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El desafío de los buenos empleos

lunes, 18 de febrero de 2019

Economía y Negocios Online


Inti Núñez Director de estrategia Facultad de ingeniería Universidad de Concepción

La disrupción de lo digital tendrá un efecto muy fuerte en los empleos, produciendo un movimiento mayor en la estructura del trabajo. Dani Rodrik, profesor de Harvard, nos invita a considerarlo y utilizar las políticas de innovación y desarrollo en favor de morigerar su impacto.

Según Rodrik el buen empleo tiene contrato, mejores salarios, continuidad, y que por supuesto, los países que logran crear y conservar mejores salarios son quienes proveen a la población mejores condiciones. Ante el cambio tecnológico, muchos de estos “buenos salarios” están amenazados. Así, el cierre de sucursales bancarias por falta de clientes que la visiten, la baja de profesionales en una faena forestal por mejoramiento en los sistemas de control, o el cierre de un taller mecánico que no pudo acceder a las tecnologías incorporadas en los nuevos modelos de autos, afecta directamente a la región que no haya sido capaz de prever este cambio frente a otra que se preparo y genera emprendimientos de calidad en base a las nuevas tecnologías.

En la historia, en base a política pública -argumento principal del libro ¿Por qué los países fallan? -, los países que han logrado a través de su gasto distribuir oportunidades o alimentar sectores que provean mejores salarios, se han desarrollado de buena forma. En la época de los imperios, las obras públicas, la agricultura, el financiamiento de nuevas rutas de comercio, generaron círculos virtuosos desde una ciudadanía vibrante. El buen ejemplo de la distribución de tierras y el avance de la agricultura en el desarrollo de Estados Unidos hasta el siglo XIX, y las políticas extendida entorno a ello del siglo XX sumado al aumento de cobertura de la educación y la ampliación del impacto de la ciencia post segunda guerra mundial, fueron generando mayores oportunidades y mejores empleos.

Así, en esta época de gran cambio la promoción del ecosistema emprendedor es una buena medida -democratizar las oportunidades-, pero los emprendedores requieren ecosistemas, ¿Qué sectores proveerán oportunidades para crear esos mejores empleos? ¿Tiene un rol la política pública de innovación?

La política de innovación típicamente se dirige hacia la adopción de las nuevas tecnologías y el aumento de productividad, y se aleja de los sectores de menor eficiencia, en particular de los servicios. Pues bien, según Rodrik, ante el actual panorama, la inversión en servicios no transables, turismo, sector creativo puede ayudar a morigerar el impacto en la distribución del “buen empleo” en los países en desarrollo y puede ser una real oportunidad para muchas regiones. La atención sobre estos sectores también ha sido advertida desde el BID a través del trabajo de José Miguel Benavente, donde se hace ver que aún existe un amplio espacio de intervención, buenas oportunidades y muchas posibilidades de distribuir.

En la discusión actual, y con la expectación que existe sobre la ciencia (la creación del ministerio), se corre el riesgo de olvidarse del importante espacio de la política de innovación productiva, mucho más directa y relacionada a la industria. Bretznitz advierte sobre las diferencias entre las políticas de ciencia y tecnología e innovación, recordarlo ante la premura de las demandas que vendrán es relevante.

Así, llevada a política nacional la recomendación se puede traducir en: no bajar el gasto en innovación productiva, aumentar los fondos a servicios no transables, generar programas estratégicos sobre sectores/ territorios. ¿Se está haciendo?

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