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El sueño es esencial en una serie de fenómenos corporales:

Un buen dormir también eleva las defensas y ayuda a combatir las infecciones

miércoles, 13 de febrero de 2019

C. González
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Descansar pocas horas o pasar días en vigilia puede debilitar el sistema inmune y hacer a una persona más propensa a enfermar.



Dormir bien puede ser la mejor medicina: un nuevo estudio divulgado ayer confirma que el sueño mejora la capacidad de algunas de las células inmunitarias del cuerpo, lo que permite, por ejemplo, combatir infecciones y evitar enfermarse.

El hallazgo, realizado por investigadores de la U. de Tubinga, en Alemania, se suma a toda la evidencia científica disponible que muestra los beneficios de un buen dormir, como la consolidación de la memoria, el aprendizaje y el crecimiento infantil, así como el combate a la obesidad y el mantener a raya el estrés, la hipertensión y la diabetes, entre otros.

Así como el sueño ayuda a consolidar lo aprendido en el día, el sistema inmune también tiene memoria y debe su eficacia a la existencia de células que se especializan en guardar información de los microorganismos patógenos que han entrado en contacto con el organismo, para así combatirlos con eficacia a futuro.

Las llamadas células T de memoria se producen durante la etapa de sueño profundo, y pueden vivir durante meses o años.

En el trabajo dirigido por los doctores Stoyan Dimitrov y Luciana Besedovsky, los autores descubrieron que un mal dormir eleva la presencia de hormonas como la adrenalina y noradrenalina, así como otras moléculas, que reducen la funcionalidad de las células T.

"Nuestros hallazgos muestran que el sueño tiene el potencial de mejorar la eficiencia de las respuestas de las células T, lo cual es especialmente relevante en vista de la alta prevalencia de problemas y condiciones asociados a trastornos del sueño, como depresión, estrés crónico, envejecimiento y el trabajo por turnos", explica la doctora Luciana Besedovsky.

Por esto, enfatiza la investigadora, ya nadie duda de que un mal dormir ponga en riesgo la salud.

Edades susceptibles

"Dormir las horas que corresponde (siete a nueve horas por noche para adultos), hace que se estimule la memoria inmunológica en el organismo, lo que nos hace más resistentes a embates bacterianos e incluso al desarrollo de cáncer", precisa la doctora Evelyn Benavides, neuróloga especialista en sueño de la Clínica U. de los Andes.

De hecho, el estudio de Besedovsky y sus colegas podría estimular el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas que mejoren la funcionalidad de las células T. Esto podría ser útil, por ejemplo, para la inmunoterapia contra el cáncer.

Hace dos años, otra investigación de la U. de Tubinga, mostró que al dormir el sistema inmune "se reinicia" para trabajar mejor: un buen descanso favorece la producción y la calidad de los linfocitos, las células del sistema de defensa corporal.

Por la misma época, investigadores de la U. de Washington en EE.UU. reclutaron a 11 parejas de gemelos idénticos para ver los efectos de la privación de sueño. Durante tres semanas, uno de los gemelos durmió lo necesario -alrededor de 8 horas-, mientras que al otro lo despertaron tras cuatro horas de sueño.

A través de análisis de sangre y saliva observaron que la falta de sueño "apagaba" la actividad de los glóbulos blancos, las principales células del sistema inmune.

"La sociedad moderna nos tiene con más responsabilidades que nos impiden dormir cuanto deberíamos -dijo Nathaniel Watson, uno de los autores-. A esto debemos agregarle la presencia constante de aparatos tecnológicos que producen luz artificial que confunde a nuestro cerebro y nos dificulta el dormir. Debemos hacer énfasis en la importancia de defender nuestras horas de sueño para así evitar enfermedades".

Opinión con la que concuerda el doctor Pablo Brockmann, especialista en medicina del sueño de la Red de Salud UC y past president de la Sociedad Chilena de Medicina del Sueño. "Una de las medidas importantes que hoy se aplican en los hospitales es que cuando hay procesos infecciosos, además de controlar a los enfermos, se los deja dormir para mejorar su inmunidad".

En estos casos, además, el dormir favorece la recuperación de los pacientes ya que, según un estudio de la U. de California en Berkeley, publicado en enero, una noche de mal sueño puede aumentar la sensibilidad al dolor hasta en un 30%.

Mantener una buena higiene del sueño es esencial a lo largo de la vida, dice Brockmann, pero "hay edades que son especialmente susceptibles, como los niños y los adolescentes, que pasan mucho frente a pantallas y duermen menos o retrasan sus horas de sueño, lo que eventualmente puede ir comprometiendo su sistema inmune a futuro".

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