Los incumbentes en política de innovación son las grandes empresas dominantes en cada sector. De acuerdo con Schumpeter, y su observación de la estructura industrial, son los responsables de la “gran” inversión en innovación, los que dan volumen a las capacidades de I+D de un país pues en un sistema nacional de innovación maduro aportan sobre el 60% del aporte privado, que a su vez es responsable de 2/3 de la inversión total. Si tomamos a Finlandia para compararnos y nos situamos en el año 1989 donde tenían un ingreso algo superior a USD 23.500 per cápita, su gasto en I+D era de aproximadamente 1,8 % del PIB, siendo 50% público y 50% privado; es decir, los incumbentes aportaban más o menos un 0,6 % del PIB, en Chile actualmente este aporte debe rondar el 0,12%.
¿Qué pasa? Hay diversas tesis: estructurales, capacidades, cultura, incentivos. La primera que muestra que Chile tiene sectores que en el mundo tienen bajo aporte como porcentaje al I+D, en particular la minería, sin embargo, con sectores parecidos, Canadá, Nueva Zelandia, Australia, hacen bastante más. Capacidades, que la inversión histórica en educación y desarrollo de capacidades en I+D, desde el sector público ha sido en otros países más alta, y que eso permite generar una fortaleza que luego se expresa en el sector privado creando nuevos sectores basados en conocimiento que tienen porcentajes altos de gasto en I+D. Cultural, que los empresarios chilenos en realidad no valoran la innovación y prefieren rentar, también que son más administradores que creadores de riqueza, y que este sesgo viene desde la educación y cultura patronal. Incentivos, que las herramientas de la política industrial y de innovación chilena tiene bajo alcance, son débiles frente a las grandes compañías. Probablemente la actual situación se puede explicar por una mezcla de cada una de estas causales, el tema es que hay que hacer algo, o varios “algos”, en todos estos frentes pues es critico para avanzar en productividad, crecimiento, desarrollo.
Si bien hay grandes empresas que están en grandes cambios muy potentes en innovación, y son ejemplos para seguir: Hortifrut, Arauco, Inchalam; hoy es necesario preguntarnos qué pasa con el indicador, y realmente hacer cosas para cambiarlo, sino nuestro avance en innovación será con mucho entusiasmo, pero muy poco sólido.