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Ricardo Lagos Weber, presidente de la comisión de RR.EE. del Senado:

"Piñera ha marcado bien los puntos en Venezuela; pero, con su viaje, Chile renunció a ejercer su influencia"

sábado, 23 de febrero de 2019

Jaime Sánchez
Política
El Mercurio

Senador PPD explica que gira del mandatario genera "ruido innecesario" de cara a conseguir elecciones libres en ese país. "Se pierde la fuerza de la diplomacia en pro del personalismo", dice.



A algunas semanas de dejar la presidencia de la comisión de RR.EE. del Senado, Ricardo Lagos Weber (PPD) realiza un análisis de las decisiones que ha tomado el Presidente Sebastián Piñera en materia de política exterior, desde una antigua casa en el cerro San Juan de Dios de Valparaíso.

El parlamentario, que anteriormente cuestionó en duros términos medidas como el retiro del pacto migratorio ONU y del acuerdo medioambiental de Escazú -acusando que las decisiones en RR.EE. habían dejado de ser política de Estado- entra al debate, en una semana marcada por las críticas opositoras al gobernante, por el viaje que comenzó ayer hacia Cúcuta, ciudad colombiana fronteriza con Venezuela, para entregar ayuda humanitaria para ese país. Lo hace desde una posición intermedia: separando la postura del Gobierno de presionar al régimen de Nicolás Maduro, la que apoya, de lo que fue la decisión del mandatario de asistir a Colombia para ser parte de la entrega de ayuda, la que cuestiona.

-¿Está de acuerdo con la carta de 16 figuras de la centroizquierda, que criticaron la política exterior de Piñera?

-Esa carta hubo personas que no la firmaron, como el presidente del PPD Heraldo Muñoz, y entiendo perfectamente sus razones. Nadie me pidió que la firmara, pero creo que había que ser más claro, porque la carta habla de una forma de dictadura y la verdad es que no es categórica en decir que Venezuela es una dictadura. En Venezuela hay presos políticos, persecución, las elecciones fueron muy cuestionadas y además se dejó sin efecto la Asamblea Nacional, que es la única que tenía legitimidad. En Venezuela hay un régimen dictatorial.

-De los firmantes, nueve también rubricaron la misiva de apoyo a Lula Da Silva en Brasil. ¿Cómo ve eso?

-Yo tampoco firmé esa carta. Me pareció que no se justificaba. Y la carta sobre Venezuela no sé si daña, pero no me interpreta. Uno tiene que tener definiciones claras. Evitar los doble estándar. Venezuela es un régimen autoritario y hay que abordarlo de esa forma.

-¿Le faltó decisión a la centroizquierda chilena para cuestionar a algunos regímenes de izquierda de la región?

-A nivel global hubo un proceso gradual respecto de Venezuela. La centroizquierda y Europa entero se demoraron muchísimo. No me cabe duda de que hay gente con doble estándar, y en la derecha también hay doble estándar. El Presidente Piñera estuvo en el funeral de Hugo Chávez, yo lo vi al lado del ataúd, haciendo guardia. Entonces, todas son señales. Todos deberíamos haber sido más bucales en su oportunidad, pero las cosas son graduales. Hace cuatro años, la Unión Europea no condenaba a Maduro. Cuando hubo las primeras condenas en enero, España y otros países mantuvieron silencio por algunas semanas. Y luego se sumaron.

-¿Coincide con lo señalado por excancilleres de la oposición, que cuestionaron la utilidad del viaje del mandatario, y lo tildaron de "operación comunicacional"?

-La pregunta es en qué ayuda la visita del Presidente a Cúcuta a superar la crisis en Venezuela. Chile ha sido claro en condenar el régimen de Maduro y lo que estamos haciendo hoy día es perder la fuerza de la diplomacia en pro de relevar personalismos.

-Por otro lado, la también exministra de RR.EE. Soledad Alver valoró que Piñera "se la haya jugado por la democracia" en la nación caribeña.

-El Presidente Piñera ha ido marcando bien los puntos respecto de Venezuela, a partir del Grupo de Lima, un esfuerzo colectivo, eso logra cosas. Pero con su viaje a Cúcuta, Chile renuncia a ejercer su influencia, porque esta visita genera un cuadro complejo, un ruido innecesario con miras a la opción de poder tener conversaciones en algún minuto para ayudar a una salida pacífica y elecciones libres en Venezuela. Con esto, Chile se autoexcluye para ser un interlocutor para esos efectos. La presión a Maduro está bien. El tema es dónde están los énfasis. ¿En la diplomacia o los personalismos? Siento que ahí se le ha pasado la mano.

-¿Y fue acertado reconocer a Juan Guaidó como presidente encargado?

-Sí, es una señal importante. Algunos dudaron. Cuando veo ahora a Europa con todos sus gobiernos apoyando, veo que se hizo lo correcto. Ahora, es simbólico. Quien tiene la capacidad para influir sobre el control del territorio hoy es Maduro.

"Ampuero no ha sido capaz de defender a la Cancillería"

-Los exministros también plantearon que el Presidente ha utilizado la crisis en Venezuela para obtener réditos políticos internos, y que se busca posicionar en Sudamérica ante un "vacío de poder" en la región. ¿A qué atribuye usted su accionar?

-El Presidente decidió que una causa importante, la recuperación de la democracia en Venezuela, comienza a ser hoy tema de política doméstica, cuando dice que él va a ser el que va a liderar esto, pensando en réditos personales. Finalmente, en vez de discutir de Venezuela, estamos hablando de si Piñera se convierte o no en un estadista regional. Los estadistas no hacen esas cosas, no hacen culto a la personalidad. Piñera siempre ha querido ser reconocido, pero para eso hay que realizar actos convocantes. Su propuesta de un nuevo bloque regional, Prosur, es un acuerdo cortado ideológicamente, que durará solo hasta que cambien los colores de la política regional. A esta altura, lo que hay que hacer es fortalecer la Alianza del Pacífico.

-Usted decía que se termina renunciando a la influencia de la diplomacia chilena. ¿Se ha debilitado a la Cancillería con estas posturas?

-El grado de desmoralización en la Cancillería es grande, porque se le ha quitado el piso a la diplomacia chilena, la misma que tuvo el tremendo triunfo en La Haya. Este Gobierno ha trajinado la política exterior.

-¿Qué responsabilidad tiene el canciller Roberto Ampuero?

-El canciller no ha sido capaz de defender a la cancillería, ha sido pasada a llevar en todo su estamento, y él no ha tenido ninguna capacidad de influir en eso.

Rol de Bachelet

-Desde Chile Vamos han criticado que la expresidenta Michelle Bachelet, como Alta Comisionada ONU para los DD.HH., se manifestó expresamente por la elección de Jair Bolsonaro en Brasil, pero que no ha sido tan clara -acusan- respecto del gobierno de Maduro. ¿Qué opinión tiene usted?

-La Alta Comisionada ha estado encima del tema de Venezuela -al punto que hay funcionarios de alto rango encargados de emitir un informe oficial ONU sobre esa materia-, pero a partir de las normas que tiene Naciones Unidas, de las atribuciones que tiene. Pero el Gobierno nuevamente todo lo hace en clave doméstica. El tema acá no es Bachelet.

-¿Debería viajar a Venezuela?

-Eso lo determina la ONU, lo determina el secretario general Antonio Guterres. Yo espero que la ONU tenga un rol activo, presente, y no me cabe duda de que eso va a ocurrir.

-Señalaba usted que Bachelet ha estado encima del tema, dentro de lo que permiten sus atribuciones. ¿Está la expresidenta limitada, en este tema, por las distintas fuerzas al interior de Naciones Unidas?

-La ONU tiene ciertas limitaciones. Para empezar, hay cinco estados miembros con derecho a veto, como EE.UU., Rusia, China, Francia e Inglaterra.

-De cara a los actos de hoy en Cúcuta, ¿cree que pueda ingresar la ayuda humanitaria?

-Va a ser complejo, porque esto depende de Maduro, que es el que tiene el control de la fuerza. Ojalá que lo permita. Pero si no la deja entrar, no se obtiene nada nuevo. Ya sabemos que es una dictadura.

-¿Hay opciones reales de una salida pacífica y democrática a la crisis?

-Quiero creer que va a haber ese espacio. Al final el tema no es cambiar la opinión de Maduro, sino generar un cambio de opinión en aquellos que detentan hoy la fuerza, que vean espacio para un proceso pacífico. Y que puedan ejercer la debida interlocución con Maduro, ese mismo sector que tiene la fuerza, para señalarle que es imprescindible dar un paso al costado y realizar un proceso democrático con elecciones libres y observadas desde el extranjero.

"La carta (de figuras de centroizquierda) habla de una forma de dictadura, y no es categórica en decir que Venezuela es una dictadura. Hay que evitar los dobles estándar".

"En vez de discutir de Venezuela, estamos hablando de si Piñera se convierte o no en un estadista regional. Los estadistas no hacen culto a la personalidad".

"Espero que en la oposición tengamos capacidad de proponer alternativas a la opinión pública, porque la discusión al final se gana en la opinión pública".

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