pensé alguna vez '¿Y cómo viajan los generales en sus comisiones al exterior? ¿Qué agencia de turismo les vende?'. Si los generales viajaban con señora o no, no teníamos idea. Eso está fuera de lo que es un ministro de Defensa", explica al teléfono, con su estilo frontal, el exministro de esa cartera durante el último año del primer gobierno de Michelle Bachelet, Francisco Vidal (PPD).

Vidal aborda el procesamiento del excomandante en jefe del Ejército Juan Miguel Fuente-Alba, quien -según detalló la ministra Romy Rutherford- usó gastos reservados de la entidad castrense para fines distintos a los contemplados en la ley.

Y explica su rol en la designación del general (r) por parte de Bachelet, la que sucedió pocos días antes de que la expresidenta traspasara el mando a Sebastián Piñera, el 9 de marzo de 2010. "No es que yo le proponga a la Presidenta el nombre de Fuente-Alba. Había una quina, ella me pregunta mi opinión, yo le hablo bien de los cinco generales", explica, primero, para luego admitir que su responsabilidad es "haber hablado bien de Fuente-Alba".

"¿Por qué hablé bien de Fuente-Alba? Porque tenía una carrera militar intachable", justifica, señalando que la revisión de antecedentes que se efectuó en ese tiempo estaba especialmente orientada a que el militar no estuviese involucrado en algún caso de DD.HH. "Fue chequeado, rechequeado y contrachequeado que no tenía ningún tema de DD.HH.", relata, explicando que Bachelet también consultó al entonces comandante en jefe Óscar Izurieta. Y, además, advierte que en "en ese tiempo, no se revisaba el patrimonio, no estaba en la cabeza de nadie hacerlo", como sí se ha efectuado -apunta- con los últimos comandantes.

El hoy vicepresidente del PPD plantea que no está en condiciones de aseverar si el uso inadecuado de gastos reservados sucedió solo durante la gestión de Fuente-Alba, o si fue una práctica extendida a otros comandantes en jefe. "No sería responsable de mi parte sostener que esto es una práctica habitual", dice, aclarando que Fuente-Alba no estuvo bajo su mando ni el de Bachelet, sino que de Piñera, durante su primer gobierno. "El mando de Fuente-Alba no tiene que ver conmigo. Después vinieron los ministros (Jaime) Ravinet, (Andrés) Allamand y (Rodrigo) Hinzpeter", recuerda, afirmando, en todo caso, que se trató de un problema que excede a un gobierno en particular: "El ministro de Defensa estaba a cargo de la política de defensa, no está a cargo de la gestión de los recursos presupuestarios de cada una de las instituciones", dice.

Así, Vidal realiza una autocrítica. Si bien advierte que su año de gestión se concentró en la modernización de la Defensa, a colaborar con la justicia en materia de DD.HH, en la modificación de la ley del ministerio, la creación del Estado Mayor Conjunto, y la preparación de un proyecto de derogación de Ley Reservada del Cobre, admite: "Mi autocrítica es, de haber tenido el tiempo, que no lo tuve, el no haber tenido una mayor injerencia en la gestión administrativa de las FF.AA. Debí haber tenido más control sobre la autonomía en gestión de las FF.AA., y esa autonomía va generando distorsiones, como las que estamos viendo en el caso de Fuente-Alba".

Para abordar las irregularidades administrativas que ha habido en el Ejército y Carabineros, el Gobierno envió un proyecto al Congreso sobre gastos reservados, que busca, entre otros puntos, que la rendición de ese ítem en el Ejército se realice a la Subsecretaría de FF.AA., y la Contraloría. Vidal valora el texto, y se muestra distante de las solicitudes opositoras de incluir al Parlamento en esa labor de fiscalización.

"Los gastos reservados son fundamentales para la inteligencia, contrainteligencia y seguridad. No hay ningún país en el mundo que no los tenga. No puede ser que a raíz de una situación particular, delicada, terminemos vendiendo el sofá de don Otto", argumenta.

Rol asesor

Tras terminar su período como ministro, el mismo Fuente-Alba designó a Vidal como miembro del Consejo Asesor Académico del Ejército, tarea por la cual recibía una remuneración. "Antes era un consejo formado por generales. Fuente-Alba invitó a civiles. Teníamos actas de las reuniones, es una sesión formal, es como un directorio de una empresa, que lo presidía un general", explicó ayer en radio Bío-Bío al respecto.

En la entrevista, Vidal fue consultado respecto de si no cree que se le nombró en esa labor debido a que él había jugado antes un rol en la designación de Fuente-Alba. "Es una lectura posible -admitió-, yo lo vi de otra forma. Me gustó que se integrara a civiles, me pareció importante dar una perspectiva distinta".

De todas formas, Vidal hizo un mea culpa respecto de haber participado en la instancia. "Fue imprudente (...). Para que no existiera duda, yo no debí haber aceptado ser miembro de ese consejo", concluyó, explicando que renunció al cargo cuando se sumó a la mesa del PPD.

"Si tú me preguntas si los generales viajaban con señora o no, no teníamos idea".
Francisco Vidal Exministro de Defensa

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