El "país del sol naciente" hizo esta semana una modificación a su Ley de Prevención de la Competencia Desleal, que ahora incluye la modificación de "datos grabados en el registro electromagnético" o cualquier acción que facilite dicha modificación. Este cambio puede sonar sutil, pero implica que ahora la modificación de consolas de videojuegos puede llevar a penas de cinco años de prisión o multas de hasta 46 mil dólares. Según la Asociación de Derechos de Autor de Software japonesa, esta modificación vuelve ilegal la distribución de programas de edición de software , la venta de códigos seriales y ofrecer hackeo de consolas, tres de los servicios más comunes en el mercado de piratería digital.