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Así es CCC, el nuevo polo que pretende darle impulso a la industria creativa chilena

lunes, 18 de febrero de 2019

Pablo Tirado
El_Mercurio

El Centro de Cine y Creación está siendo impulsado por un grupo encabezado por la cineasta Dominga Sotomayor y cuenta entre sus patrocinadores al empresario Andrés Navarro. Incluirá oficinas, salas de reuniones y de cine, entre otras cosas.

La cineasta Dominga Sotomayor ("De jueves a domingo", "Tarde para morir joven") dice que el cierre del emblemático cine Las Lilas de Providencia la marcó de manera significativa. Recuerda que fue una de las tantas personas que por allá por 2005 se organizaron para impedir la clausura del emblemático espacio, una cruzada que no llegó a buen puerto, ya que el edificio finalmente fue demolido.

Casi 15 años después, Sotomayor junto la directora audiovisual Catalina Marín, la actriz Manuela Martelli ("Machuca") y la arquitecta Rafaela Behrens están liderando un proyecto que busca, de algún modo, hacerles justicia a todos esos cines que han desaparecido con los años.

Se trata del CCC (Centro de Cine y Creación), un espacio que mezcla oficinas, salas multiusos, cafetería y salas de cine, todo en una antigua casona de principios del siglo XX, emplazada en las cercanías de Santa Isabel y Portugal, en Santiago Centro. "Somos personas que hemos estado 10 años en películas, creemos mucho en el cine. Tenemos conocimiento de la industria debido a haber trabajado en ella varios años, y veíamos que el cine chileno estaba en su mejor momento -somos súper competitivos como industria-, pero al mismo tiempo se están destruyendo los cines, entonces hay una pieza que está faltando", dice Sotomayor sobre la génesis del proyecto, que comenzó a fraguarse hace cerca de tres años. "La gran motivación del proyecto es cómo hacemos para que ese cine al que le está yendo tan bien afuera, también tenga más espacio acá; cómo recuperamos el "atractivo" de ir al cine y cómo traemos ese cine que no llega a Chile", agrega.

El proyecto -que considera una total renovación y restauración de la casona- está divido en dos fases. La primera de ellas, que se inaugurará a fin de año y que está en plena construcción, considera un microcine de 30 butacas, oficinas, salas de posproducción, salas multiuso, galería de arte, plaza pública y una cafetería. La segunda fase, proyectada para 2022, incorpora también un cine de 100 butacas, un bar restaurante y una terraza de terraza 100 m {+2} .

En el proceso de darle cuerpo a la idea, las fundadoras han contando con el apoyo y las recomendaciones de referentes internacionales en el área como Paula Astorga, exdirectora de la Cineteca de México y fundadora de cine Tonalá -una iniciativa similar a CCC-, y Raymond Walravens, director del World Cinema de Ámsterdam, entre otros. "Si bien este proyecto está, por un lado pensado para los profesionales de la industria del cine o de las artes, también está dirigido a la gente del barrio, a la gente a la que le interesa aprender el oficio del cine de distintas maneras", explica Catalina Marín. "Va a ser un lugar que se amolde a las necesidades de una industria del cine que es dinámica, esto no es lo mismo que cualquier oficina o cowork ", apunta Sotomayor.

Las socias comentan que trabajan bajo la lógica de un modelo de negocios en el que, en una primera instancia, el arriendo de las oficinas será la principal fuente de ingresos, pero la idea es que, a medida que pase el tiempo, los servicios anexos que se vayan ofreciendo -así como el mismo cine- vayan aportando recursos. "En la fase de investigación de cómo podíamos hacer rentable este proyecto, una de las cosas que descubrimos es que una sala de cine sí puede ser rentable", dice Marín.

La búsqueda del financiamiento

Con un costo total que bordea los $1.200 millones -poco más de la mitad para la primera fase-, conseguir los fondos para concretar la idea ha sido uno de los mayores desafíos. Así, lo primero que hicieron fue transformarse en una fundación, lo que les ha permitido levantar recursos públicos, como por ejemplo un fondo de rescate patrimonial, pero también dineros privados, los que han hecho la diferencia.

Es justamente ahí donde entra el empresario Andrés Navarro -fundador de Sonda-, quien se trasformó en el primer y mayor aportante del proyecto y que hoy es el presidente de la fundación. "Fue un respaldo muy importante que alguien como Andrés Navarro escuchara el proyecto. Que él creyera en esto nos hizo reforzar la idea de que estábamos por un buen camino, porque es una persona con mucha experiencia, muy serio en su trabajo", dice Dominga Sotomayor.

Catalina Marín, por su parte, cree que es clave para las industrias creativas que hombres de negocios comiencen a interesarse y a concretar aportes, tal como ocurre en mercados desarrollados. "El modelo de financiamiento tiene que ser mixto. Por mucho que uno a veces intenta ir a privados, es medio difícil pero creemos que es clave que nosotros como cineastas o miembros de la industria creativa empecemos a encontrar alternativas, porque los fondos públicos son súper limitados", explica.

"Quizás hay un poco de prejuicio, por esto de ser "industrias creativas", y creo que hay que sacarse esa idea. Las personas que hacen películas son personas que son capaces de levantar, no sé, $700 millones para una película, por lo tanto, son profesionales. Creo que Andrés Navarro donando a este proyecto está dando un impulso para que otros empresarios se quieran vincular o con CCC o con otros proyectos culturales", agrega Sotomayor.

Lo que viene

Actualmente, las socias de CCC se encuentran abocadas a la tarea de conseguir cerca del 30% que les resta para concretar el total del financiamiento para la primera fase del proyecto. Así, entre otras iniciativas, planean lanzar una campaña de crowdfunding .

Junto con eso, han estado afinando los detalles operativos del centro una vez que esté en funcionamiento. "Hemos hablado con festivales de cine internacionales, para que muestren películas acá. Hemos hablado con distribuidores, con embajadas, con personas que admiramos, que son buenos profesionales y que creemos que pueden dar buenos talleres acá", explica Sotomayor.

DOS FASES
CCC está planeado en dos fases. La primera de ellas se inaugurará en diciembre.

"Va a ser un lugar que se amolde a las necesidades de la industria del cine, que es dinámica"".
Dominga Sotomayor, cineasta.

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