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Se reanuda la navegación transatlántica

sábado, 23 de febrero de 2019


Opinión
El Mercurio




Otro efecto de post guerra casi inmediato fue la reactivación del tráfico de naves por el mundo, específicamente en las rutas interoceánicas desde Europa hacia América y Asia. "El Mercurio" del 27 de febrero de 1919 daba cuenta que "siendo una realidad el cese de las hostilidades y las actuales gestiones de paz, se constata un nuevo escenario en los servicios navieros, tanto comerciales como de pasajeros".

Así el panorama, se difundían por la prensa las múltiples posibilidades de traslado que se ofrecían, en especial los trayectos entre nuestras costas y los puertos del Viejo Continente. Una de las primeras empresas que respondió al cometido fue la Pacific Steam Navigation Company, "que ha reanudado sus viajes en las condiciones anteriores al conflicto, funcionando con varios vapores". Entre estos, se destacaban las travesías en marcha del "Sorata", "Orita", "Potosí", "Kenuta", "Oriana", "México", "Inca" y "Ortega", privilegiándose el itinerario a través del Canal de Panamá en vez del Estrecho de Magallanes.

El gerente de la compañía en Chile, señor Linley, explicaba la razón de aquella ruta oceánica: "Debido a la falta de movimiento y de fletes, no tenemos la seguridad de que las estaciones de Montevideo, Río de Janeiro y Canarias tengan carbón suficiente para nuestra flota. No sabiendo esto, nos exponemos a que las embarcaciones queden paralizadas en cualquier punto, quizá por cuanto tiempo". En lo referente a la restricción de los recorridos durante la guerra, "si bien esta no fue total, destinamos los barcos de mayor tonelaje al servicio del gobierno inglés para operar en el transporte de tropas hacia los frentes en Francia".

La reapertura del tráfico marítimo directo entre Suecia y Chile se confirmaba con otro cablegrama: "En rumbo hacia nuestro país, vía Panamá, se encuentran los buques "Valparaíso" y "Kronprinsessan Margareta", de la Johnson Line, una de las más importantes firmas de esa nación nórdica, sumados a los servicios regulares entre Estocolmo y destinos como Nueva York y Buenos Aires. Desde que se firmó el armisticio, ocho son los navíos que han zarpado hacia América", se leía.

Junto a la normalización de las rutas expuestas, se aseguraba que "volverán los fletes en abundancia, tanto de venida como de regreso, incluso en mejores condiciones que antes del conflicto bélico europeo, comenzando una nueva era de intercambio comercial y de viajeros".

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