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cine

Stefan Zweig: Adiós Europa

sábado, 12 de enero de 2019

Por Ascanio Cavallo
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El Mercurio




Stefan Zweig era el escritor alemán más leído en el mundo ("después de Thomas Mann") en los años 30, como novelista, historiador, biógrafo, siempre universalista y erudito: un humanista clásico. Zweig acariciaba la idea de una Europa unida, liberal, sin fronteras, repositorio de la cultura de Occidente. Alguna vez se le llamó "el primer europeo".

Había, sin embargo, lo que él mismo definía como "una casualidad": era judío. En 1936, sus libros fueron prohibidos por el régimen nazi y, de no haber huido a París, muy poco después hubiese sido enviado a un campo de concentración. Junto con decenas de escritores, científicos e intelectuales que formaban la élite cultural de Alemania y Austria, Zweig inició un exilio doloroso, cuyo indefinido final pasaba, según fue creciendo la evidencia, por otra tragedia: la destrucción de Alemania.

Esta película toma a Zweig en ese momento decisivo de 1936, cuando llega por primera vez a América del Sur, y lo acompaña por distintos momentos de los seis años siguientes. El título alemán significa "Antes del amanecer", una frase algo hermética que solo se ilumina plenamente en las líneas finales, aunque también se ajusta a la sensación del escritor de estar viviendo una larga noche.

En el centro del relato está la permanente duda sobre el papel del intelectual frente a una desgracia como la que está destruyendo a Europa. Zweig se niega a denostar a Hitler y a desear la debacle de Alemania, a pesar de ser un notorio perseguido y de tener posiciones bien conocidas incompatibles con el nazismo. Su negativa contiene una afirmación: "No escribo desde el odio".

Esta posición es vilipendiada por quienes creen que también son deberes del intelectual la denuncia y la agitación. Zweig enfrenta esa crítica con convicción: lo que lo abruma, en cambio, son las interminables peticiones de amigos para conseguir una visa que les permita huir de Alemania. Allí está la evidencia de que, en efecto, Alemania y Austria están siendo llevadas a la debacle.

La directora Maria Schrader (actriz antes que cineasta) organiza con notable disciplina el clima de cada una de sus viñetas -la agitación en Buenos Aires, el primitivismo de Bahía, el encierro opresivo de Nueva York, la inmensidad verde de Petrópolis-, para completar el retrato de un hombre abrumado, que se oscurece paso por paso. Y lo resuelve -es un decir- con un plano fijo final de 9 minutos, que se desdobla y se compacta gracias a un espejo, un logro tan brillante, tan milimétrico y polisémico, que parece que toda la película haya sido construida para este momento extraordinario. Una cinta memorable para espíritus delicados, que por ahora hay que rastrear en el circuito del Cine Arte Normandie y el Cine Arte de Viña.

Vor der Morgenröte

Dirección:Maria Schrader.

Con: Josef Hader, Aenne Schwarz, Barbara Sukowa.

106 minutos.

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