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Entrevista a Rafael Ramírez, ex "zar petrolero" de Venezuela:

"Las sociedades no se suicidan, en algún momento esto va a estallar porque la gente ya no aguanta más a Maduro"

domingo, 16 de diciembre de 2018

GASPAR RAMÍREZ
Internacional
El Mercurio

El expresidente de PDVSA, uno de los hombres más cercanos a Hugo Chávez, dice que el actual Presidente no tiene una política económica y "no sabe qué hacer con el país".



Rafael Ramírez (Pampán, Trujillo, 1963) fue ministro de Petróleo de Venezuela entre 2002 y 2013 y presidente de la petrolera estatal PDVSA entre 2004 y 2013. Años en que fue uno de los hombres más cercanos al Presidente Hugo Chávez, años de bonanza del crudo, años en que fue conocido como el "zar petrolero". Hasta que pasó lo que pasó: Chávez murió el 5 de marzo de 2013; el sucesor, Nicolás Maduro, sacó al ingeniero de la industria petrolera y lo puso en la Cancillería y luego como embajador en la ONU, cargo al que renunció el 4 de diciembre de 2017, debido a la crisis humanitaria que vivía su país, y pasó a la clandestinidad.

Ramírez, el "chavista crítico" de mayor rango, cuenta que sigue en contacto con los operadores de PDVSA, que la gente tiene "mucho miedo", que tienen los teléfonos intervenidos, que cualquier opinión los puede llevar a la cárcel, que hay más de 200 "presos políticos chavistas" entre petroleros y militares.

"Es increíble la incapacidad que tiene Maduro para gobernar el país. Él no quiere aceptar que el chavismo no acepte la figura de Maduro, que ha surgido un fenómeno que se llama el madurismo, que es otra cosa", dice Ramírez a "El Mercurio", por teléfono, desde un lugar desconocido, en una entrevista en que comenta sus años junto a Chávez, el desastre económico en su país, y en que agradece "al pueblo chileno por cómo ha recibido a miles de venezolanos".

-¿Por qué el "chavismo originario" no ha podido atraer a las masas oficialistas?

"Porque hay mucho miedo. En el país se sufre una persecución. A mí, sencillamente me hicieron a un lado porque sabían que yo iba a ser un obstáculo para todo lo que está pasando. Segundo, las posiciones extremas que han prevalecido en el país -en el cual la oposición tiene algo de culpa y nosotros tenemos otra- han hecho que el escenario que se le está planteando al país es de desaparecer al oponente. Maduro maneja mucho el miedo de la gente a que venga un período fascista, de revancha, de persecución contra los chavistas. Eso nuclea a los chavistas en un tema de sobrevivencia.

Otro tema es que Maduro ha establecido un sistema muy perverso de control social, sobre todo con los más pobres. Maduro ha utilizado la carencia que existe en nuestro pueblo a cambio de posiciones políticas. Por otra parte, se han ido del país tres millones de jóvenes, profesionales. La masa crítica. Y con ellos fuera de las calles, del país, el gobierno está actuando a sus anchas.

Hay un control muy estricto, pero es insostenible. Creo que las sociedades no se suicidan, en algún momento esto va a estallar por algún lado porque la gente ya no aguanta más a Maduro. Le han dado muchas oportunidades, tal vez demasiadas".

-¿Chávez lo consideró a usted como posible sucesor?

"Siempre estuve en el tapete, teníamos una relación muy estrecha. Lo que pasa es que Chávez no pensaba que iba a morir, pero estaba consciente de que muy probablemente no podría estar listo para asumir la presidencia (el 10 de enero de 2013). Entonces, el Presidente pone a Nicolás porque es la cara visible como canciller. Me deja a mí en el sector petrolero, al almirante Molero en el sector militar. Deja su gobierno intacto. No dijo 'Maduro tiene carta blanca para hacer lo que quiera'.

La operación de diciembre salió muy mal. Casi se nos muere. Ya después en enero, febrero, se dio cuenta de que no se recuperaba y ya no pudo volver a dirigirse al país. Maduro se aprovechó de esto y ha asumido como si fuera el heredero de Chávez. Si escuchas lo que Chávez dijo y lo que Maduro hizo, te das cuenta de que esto no es un gobierno chavista, esto es otra cosa".

-¿Pudieron hacer una mejor administración económica?

"Sí. El Presidente dejó el país con un PIB de crecimiento, una industria petrolera con 3 millones de barriles diarios -actualmente producen un millón-, gran cantidad de proyectos andando. Pero Chávez sabía que había cosas que resolver. Por ejemplo, era evidente que ya no se podía sostener el control de cambio, eso ha sido un problema fundamental. Entonces, cuando Chávez ya estaba enfermo, en el equipo económico trabajamos un conjunto de recomendaciones, que luego le hice a Maduro: liberar el control de cambio, sincerar algunos servicios, regularizar el funcionamiento de algunas empresas, optimizar algunas grandes empresas del Estado. Un conjunto de reformas que solo Chávez era capaz de adelantar con su liderazgo.

Le presenté aquello a Maduro, pero debo confesar que Maduro ni siquiera entendía el tema petrolero, no estaba capacitado, y además no se dejaba ayudar. Comenzó a administrar el país como si fuera su negocio, su empresa, y cometió muchos errores. Obviamente, si contrajiste una deuda con unas condiciones macroeconómicas X y estas varían en el tiempo, si cae el precio del petróleo o cualquier cosa, debes renegociar tu deuda, reestructurarla. El problema es que Maduro siempre ha sido un político, o sea, no tiene noción de lo que es un ladrillo sobre otro.

Hoy el país está fuera de las manos del gobierno, ni siquiera cumple su papel de orientar la economía, no hay política económica. Maduro no sabe qué hacer".

-¿Esto explica en gran parte que PDVSA esté tan mal en cuanto a exploración, explotación y refinamiento?

"Sí. Es terrible. Lo primero que hace Maduro cuando me saca de PDVSA para tener el control, es sacar a más de 2 mil jefes técnicos. Los llamó los 'ramiristas' en PDVSA. Chávez sabía que no se podía improvisar con el petróleo, que de eso dependía la estabilidad económica, por ende, la estabilidad política. A Maduro eso no le importó, creía que PDVSA caminaba sola. Al primer año empezó a caer la industria petrolera, y ahorita hemos perdido 2 millones de barriles diarios. La discusión en el país es que si el FMI o los chinos pueden prestarnos plata. Yo digo que hay que volver a producir 3 millones de barriles diarios y tener gente competente".

-El gobierno dice que había mucha corrupción en PDVSA.

"Claro, la corrupción es el argumento más fácil. Maduro mete presa a la gente, la acusa de corruptos, y no te da chance a defenderte. Acaba de morir Nelson Martínez (expresidente de PDVSA), pasó un año preso sin saber de qué se le acusaba. Si a mí me agarran en Venezuela, tal vez estaría preso también".

-Maduro lo ha acusado directamente a usted...

"Son acusaciones temerarias. No han presentado ninguna prueba en mi contra. Ni una. Si Maduro tuviera un solo papel que me comprometiera, hubiera hecho una transmisión pública mostrándolo. Tampoco tenía contra Nelson Martínez. Han utilizado el tema de la corrupción para su vendetta política".

-¿Detectó casos de corrupción durante su administración?

"Claro que sí, eran permanentes. La industria petrolera es la empresa más auditada del Estado. Cada unidad es responsable de sus propias decisiones. Son 324 empresas que conforman el holding PDVSA. Maduro pretende que yo sea el responsable de cualquier acto irregular en cualquiera de las 324 empresas. No es posible. Por eso la empresa tiene estructuras de control previo y posterior. A nosotros nos controla la Asamblea Nacional, la contraloría, la fiscalía, la procuraduría. Además, como tengo socios privados, como Chevron o Total, tengo que rendirles cuentas a ellos de los negocios, porque son negocios conjuntos. Nuestros estados financieros están todos auditados a la luz pública".

-¿Qué cree que ofreció o entregó Maduro a los gobiernos de Rusia, Turquía y China a cambio del apoyo que le dieron?

"Maduro se fue a China y les entregó una de nuestras mejores empresas petroleras de la Faja del Orinoco. La vendió. Nadie sabe por cuánto, cómo se estableció el precio. A los rusos les entregaron otras grandes empresas en otras áreas de la faja petrolífera, y además, todo el gas que pensábamos usar para nuestro consumo interno. Y a los turcos, la gran entrega es el arco minero en el sur del país. Tres países están obteniendo ventajas frente a la debilidad del gobierno y el intento desesperado por mantenerse en el poder".

-¿Se considera parte del éxodo?

"Sí, claro. Yo soy un exiliado. Gran parte del éxodo es por razones económicas, una juventud muy preparada. Yo, lamentablemente, tengo una motivación política. Tuve el apoyo de muchos países hermanos".

-¿Dónde vive actualmente?

"No te puedo decir eso. Esta gente me está persiguiendo".

"Es increíble la incapacidad que tiene Maduro para gobernar el país".

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