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¿Crisis de confianza?: Expertos prevén lento retorno a la calma

domingo, 12 de octubre de 2008

Marcela Vélez A.
Economía y Negocios Domingo

Nada parece funcionar. En anteriores crisis, la intervención de los gobiernos del G7 ayudó a restaurar la confianza en los mercados. Pero ahora ni las inyecciones de liquidez, ni los recortes de tasas de interés han surtido efecto. Los expertos auguran que lo peor pudo haber pasado ya.






Ya lo advirtió George W. Bush: "La ansiedad está alimentando más ansiedad". El pánico que sacudió a los mercados provocó también un remezón político y social, especialmente en las economías desarrolladas.

Al temor entre las autoridades e inversionistas, se suma el enojo de la clase media ante los planes de un millonario rescate bancario internacional, mientras la amenaza de una recesión es cada vez más cercana.

Los principales medios económicos de Estados Unidos se hicieron eco del nerviosismo. La revista BusinessWeek sugirió que el pánico sólo podría calmarse con "inyecciones estratégicas" de liquidez en bancos que las necesiten. Mientras Paul Krugman, columnista de The New York Times, aseguró que de no anunciarse un salvataje este fin de semana la economía mundial podría entrar en una severa recesión.

Mañana será un día clave. Si más de un inversionista decide que quizás haya salida a la crisis, se puede esperar un repunte de las bolsas y con ello mejores perspectivas para la economía global. No es que se evite una recesión (la mayoría de los economistas dan por descontado que habrá una el próximo año), pero si los mercados siguen en caída libre, lo que se perfila como una recesión leve podría convertirse en una más larga y profunda.

¿De qué depende? No es fácil decirlo. Expertos en psicología de los mercados coinciden en que en los últimos días los inversionistas están actuando precipitadamente. "Estamos viviendo un escenario de pánico entre algunos inversionistas, pero también entre varios políticos, que parecen no saber qué hacer", explica John Cochrane, vicepresidente de la Asociación Financiera Americana.

El fracaso de la receta

Si se revisa el índice de volatilidad de la Bolsa de Opciones de Chicago (conocido como VIX) se puede observar que cada vez que la desconfianza se ha disparado entre los inversionistas, ésta ha sido causada por un hecho concreto. Una empresa que reportó malos resultados, la cifra de inflación más alta de lo esperado, el alza récord del petróleo. Pero en la última semana no hay una explicación tan simple. El índice llegó a su nivel más alto, 74,46, el viernes, sin que haya ninguna noticia nueva, más que el creciente temor a una recesión global.

"Los inversionistas están señalando que dan por hecho una recesión severa para la economía global", afirma Albert Kyle, profesor de finanzas de la Universidad de Maryland.

La teoría dice que cuando la desconfianza se asienta entre los inversionistas, es momento de que los gobiernos den una clara señal de que tienen el poder de controlar la crisis. Señales que hasta hace poco se limitaban a la inyección de liquidez o al alza o recorte de las tasas de interés.

Por ejemplo, a inicios de año, cuando los mercados registraban una creciente volatilidad (ver infografía), bastó que el 30 de enero la Reserva Federal recortara en 50 puntos base la tasa de referencia (a 2,25%) para que los mercados recuperaran cierta normalidad. Algo similar ocurrió en marzo, tras la caída del banco de inversión Bear Stearns. La Fed recortó la tasa para facilitar la liquidez y la volatilidad cedió terreno.

En la última semana, no sólo la Fed salió al rescate de los deprimidos inversionistas. En una acción sin precedentes, los gobiernos europeos, Japón, Estados Unidos y Australia inyectaron alrededor de US$ 2,5 billones (millones de millones) en los mercados. Los bancos centrales de las siete economías más desarrolladas (G7) recortaron simultáneamente sus tasas de interés para abaratar el valor del dinero. Más aún, la Casa Blanca anunció que violaría una vez más las leyes del capitalismo para nacionalizar parcialmente la banca.

Ninguna de las noticias logró calmar el temor. Las bolsas estadounidenses vivieron su peor semana en casi cien años, arrastrando con ellas a la mayoría de los mercados mundiales.

"La verdad es que no hay nada que los gobiernos puedan hacer. Ahora es el turno para los inversionistas. Hay que esperar que los mismos inversionistas digan: "es suficiente", y se animen a comprar (acciones) nuevamente", sentencia Malcolm Baker, profesor de finanzas de Harvard Business School.

Pronóstico

El plan de salvataje anunciado por el G7 debería provocar cierta recuperación de la confianza entre los inversionistas. "Pero para eso es necesario que se actúe más temprano que tarde, porque la situación podría empeorar", sentencia Baker, en referencia a los continuos cambios de planes que se han vivido en las últimas semanas y las demoras en el anuncio de las intervenciones estatales.

Pero aunque muchos analistas creen que esta semana los mercados vivieron ya lo peor de la crisis, aún debe esperarse más pesimismo. "Tomará un poco de tiempo que las intervenciones funcionen. Creo que podemos esperar más volatilidad por un algún tiempo más", asegura Baker.


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