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Esperando el terremoto

martes, 11 de diciembre de 2018

Economía y Negocios Online


Claudia Marfin Socia Virtus Partners

¿Qué pasaría si pudiéramos predecir los terremotos? Seguramente elaboraríamos un plan, lo ejecutaríamos y enfrentaríamos la emergencia en forma eficiente y efectiva.

Lamentablemente, estos movimientos de tierra aún no pueden predecirse, pero hay algo que sí podemos anticipar: el terremoto digital que cambiará estrategias, modelos de negocios y liderazgos en nuestras empresas, pero para el cual aún no nos preparamos cabalmente.

Con el fin de medir el estado de madurez digital en las empresas del país, en Virtus Partners lanzamos el primer Índice de Madurez Digital (IMDV) en octubre de este año. Los resultados no fueron muy favorables: las compañías consiguieron 48 puntos de 100. Y si bien la gran mayoría de los líderes sabe la importancia de lo que viene, no tiene planes concretos para enfrentar los desafíos, lo cual no deja de ser preocupante.

Adicionalmente pudimos ver que, ad portas de la cuarta revolución industrial, sólo un tercio de las empresas chilenas dice tener el talento necesario para enfrentar los cambios. Lo que se está haciendo es invertir en tecnología pensando inocentemente que éste es el verdadero epicentro de lo que viene y creyendo que la transformación es sólo digital. Si embargo, en nuestra experiencia y de acuerdo a lo que el IMDV nos muestra, lo que se aproxima es un cambio profundo en los modelos de negocio, en la cultura y formas de trabajo, en los liderazgos y modelos de gobierno. Cambios que van mucho más allá de lo puramente digital, y donde el componente humano será un factor clave de éxito de la transformación.

Entrevistamos a una muestra representativa de las 400 empresas más grandes de Chile. En ellas encontramos que el 87% de los ejecutivos “dice” que el cliente es lo más relevante. Sin embargo, entre decir y hacer hay una brecha importante: sólo el 43% realmente “hace” o lleva a cabo acciones concretas en ese sentido.

Siendo el humano el más relevante de los componentes de la disrupción digital, estamos tarde, porque el 61% señala que aún no ha experimentado un cambio cultural que posibilite la transformación. De cada diez gerentes, cuatro creen que su negocio tendrá disrupción en los próximos tres años. Nueve de cada diez dicen que entiende la urgencia de prepararse para la digitalización, pero sólo la mitad reconoce entender profundamente la magnitud del cambio. Para colmo, la gran mayoría no cuenta con un presupuesto claro para enfrentar lo que viene. El desafío es enorme.

En este contexto, la colaboración se alza como una de las mejores cartas con que las empresas pueden avanzar para hacer frente a la disrupción en forma eficiente. Actualmente, las grandes empresas se relacionan poco con otras fuerzas del mercado como los startups, evidenciando grandes oportunidades de mejora en este ámbito. En efecto, y de acuerdo al IMDV 2018, sólo el 4% de las grandes compañías señala tener acciones colaborativas con este tipo de empresas, las reinas de la innovación y de la horizontalidad. Dos condiciones clave para enfrentar la transformación, la cual claramente no es sólo digital.

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