Con nuevas técnicas, buscan enfrentar baja de donantes y de trasplantes de órganos
sábado, 23 de febrero de 2019
Nadia Cabello y Max Chávez
Nacional
El Mercurio
Clínica Las Condes desarrolló un plan que, por ejemplo, incluye técnicas para preservar por más tiempo y evaluar pulmones que hoy son descartados.
Esta semana, Anaís (21), quien había sufrido una falla hepática fulminante, fue trasplantada. La intervención era su única opción de sobrevida, y con el tiempo en contra se sometió a una intervención poco común: su donante tenía un grupo de sangre incompatible con la joven. Si bien la compatibilidad sanguínea entre donante y receptor ha sido tradicionalmente un requisito para realizar trasplantes, ahora existen técnicas para preparar al paciente que recibirá el órgano y no lo rechace. Eso le fue aplicado en Clínica Las Condes y le permitió seguir con vida. Este tipo de intervención es una de las nuevas estrategias que está implementando el centro asistencial para aumentar el número de trasplantes. Según el jefe de esa área, Erwin Buckel, esto podría incrementar hasta en 30% la cantidad de intervenciones que hace el recinto. Y esa es una cifra importante, considerando que es uno de los establecimientos del país que hace más trasplantes, tanto a afiliados a Fonasa como a isapres, y que durante el año pasado a nivel nacional la cantidad de donantes de órganos fue la más baja en cinco años (con 119). "Hoy existe una lista de espera por un trasplante de dos mil personas y como equipo médico nos tenemos que preocupar", afirma Buckel. Además de trasplantes hepáticos con donantes incompatibles, la clínica trabaja en la técnica "ex vivo" en pulmones, que consiste en que después de extraer el órgano se conecta a equipos de ventilación y perfusión artificial. "Sirve para evaluar aquellos pulmones sobre los cuales hay dudas por el estado de salud del donante, que hoy muchas veces son descartados, pero también para mantener los órganos por más tiempo", explica Felipe Undurraga, jefe de trasplante pulmonar de Clínica Las Condes. Lo último es clave, detalla, por la geografía chilena: "Un pulmón debe ser trasplantado entre cuatro a seis horas después de retirado. Si surge un donante en Punta Arenas, es muy probable que no llegue a tiempo a Santiago. Con esta técnica, le damos más horas". Otras estrategias que está impulsando la clínica son incentivar los trasplantes de hígado con donante vivo; realizar trasplantes simultáneos de pulmones (un donante y dos receptores al mismo tiempo), y de páncreas y riñón. Junto a ello, "el desarrollo de una aplicación para mejorar la adherencia a medicamentos de candidatos a trasplante y ya operados, e integrar la unidad de diálisis con la de trasplantes para que haya una mejor preparación de las personas que recibirán un órgano", dice Alberto Fierro, nefrólogo y jefe de la unidad de diálisis de la clínica. Agrega que, incluso, "estamos estudiando implementar el procuramiento de órganos en pacientes que han fallecido con paro cardíaco". Buckel recalca que muchas de estas técnicas, "son para pacientes que están muy graves. Lo que queremos es rescatar pacientes que, de otra forma, van a morir. Y si esto se hace a nivel nacional, el impacto en la lista de espera puede ser enorme". En el sector público Paulina Acuña, enfermera de la Coordinación Nacional de Trasplantes del Ministerio de Salud, comenta precisamente que el sector público también está implementando estrategias como el monitoreo pretrasplante a pacientes en diálisis, más intervenciones con donantes vivos -especialmente en niños con hepatitis fulminante en el Hospital Calvo Mackenna- y procedimientos simultáneos de trasplantes pulmonares en el Instituto del Tórax. Además, está pronto a implementarse la ley de donación cruzada de órganos (permite que dos parejas donante-receptor participen en la intervención), para lo cual en marzo el Instituto de Salud Pública comenzará a hacer el registro de parejas.
