Dólar Obs: $ 950,77 | -0,31% IPSA -0,25%
Fondos Mutuos
UF: 37.232,24
IPC: 0,40%


Cifras en China

miércoles, 23 de enero de 2019


Editorial
El Mercurio




Cierta inquietud ha suscitado la publicación de las cifras de crecimiento de China en 2018, al confirmarse el proceso de desaceleración por el cual transita esa economía desde comienzos del año pasado. De acuerdo con los datos oficiales, el crecimiento en el producto interno bruto, de 6,6%, es el más bajo desde 1990, y por cierto inferior al 6,8% observado el año anterior. A su vez, el crecimiento del último trimestre de 2018 se ubicó en 6,4%, sorprendiendo negativamente frente a las expectativas de los agentes.

De estas cifras pueden destacarse tres fenómenos.

Por una parte, es natural que la tasa de crecimiento en China se desacelere a medida que el país logra niveles de ingreso más alto. En ese sentido, más allá de los vaivenes cíclicos de toda economía, es anticipable que el gigante asiático comience a converger a tasas cercanas al 6% a comienzos de la próxima década, y a números cercanos al 5% a fines de ella. Este proceso ya era esperable hace algunos años, pero los fuertes estímulos entregados en la última década han mantenido la tasa de crecimiento alta, con una importante acumulación de deuda interna. Es por ello que una disminución en el ritmo de expansión no solo es predecible, sino también deseable.

Por otro lado, no debe perderse de vista que el crecimiento efectivo en China en 2018 terminó siendo muy similar al esperado por los agentes económicos en el último tiempo. Ejemplo de ello es el informe que el Fondo Monetario Internacional publica regularmente con las perspectivas macroeconómicas para el mundo. En octubre de 2017, el FMI pronosticaba un crecimiento chino para 2018 de 6,5%. Pocos meses después, y en vista de perspectivas más auspiciosas en la economía mundial, dicha estimación se corrigió al alza hasta un 6,6%, igual a la cifra finalmente registrada. Por ello, debe evitarse una lectura demasiado sombría de estos números.

Con todo, las cifras conocidas confirman que durante 2018 la economía china mantuvo una senda de desaceleración importante. Quizá esta sea la principal novedad. Si la primera parte del año pasado sorprendió al alza, luego fue asimilando los efectos del ajuste buscado por sus autoridades para tratar de poner freno al incremento sostenido de deuda, y también el impacto de la disputa comercial con Estados Unidos. Aunque los registros de comercio internacional no dan cuenta de un efecto importante de esta última discusión y de la imposición de aranceles, la caída en la percepción de negocios y los indicadores de confianza de los consumidores muestran que la llamada guerra comercial ha permeado en el ambiente productivo de ese país. Así, durante los últimos meses se han acumulado dudas sobre el devenir macroeconómico de China, y las cifras confirman la preocupación existente. Hacia adelante, las perspectivas sugieren que la desaceleración continuará y que el crecimiento durante 2019 debiera ser algo superior al 6%.

La caída en la tasa de crecimiento de China es un proceso anticipable y que ocurrirá inevitablemente. Respecto de los efectos de ello, cabe recordar que desde mediados de la década de 2000 hizo una contribución importante en el desarrollo de los países emergentes, por el auge en los precios de las materias primas. En el futuro, su dinamismo macroeconómico será más gradual y no constituirá una fuente de crecimiento extraordinario para la economía chilena. Pero los antecedentes tampoco sugieren por ahora que nos encontremos frente a un ajuste mayor, con repercusiones sobre la demanda externa relevante para países emergentes o sobre el precio del cobre.

En el futuro, su dinamismo será más gradual y no constituirá una fuente de crecimiento extraordinario para la economía chilena.

 Imprimir Noticia  Enviar Noticia